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Detenido un pirómano por quemar un camión, dos turismos y seis contenedores en València

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la mente de un pirómano
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València, 9 feb (OFFICIAL PRESS-EFE).- La Policía Nacional ha detenido a un pirómano, hombre de 40 años, por provocar incendios en vehículos y contenedores en el barrio valenciano de Patraix por los que resultaron afectados un camión, dos turismos y seis contenedores.

La Policía inició la investigación a mediados de diciembre de 2024 tras un incendio en la calle Jerónima Galés, donde desconocidos habían provocado un incendio en unos contenedores de basura.

Mientras los investigadores realizaban gestiones para la identificación del presunto autor, se produjeron otros incendios en el mismo barrio y el supuesto autor de los hechos volvió a actuar durante la noche de Reyes, en que un camión y un turismo aparcados en la vía pública resultaron parcialmente calcinados.

Tres días después, se repitieron nuevos incidentes de las mismas características, con incendios en varios contenedores de residuos urbanos y un turismo en la confluencia de las calles Pintor Agrasot y Borrasca.

En esta ocasión, se logró identificar en las proximidades a un varón como sospechoso de los incendios intencionados, la misma persona que había provocado los incendios anteriores.

Posteriormente, a mediados del mes de enero, se estableció un dispositivo policial, que abarcaba todas las zonas de actuación del supuesto pirómano, que fue localizado en la avenida Real de Madrid y detenido por tres delitos de incendio.

El arrestado, con antecedentes policiales, ha pasado a disposición de la autoridad judicial.

¿Qué pasa por la mente de un pirómano?

El comportamiento de los pirómanos ha sido estudiado por psicólogos y psiquiatras durante décadas, ya que el acto de provocar incendios deliberadamente es una conducta compleja que responde a factores psicológicos profundos. La piromanía es un trastorno poco frecuente, pero sus efectos pueden ser devastadores. A continuación, exploramos los factores que influyen en este comportamiento, sus características y el impacto emocional detrás de este trastorno.

¿Qué es la piromanía?

La piromanía es un trastorno del control de los impulsos, definido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Las personas que la padecen sienten una atracción irresistible hacia el fuego, lo que les lleva a provocar incendios sin una motivación económica o criminal clara.

Los pirómanos no buscan necesariamente causar daño a personas o propiedades, sino que experimentan una satisfacción emocional al ver las llamas y la destrucción que provocan. El acto de incendiar está precedido por una fuerte tensión o excitación, que se alivia en el momento de iniciar el fuego.

¿Qué motiva a un pirómano?

Existen diversas razones psicológicas que pueden estar detrás del comportamiento de un pirómano. Entre las más comunes se encuentran:

  1. Fascinación por el fuego: Muchos pirómanos desarrollan una obsesión con las llamas desde una edad temprana, lo que puede llevarles a experimentar con incendios de forma peligrosa.
  2. Necesidad de control: Algunas personas con trastornos emocionales pueden encontrar en el fuego una forma de ejercer control sobre el entorno.
  3. Búsqueda de reconocimiento: En ciertos casos, los pirómanos buscan atención o reconocimiento. Pueden incluso colaborar en la extinción del incendio, lo que les proporciona una sensación de importancia.
  4. Alivio del estrés o emociones negativas: La piromanía puede estar relacionada con dificultades para manejar el estrés, la ansiedad o la depresión. Iniciar un incendio puede proporcionar una liberación emocional momentánea.
  5. Historias de abuso o traumas: En algunos casos, los pirómanos han experimentado situaciones traumáticas en el pasado, lo que podría influir en su comportamiento destructivo como una expresión inconsciente de sus conflictos internos.

¿Cómo piensa un pirómano antes y después del incendio?

Antes de provocar un incendio, los pirómanos suelen experimentar una intensa tensión emocional, junto con una mezcla de ansiedad y excitación. Este impulso se vuelve difícil de controlar, lo que les lleva a actuar.

Tras el incendio, es común que sientan una liberación emocional temporal, aunque algunos pueden experimentar sentimientos de culpa o vergüenza. Sin embargo, este alivio es breve, y en muchos casos el ciclo se repite.

¿Cómo se diagnostica la piromanía?

El diagnóstico requiere una evaluación profesional, donde se analiza el historial del paciente y se descartan otras posibles motivaciones, como vandalismo, venganza o problemas económicos. Para que se considere piromanía, deben cumplirse los siguientes criterios:

  • Provocar incendios de forma repetida e intencionada.
  • Sentir tensión o excitación antes del acto.
  • Experimentar placer o alivio después del incendio.
  • Ausencia de motivos económicos, políticos o criminales.

Tratamiento y prevención

El tratamiento de la piromanía puede ser complejo, pero es posible con la intervención adecuada. Entre las opciones terapéuticas destacan:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda al paciente a identificar y modificar los pensamientos y comportamientos que llevan a iniciar incendios.
  2. Control de impulsos: Se enseña a los pacientes técnicas para resistir el impulso de provocar incendios, así como estrategias para manejar el estrés y las emociones negativas.
  3. Psicoterapia: Puede ser útil en casos donde el comportamiento esté relacionado con traumas o problemas emocionales profundos.
  4. Intervención familiar: En muchos casos, es importante trabajar con la familia del paciente para proporcionar un entorno de apoyo y prevenir recaídas.

