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Valencia

Dos enfermeras valencianas logran sacar una séptima dosis de la vacuna de Pfizer

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Ana Sola, enfermera del Clínico de Valencia. EFE/ Biel Aliño

Valencia, 16 feb (EFE).- Dos enfermeras valencianas han conseguido, mediante el uso de una aguja de mayor precisión y con mayor espacio muerto, extraer una séptima dosis de cada vial de la vacuna anticovid de Pfizer, del que actualmente se sacan seis.

Con el método a realizar «tendríamos menos pérdidas en ese ‘oro líquido’ que es ahora mismo la vacuna», asegura en declaraciones a EFE Ana Sola Martín, enfermera del Hospital Clínico de Valencia y profesora de la Universitat de València, quien ha hecho este hallazgo junto a Natalia Coll, también enfermera.

Según explica Sola Martín, al producirse una escasez en la distribución de las vacunas y al ver que apremiaba la segunda dosis entre el personal sanitario y el de residencias, ambas hicieron «el cálculo matemático».

«En este caso hicimos pruebas de simulación con diferentes materiales, así fue el proceso hasta que llegamos a conseguirlo», ha explicado, para añadir que «quien hace estas cosas» es el personal de enfermería.

Según Sola Martín, durante el proceso evitaron, como dice la ficha técnica de la vacuna Pfizer, «los espacios muertos de agujas y jeringas» y vieron que «era muy importante, como indicaba la ficha técnica, que tenías que gastar un material específico al respecto».

Este material, señala, debía tener «unos calibres más grandes porque si no, en ese camino perdías más gotas y esas gotas, como digo yo, son oro líquido que ahora mismo es muy escaso».

Según explica, el cálculo del que habla Pfizer en su ficha técnica es de 2,25 mililitros cuando se hace la disolución y las dosis son de 0,3 mililitros, lo que significa que 6 dosis son 1,8 mililitros, lo que daba «un remanente grande, de 0,45 mililitros».

«Si una dosis es 0,3 por supuesto había una dosis más», asegura la enfermera, que señala que en la ficha técnica de la empresa farmacéutica «no está prohibido, por lo tanto ya es una parte importante».

Según explica, «si tienes la misma concentración, esos 2,25 mililitros, tendrás la misma concentración en el 0,3 de la primera dosis que en el 0,3 de la última dosis, la misa proporción de la vacuna».

«Es simplemente hacer esa comprobación, que estamos ya haciéndola in situ, para publicarla a nivel médico y científico», afirma Ana Sola Martín, que añade que la propuesta que hacen del método a realizar es usar una aguja 25G, la que se usa en la jeringa de insulina.

Según indica, «es mucho mas pequeña, tiene más espacio muerto y es mucho más precisa, por tanto tendríamos menos pérdidas en ese ‘oro liquido’ que es ahora mismo la vacuna».

En el caso de la vacuna de Moderna, de la que actualmente se sacan diez dosis de cada vial, explica que no se introduce nada porque llega ya diluida y lo único que hay que hacer es extraerla.

«Si lo haces con ese mismo método, con estas agujas de más precisión y con estas jeringas de un espacio muerto reducido -añade-, estamos comprobando que a mayor número de dosis el fabricante tiene que dejar más remanente y por tanto sacas una dosis extra, en el caso de Moderna de 0,5 mililitros, no de 0,3».

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Valencia

Valencia dice adiós a los maceteros de Ribó: así será el nuevo mobiliario urbano de la plaza del Ayuntamiento y la calle Colón

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maceteros plaza ayuntamiento valencia
AYUNTAMIENTO DE VALENCIA

El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.

Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.

Un nuevo concepto de mobiliario urbano: funcional, sostenible y mediterráneo

El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.

Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.

“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.

Microclimas urbanos y biodiversidad en pleno centro de Valencia

Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.

Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.

Diseño accesible y continuo: prioridad al peatón

El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos.
No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.

Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.

Materiales duraderos y coherencia estética

El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado.
También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.

La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.

Adiós a la heterogeneidad y al caos visual del centro de Valencia

El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.

Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.

“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.

Un modelo de ciudad más habitable y resiliente

El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio.
Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.

Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.

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