Salud y Bienestar
¿Cuál es la mejor hora para ir a dormir?
Publicado
hace 10 mesesen
El sueño puede cambiar tu estado de animo a lo largo del día, por lo que es recomendable que sepas la mejor hora para ir a dormir durante las noches. Son muchas las hormonas que se muestran activas una vez decidas no descansar y si no puedes hacerlo a pesar de haberlo intentado una infinidad de veces existen remedios naturales y no naturales para prevenir un mal mayor al cabo de los años.
La mejor hora para ir a dormir
Normalmente, a lo largo del día, hemos atendido muchas obligaciones o deberes por lo que cuando llegamos a nuestro hogar el descanso es un modo de recargar energías, las necesarias para seguir en pie al día siguiente y así sucesivamente. Por lo que, el descanso y el sueño es fundamental para una actividad óptima y productiva.
Un estudio publicado en European Heart Journal, Digital Health ha revelado que para poder dormir bien y poder gozar a su vez de una buena salud gracias a una mejor calidad de sueño, el ciclo del sueño debe de iniciarse entre las 22:00 y las 22:59, incluyendo las 23:00 de la noche como muy tarde. De este modo, según el médico Leonardo Biolatto esto tiene que ver con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares.
A su vez, estudios como el publicado por la revista Sleep revelan que acostarse entorno a la medianoche están relacionados con el envejecimiento prematuro del cuerpo al no gozar de un sueño completo y al no poder regular la producción de hormonas como el cortisol se anima a un envejecimiento venidero muy próximo.
El sueño no es «tu enemigo»
Para algunas personas, por no decir muchas, es complicado completar todas las fases del periodo del sueño. Se trata de distintas etapas por las cuales debemos de pasar para poder logar una buena calidad del sueño. A pesar de que muchas alcanzan el objetivo final, no todas consiguen pasar por cada una de ellas. Es por ello, que puede ser posible que despierten en la noche o en la mañana aún con una sensación de no haber descansado. A eso le llamamos cansancio.
Este es el origen de distintos problemas que a la larga desencadenarán en nosotros mismos unos hábitos que perjudicarán nuestra calidad de vida, haciendo así que nuestra cabeza se sature o no piense con claridad, entre otros muchos problemas que pueden hasta terminar en enfermedades o algún tipo de síndrome. Debemos de tratar de dejar la mente en blanco durante nuestro proceso de descanso para evitar estas u otras cuestiones que nos puedan perjudicar en un presente o futuro. Por lo que, tratase de completar ciclos de sueño para mantener el equilibrio psíquico y físico.
El orden de las fases del sueño es el mismo, y cada ciclo completo de este estado dura aproximadamente entre 90 a 100 minutos. Según cada persona, tendrá entre cuatro a seis ciclos generalmente durante el lapso de la noche.
Fases del sueño«Sueño no REM»
Este tipo de sueño está formado por tres etapas, donde nuestro organismo tiene funciones distintas en cada una de ellas:
1. Fase 1: Sueño ligero
Es donde los músculos tanto como el cerebro se relajan, ya que nos encontramos en una cierta transición hacia el sueño profundo. La mente está en blanco y el cuerpo se muestra sin movimiento alguno. El efecto que transmite es de somnolencia.
2. Fase 2: Relajación y disminución de la temperatura corporal
Es donde la actividad de nuestro cerebro va en descenso, al igual que nuestra temperatura corporal. Además, es donde conseguimos relajarnos por completo, dando la bienvenida a nuestro estado más próximo a la relajación. En esta etapa, también es en la que podremos recargar energías para prepararnos para el día siguiente.
3. Fase 3: Sueño profundo y reparador
Para poder llegar a esta fase, es fundamental obedecer ante las advertencias de irse a dormir temprano si no quieres despertar con aún más fatiga que cuando te acostaste, debido a que el sueño no se recupera a pesar de haber dormido las mismas horas. Este es el tipo de sueño no REM más profundo, donde tu cuerpo se sentirá totalmente relajado y revitalizado al momento de despertar, ya que nuestro organismo durante esa fase de 20 a 40 minutos se encarga de la regeneración del mismo.
En esta última fase del sueño no REM, es muy complicado despertarse, y se tiende a sentir desorientación y se hace esfuerzo por volver a el estado anterior. Además, es de importante mencionar que en esta fase en concreto se obtiene la secreción de hormona del crecimiento. Lo cual, ayuda al crecimiento y a la reparación de los tejidos. Así como también, a la limpieza de sustancias tóxicas del cerebro. Además, es cuando la presión arterial y el ritmo cardíaco disminuyen, la actividad cerebral es muy lenta y sincronizada, predominando las ondas delta.
Fases del sueño:«Sueño REM»
1. Fase REM
En esta etapa no podemos movernos, ya que se encuentran bloqueadas nuestras neuronas motrices. Lo único que se mueve inconscientemente son nuestros ojos bajo nuestros párpados y de forma acelerada. Esto sucede dado que se encuentra activo nuestro cerebro permitiéndonos el deseo inconsciente de soñar. Este tipo de sueño REM, tiene una duración de 10 a20 minutos aproximadamente por ciclo. Además es importante destacar que ocurre durante la segunda mitad de la noche.
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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados
Publicado
hace 1 díaen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
Alimentos para prevenir resfriados
La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
1. Pescados, un gran aporte de Omega-3
Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
2. Cítricos, el consejo de la abuela
¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
7. Kiwi, vitamina C al por mayor
Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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