Los incendios provocados no solo causan daños materiales y medioambientales, sino que también generan un alto coste emocional y económico. Las comunidades afectadas suelen sufrir una pérdida de seguridad y confianza, mientras que las operaciones de extinción y reconstrucción pueden ser extremadamente costosas.

Es por ello que la prevención y el tratamiento de la piromanía son fundamentales para reducir el riesgo de futuros incendios y proteger tanto a las personas como al medio ambiente.

Conclusión

La mente de un pirómano está marcada por una serie de impulsos y emociones difíciles de controlar, lo que convierte la piromanía en un trastorno complejo pero tratable. Con la intervención adecuada, es posible reducir este comportamiento destructivo y ayudar a quienes lo padecen a llevar una vida más equilibrada y libre de impulsos peligrosos.

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Fallece un joven sin hogar de 21 años en pleno centro de València

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Fallece joven sin hogar València
Imagen de archivo de zapatillas en el Puente del Real, a 14 de febrero de 2024, en Valencia

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – Un joven sin hogar de 21 años ha sido localizado sin vida este jueves por la mañana en una calle céntrica de València, concretamente en Marqués de Sotelo, según han indicado fuentes de la Policía Nacional.

Efectivos de la Policía Local fueron los primeros en llegar al lugar y alertaron a la Policía Nacional, que comprobó que no existían indicios de criminalidad. El joven, que se encontraba en posición fetal, fue hallado a primeras horas de la mañana.

Agentes de la Policía Científica se desplazaron a la zona para realizar las diligencias correspondientes y la autoridad judicial ordenó el levantamiento del cadáver a las 9:30 horas. La investigación continúa abierta a la espera de la autopsia, que determinará la causa exacta del fallecimiento.

La vulnerabilidad de las personas sin hogar: riesgo extremo ante el frío y la falta de recursos

Aunque este caso no presenta señales de violencia, los expertos advierten que las muertes de personas sin hogar suelen estar relacionadas con factores de vulnerabilidad extrema, como:

  • Exposición prolongada al frío.

  • Problemas de salud no tratados.

  • Enfermedades crónicas sin seguimiento médico.

  • Desnutrición y deshidratación.

  • Consumo de sustancias o efectos secundarios de medicación.

  • Falta de descanso en condiciones seguras.

En España, organizaciones como Cáritas o la Red Nacional de Personas Sin Hogar alertan de que la esperanza de vida de una persona sin hogar puede reducirse entre 20 y 30 años respecto a la población general. Además, cada invierno se registran fallecimientos vinculados a las bajas temperaturas o a situaciones de abandono social.

Muertes en situación de calle: datos y contexto en España

Según los últimos informes de entidades sociales:

  • Más de 28.000 personas viven en la calle o en alojamientos temporales en España.

  • Cada año alrededor de 300 personas sin hogar fallecen, muchas de ellas en espacios públicos.

  • Entre las causas más frecuentes figuran enfermedades respiratorias, hipotermias, infartos y sobredosis.

València no es una excepción. En los últimos años, distintos colectivos han pedido reforzar los recursos de emergencia, especialmente durante episodios de frío, lluvias intensas o temporales como la DANA que ha afectado a la Comunitat Valenciana.

¿Cómo actúan los servicios sociales y de emergencia en estos casos?

Cuando se localiza a una persona sin hogar en estado vulnerable, los protocolos habituales incluyen:

  1. Aviso inmediato a emergencias (112).

  2. Atención por parte de Policía Local o Nacional.

  3. Valoración sanitaria por parte del SAMU o servicios médicos municipales.

  4. Si la persona está en riesgo, traslado a un centro sanitario o a un albergue de emergencia.

En el caso de fallecimiento, se activa de inmediato la intervención de Policía Científica, la identificación del cuerpo y el levantamiento judicial del cadáver.

La importancia de los refugios y planes contra el frío

Las organizaciones sociales destacan que muchos fallecimientos podrían evitarse si se refuerzan:

  • Campañas de detección activa de personas sin hogar.

  • Puestos de emergencia nocturnos.

  • Reparto de mantas, ropa térmica y alimentos calientes.

  • Apertura ampliada de albergues durante episodios de frío.

  • Programas de salud mental y adicciones.

Diversos colectivos recuerdan que dormir en la calle aumenta drásticamente el riesgo de sufrir hipotermia incluso en noches con temperaturas superiores a 8-10 grados.

Un fallecimiento que reabre el debate sobre la atención a personas sin hogar

La muerte de este joven de 21 años en pleno centro de València vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar políticas públicas, mejorar la coordinación de servicios sociales y garantizar que ninguna persona tenga que dormir en la calle sin acceso a recursos básicos.

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