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Salud y Bienestar

¿Cuál es la mejor hora para ir a dormir?

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La mejor hora para ir a dormir
ARCHIVO PEXELS

El sueño puede cambiar tu estado de animo a lo largo del día, por lo que es recomendable que sepas la mejor hora para ir a dormir durante las noches. Son muchas las hormonas que se muestran activas una vez decidas no descansar y si no puedes hacerlo a pesar de haberlo intentado una infinidad de veces existen remedios naturales y no naturales para prevenir un mal mayor al cabo de los años.

La mejor hora para ir a dormir

Normalmente, a lo largo del día, hemos atendido muchas obligaciones o deberes por lo que cuando llegamos a nuestro hogar el descanso es un modo de recargar energías, las necesarias para seguir en pie al día siguiente y así sucesivamente. Por lo que, el descanso y el sueño es fundamental para una actividad óptima y productiva.

Un estudio publicado en European Heart Journal, Digital Health ha revelado que para poder dormir bien y poder gozar a su vez de una buena salud gracias a una mejor calidad de sueño, el ciclo del sueño debe de iniciarse entre las 22:00 y las 22:59, incluyendo las 23:00 de la noche como muy tarde. De este modo, según el médico Leonardo Biolatto esto tiene que ver con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares.

A su vez, estudios como el publicado por  la revista Sleep revelan que acostarse entorno a la medianoche están relacionados con el  envejecimiento prematuro del cuerpo al  no gozar de un sueño completo y al no poder regular la producción de hormonas como el cortisol se anima a un envejecimiento venidero muy próximo.

El sueño no es «tu enemigo»

Para algunas personas, por no decir muchas, es complicado completar todas las fases del periodo del sueño. Se trata de distintas etapas por las cuales debemos de pasar para poder logar una buena calidad del sueño. A pesar de que muchas alcanzan el objetivo final, no todas consiguen pasar por cada una de ellas. Es por ello, que puede ser posible que despierten en la noche o en la mañana aún con una sensación de no haber descansado. A eso le llamamos cansancio.

Este es el origen de distintos problemas que a la larga desencadenarán en nosotros mismos unos hábitos que perjudicarán nuestra calidad de vida, haciendo así que nuestra cabeza se sature o no piense con claridad, entre otros muchos problemas que pueden hasta terminar en enfermedades o algún tipo de síndrome. Debemos de tratar de dejar la mente en blanco durante nuestro proceso de descanso para evitar estas u otras cuestiones que nos puedan perjudicar en un presente o futuro.   Por lo que, tratase de completar ciclos de sueño para mantener el equilibrio psíquico y físico.

El orden de las fases del sueño es el mismo, y cada ciclo completo de este estado dura aproximadamente entre 90 a 100 minutos. Según cada persona, tendrá entre cuatro a seis ciclos generalmente durante el lapso de la noche.

Fases del sueño«Sueño no REM»

Este tipo de sueño está formado por tres etapas, donde nuestro organismo tiene funciones distintas en cada una de ellas:

1. Fase 1: Sueño ligero

Es donde los músculos tanto como el cerebro se relajan, ya que nos encontramos en una cierta transición hacia el sueño profundo. La mente está en blanco y el cuerpo se muestra sin movimiento alguno. El efecto que transmite es de somnolencia.

2. Fase 2: Relajación y disminución de la temperatura corporal

Es donde la actividad de nuestro cerebro va en descenso, al igual que nuestra temperatura corporal. Además, es donde conseguimos relajarnos por completo, dando la bienvenida a nuestro estado más próximo a la relajación. En esta etapa, también es en la que podremos recargar energías para prepararnos para el día siguiente.

3. Fase 3: Sueño profundo y reparador

Para poder llegar a esta fase, es fundamental obedecer ante las advertencias de irse a dormir temprano si no quieres despertar con aún más fatiga que cuando te acostaste, debido a que el sueño no se recupera a pesar de haber dormido las mismas horas. Este es el tipo de sueño no REM más profundo, donde tu cuerpo se sentirá totalmente relajado y revitalizado al momento de despertar, ya que nuestro organismo durante esa fase de 20 a 40 minutos se encarga de la regeneración del mismo.

En esta última fase del sueño no REM, es muy complicado despertarse, y se tiende a sentir desorientación y se hace esfuerzo por volver a el estado anterior. Además, es de importante mencionar que en esta fase en concreto se obtiene la secreción de hormona del crecimiento. Lo cual, ayuda al crecimiento y a la reparación de los tejidos. Así como también, a la limpieza de sustancias tóxicas del cerebro. Además, es cuando la presión arterial y el ritmo cardíaco disminuyen, la actividad cerebral es muy lenta y sincronizada, predominando las ondas delta.

Fases del sueño:«Sueño REM»

1. Fase REM

En esta etapa no podemos movernos, ya que se encuentran bloqueadas nuestras neuronas motrices. Lo único que se mueve inconscientemente son nuestros ojos bajo nuestros párpados y de forma acelerada. Esto sucede dado que se encuentra activo nuestro cerebro permitiéndonos el deseo inconsciente de soñar. Este tipo de sueño REM, tiene una duración de 10 a20 minutos aproximadamente por ciclo. Además es importante destacar que ocurre durante la segunda mitad de la noche.

 

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¿Por qué dormimos peor en Navidad?

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Por qué dormimos peor en Navidad
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.

1. Alteración de las rutinas

Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.

2. Estrés y preocupaciones navideñas

Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.

3. Comidas copiosas y alcohol

Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.

4. Falta de ejercicio físico

Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.

5. Cambios en el ambiente de sueño

Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

6. Sobrecarga de estímulos sensoriales

La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.

7. Cambios en la exposición a la luz natural

En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.

¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?

A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:

  • Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
  • Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
  • Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
  • Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
  • Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
  • Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.

Conclusión

La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.

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