Salud y Bienestar
El Hospital La Fe recibe el Premio ‘Best Spanish Hospitals Awards’ en la categoría de Aparato Digestivo y Hepatopancréatico
Publicado
hace 4 añosen
El Hospital Universitari i Politècnic La Fe ha recibido un primer premio ‘Best Spanish Hospitals Awards’ en la categoría clínica de ‘Aparato Digestivo y Hepatopancreático’. Además, La Fe ha recibido sendos diplomas en las categorías ‘Global de resultados’, ‘Riñón y vías urinarias’, ‘Enfermedades Infecciosas’ y ‘Materno-infantil’.
La organización ha hecho entrega de un total de 58 primeros premios y 108 diplomas, repartidos entre los 122 hospitales nacionales participantes, tanto públicos como privados. Los galardones se han estructurado en diez categorías y seis grupos de hospitales, teniendo en cuenta la diversidad de procesos clínicos prevalentes de actuación en cada grupo de hospitales. En concreto, el Hospital La Fe se encontraba dentro del grupo de Hospitales Públicos Grandes Alta Tecnología, donde ha resultado finalista entre los tres primeros en la categoría ‘Global de Resultados’.
Los resultados de estos hospitales finalistas se caracterizan por tener una estancia media y y estancia media preoperatoria más corta, así como una tasa de reingresos y complicaciones intrahospitalarias mucho menor y una tasa de hospitalizaciones potencialmente prevenibles hasta un 17% inferior.
Al acto de entrega han asistido el doctor Manuel Ballester, Director Médico del Departament de Salut València La Fe, y la doctora Isabel Boscá, Subidirectora Médica del mismo, quienes han querido agradecer y dedicar estos premios a todo el personal de La Fe que con su esfuerzo han conseguido situarnos entre los mejores hospitales de España, incluso en una época de pandemia tan complicada.
El Hospital La Fe es un centro con 50 años de historia, integrado en el Departament de Salut València La Fe y que cuenta con 20 centros de Atención Primaria, cuatro Puntos de Atención Continuada y un centro de Especialidades.
La Fe es el hospital público de referencia para los más de 5 millones de habitantes de la Comunitat Valenciana. Dispone de 1.000 camas de agudos y críticos y destaca por su actividad de referencia, la alta profesionalidad de sus cerca de 7.000 trabajadores y su equipamiento de alta tecnología. Además, atiende más de 3.000 pacientes diarios en consultas externas, 1.000 pacientes hospitalizados y más de 700 en Urgencias. Dispone de 20 unidades de referencia acreditadas por el Sistema Nacional de Salud y 3 redes Europeas de Referencia.
Premios Best Spanish Hospitals
Esta ha sido la tercera edición de los premios Best Spanish Hospitals Awards (BSH), organizados por Higia Benchmarketing y ASHO, con la colaboración de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA). El certamen ha reunido a un total de 122 hospitales españoles, 65 de ellos públicos y 57 privados con el fin de poner en valor su eficiencia, adecuación y calidad asistencial.
Estos tres aspectos han sido valorados y estudiados a través del análisis de más de 250 indicadores de eficiencia, adecuación y calidad asistencial, con el fin de potenciar un benchmarking orientado a la mejora continua en la gestión clínica de los hospitales agudos españoles.
Además, en esta edición, se ha presentado el Informe Impacto de la COVID-19 en los hospitales españoles, en el que se analizan los resultados de los efectos de la pandemia en el conjunto de los122 hospitales participantes.
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Salud y Bienestar
Qué significa tener hambre al rato de comer: la señal de que algo va mal
Publicado
hace 6 horasen
11 noviembre, 2025
¿Te ha pasado que terminas de comer y, apenas una hora después, sientes otra vez hambre? No estás solo. Tener hambre al rato de comer es una sensación más común de lo que parece, y puede estar relacionada tanto con lo que comes como con cómo come tu cuerpo. En este artículo te explicamos por qué ocurre, qué causas pueden estar detrás y qué puedes hacer para controlarlo sin pasar hambre ni ansiedad.
¿Es normal tener hambre poco después de comer?
Sentir hambre poco tiempo después de comer puede ser normal en determinadas circunstancias, pero también puede indicar que algo no está funcionando correctamente en tu metabolismo, tus hormonas o tus hábitos alimenticios.
El hambre es un mecanismo fisiológico controlado por una compleja red de hormonas (como la grelina y la leptina), neurotransmisores y señales del sistema digestivo. Cuando el cuerpo necesita energía, se libera grelina, la “hormona del hambre”, que avisa al cerebro de que es hora de comer. Tras una comida completa, deberían aumentar los niveles de leptina y otras hormonas de saciedad, lo que envía al cerebro la señal contraria: la de estar satisfecho.
