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Valencia

Así funcionará el depósito de tormentas de El Saler

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depósito de tormentas El Saler
Imagen cedida por el Ayuntamiento de Valencia

València, 12 nov (OFFICIAL PRESS-EFE).- El nuevo depósito de tormentas del Saler, en Valencia, que tendrá una capacidad de 957 metros cúbicos de agua de lluvia y regulará el paso hacia la estación depuradora, estará acabado en el mes de marzo.

La infraestructura evitará los vertidos contaminantes al lago de la Albufera y prevendrá posibles inundaciones en época de lluvias intensas, según la alcaldesa de València, María José Catalá, que ha visitado la marcha de las obras, que están a un 40 % de ejecución.

El depósito de tormentas de El Saler

Con un coste de 2,18 millones de euros, el depósito recogerá la primera agua de lluvia, que es la más contaminante porque contiene la suciedad acumulada en el asfalto y en la calle, y regulará su paso hacia la estación depuradora.

Es el primero de los dos tanques de tormentas que hay previstos en el Saler, con el objetivo de evitar vertidos contaminantes al lago de la Albufera y al mar y que servirán para evitar inundaciones y regular las lluvias intensas en una ciudad con episodios torrenciales.

Las obras del tanque de tormentas han obligado a desmontar la pérgola y la fuente ornamental existente sobre la infraestructura y está previsto que, a medida que avancen las obras, se reurbanice de nuevo el jardín superior.

Por ello, se ha programado la reposición de la pérgola y del parque, la colocación de bancos y la ejecución de macizos ajardinados.

El Ayuntamiento tiene planificados otros ocho tanques de tormentas en la ciudad, que estarán ubicados en la Malva-rosa, la calle de Ibiza, la Alameda, el Huerto de San Valero, Padre Tomás de Montañana, el Grau, Natzaret y un segundo en El Saler.

¿Qué es un depósito de tormentas?

Un depósito de tormentas, también conocido como tanque de tormentas o cisterna de tormentas, es una infraestructura diseñada para gestionar el exceso de agua de lluvia durante eventos climáticos intensos. Su principal función es prevenir inundaciones y minimizar la contaminación del agua al almacenar temporalmente las aguas pluviales antes de liberarlas gradualmente en el sistema de alcantarillado o en cuerpos de agua cercanos.

Durante una tormenta, la cantidad de agua de lluvia que cae puede ser significativamente mayor de lo que el sistema de drenaje normal puede manejar. Los depósitos de tormentas actúan como reservorios temporales para captar y retener este exceso de agua. Luego, liberan gradualmente el agua almacenada después de que la tormenta ha pasado y la carga en el sistema de alcantarillado o en los cuerpos de agua ha disminuido, evitando así desbordamientos y ayudando a reducir el riesgo de inundaciones.

Estos depósitos son comúnmente utilizados en áreas urbanas donde las superficies impermeables, como calles y edificios, impiden que el agua de lluvia se absorba naturalmente en el suelo. Al retener temporalmente el agua, los depósitos de tormentas contribuyen a la gestión sostenible del agua y ayudan a prevenir problemas asociados con inundaciones urbanas y la contaminación de aguas pluviales, ya que a menudo pueden contener contaminantes arrastrados por el agua de la lluvia, como aceites de carreteras y residuos sólidos.

Estos depósitos pueden tener diferentes diseños y capacidades, y a menudo forman parte de sistemas integrales de gestión del agua en entornos urbanos modernos para abordar los desafíos asociados con las precipitaciones intensas y el cambio climático.

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Valencia

Valencia dice adiós a los maceteros de Ribó: así será el nuevo mobiliario urbano de la plaza del Ayuntamiento y la calle Colón

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AYUNTAMIENTO DE VALENCIA

El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.

Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.

Un nuevo concepto de mobiliario urbano: funcional, sostenible y mediterráneo

El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.

Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.

“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.

Microclimas urbanos y biodiversidad en pleno centro de Valencia

Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.

Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.

Diseño accesible y continuo: prioridad al peatón

El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos.
No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.

Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.

Materiales duraderos y coherencia estética

El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado.
También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.

La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.

Adiós a la heterogeneidad y al caos visual del centro de Valencia

El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.

Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.

“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.

Un modelo de ciudad más habitable y resiliente

El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio.
Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.

Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.

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