Salud y Bienestar
7 diferencias entre resfriado y alergia
Publicado
hace 2 mesesen
Los meses de invierno van asociados normalmente a enfermedades en las vías respiratorias por eso es importantes tener claras las diferencias entre resfriado y alergia.
Estos procesos pueden ir desde simples resfriados hasta problemas infecciosos importantes como la bronquitis o la neumonía. A veces es difícil poder diferenciar un resfriado de una infección alérgica y hay que dejar evolucionar el proceso durante unos días pra averiguar si se trata de un cuadro alérgico o no.
Según asegura a infosalus.com el médico Francisco Feo Brito, miembro del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las molestias de la alergia de otoño no se expresan con tanta claridad como en los meses de primavera y eso puede conducir a confusión entre las personas. Sin embargo, existen siete claves que permiten distinguir un simple catarro de una alergia.
Mucosidad espesa frente a mucosidad líquida
El primer síntoma para diferenciar un resfriado de una alergia es el tipo de mucosidad que presenta. Si se trata de catarro, ésta puede sermuy fluida los primeros días, pero después se espesa hasta el punto en que se hace muy difícil expulsarla. Si, por el contrario, tenemos alergia, la mucosidad será muy líquida y constante. En ambos casos, es recomendable emplear soluciones basadas en agua de mar que ayudarán a aliviar la congestión nasal.
Hinchazón contra picor
La segunda clave para diferenciar los dos problemas es que si se trata de un catarro, se puede tener sensación de hinchazón en los ojos o tenerlos llorosos y cansados. Si lo que sucede es una infección alérgica, los síntomas más comunes son el picor y lagrimeo constantes, en unos ojos rojos e irritados.
Dolor de cabeza
El dolor de cabeza está presente en ambos casos pero puede ser muy diferente. Si es intenso y persistente, entonces se habla de resfriado fuerte; pero, si se trata de un dolor de cabeza esporádico y de menos intensidad, resulta más bien una alergia.
Estornudos
Al igual que el dolor de cabeza, también se estornuda en ambos casos. La diferencia es que cuando se trata de alergia, es muy habitual encadenar muchos estornudos seguidos, más de cinco o seis. Sin embargo, este síntoma no suele producirse en un resfriado donde los estornudos son más bien esporádicos.
Duración de los síntomas
Otra clave para diferenciar si se trata de un catarro o de una alergia es la duración de los síntomas. En un resfriado común suele tener una duración de siete días, aproximadamente, y va remitiendo con la medicación pertienente. Por el contrario, la alergia no remite con el tratamiento, solo se suaviza. Un caso específico es si se trata de alergia al polen, ya que la duración se prolongará durante el tiempo en que la floración sea más activa.
Intensidad de los síntomas
Es importante observar y tener en cuenta en qué momento aparecen los síntomas, si se mantienen igual durante todo el día o remiten en algunas ocasiones para luego volver. Esto dará pistas para saber si se trata de un resfriado y los síntomas serán temporales; o, por el contrario, si se tiene una alergía con síntomas persistentes.
Diferencias en el sistema inmunológico
A diferencia del catarro, la alergia no es contagiosa puesto que la causa un sistema inmune muy activo, es decir, el cuerpo confunde sustancias que no son dañinas para la salud, como el polen, con gérmenes, y los ataca. El cuerpo libera, entonces, histaminas que es el causante de algunos síntomas parecidos a los de un resfriado. No obstante, las alergias, como ya se ha dicho, no son contagiosas.
FUENTE: (INFOSALUS)
La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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