Si esa sensación de saciedad dura poco o desaparece enseguida, puede que el cuerpo no esté recibiendo los nutrientes o las proporciones adecuadas para mantenerse estable.
Causas más frecuentes del hambre poco después de comer
1. Comidas bajas en proteínas o grasas saludables
Uno de los errores más comunes es comer platos con muchos carbohidratos simples (pan blanco, arroz, pasta o dulces) y pocas proteínas o grasas saludables.
Estos alimentos provocan picos rápidos de glucosa en sangre que, tras una subida, se desploman en poco tiempo. Esa caída brusca de azúcar activa de nuevo el apetito y genera la sensación de hambre, aunque el estómago esté lleno.
Solución: incluye en cada comida una fuente de proteína (pollo, pescado, huevo, tofu o legumbres) y grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra). Te ayudarán a mantener la glucosa estable y a prolongar la sensación de saciedad.
2. Exceso de azúcares o carbohidratos refinados
Los productos ultraprocesados, los zumos industriales o los cereales azucarados generan lo que se conoce como “montaña rusa de glucosa”. Este fenómeno hace que, tras un pico energético momentáneo, tu cuerpo reclame más comida rápidamente.
Solución: opta por carbohidratos complejos y de bajo índice glucémico, como avena, arroz integral, legumbres o pan de centeno, que se digieren más lentamente y mantienen estables los niveles de energía.
3. Comer demasiado rápido
Cuando comes con prisa, el cerebro no tiene tiempo de procesar la señal de saciedad. El cuerpo necesita entre 15 y 20 minutos para activar la respuesta hormonal que indica que has comido suficiente. Si terminas antes, es muy probable que al poco rato vuelvas a tener hambre.
Solución: mastica despacio, evita distracciones como el móvil o la televisión y da tiempo a tu cuerpo a “registrar” la comida.
4. Falta de fibra en la dieta
La fibra es uno de los componentes más importantes para regular el apetito. Aumenta el volumen de los alimentos en el estómago, ralentiza la digestión y ayuda a mantener estable el azúcar en sangre.
Si tu dieta es pobre en frutas, verduras o cereales integrales, es normal que la sensación de saciedad desaparezca enseguida.
Solución: añade más fibra soluble (presente en avena, manzana, lentejas o chía) para mantenerte lleno durante más tiempo.
5. Desequilibrio hormonal
En mujeres, especialmente en etapas de perimenopausia o síndrome premenstrual, los niveles de estrógenos y progesterona pueden alterar las señales de hambre y saciedad.
También en hombres y mujeres con resistencia a la insulina o hipotiroidismo, el apetito puede dispararse incluso tras comidas completas.
Solución: si notas que este patrón se repite con frecuencia, consulta con un endocrino. Un análisis hormonal puede detectar desequilibrios que estén afectando tu metabolismo.
6. Deshidratación
A menudo confundimos hambre con sed. El hipotálamo —la parte del cerebro que regula ambas sensaciones— puede enviar señales similares cuando el cuerpo necesita agua.
Solución: antes de picar algo, bebe un vaso de agua y espera unos minutos. Si la sensación desaparece, probablemente tu cuerpo solo necesitaba hidratarse.
7. Falta de sueño y estrés
Dormir poco o vivir en estado de estrés continuo aumenta la grelina (hormona del hambre) y reduce la leptina (hormona de la saciedad). El resultado: más apetito, más ansiedad por comer y más dificultad para controlar los impulsos, sobre todo por alimentos calóricos y dulces.
Solución: procura dormir entre 7 y 8 horas por noche y busca técnicas que te ayuden a gestionar el estrés, como el ejercicio físico, la meditación o pasear al aire libre.
8. Consumo excesivo de alcohol o cafeína
El alcohol inhibe temporalmente la producción de leptina, mientras que la cafeína puede alterar el equilibrio del azúcar en sangre. Ambos factores provocan un efecto rebote de hambre tras su consumo.
Solución: reduce el alcohol y limita la cafeína a dos tazas de café al día. Si te apetece una bebida caliente, elige infusiones naturales o descafeinadas.
Cómo saber si lo que sientes es hambre real o emocional
A veces, el hambre no tiene nada que ver con la necesidad de comer, sino con una respuesta emocional.
El hambre emocional aparece repentinamente, suele dirigirse hacia un tipo concreto de alimento (dulce, salado o ultraprocesado) y no desaparece aunque comas.
Por el contrario, el hambre fisiológica crece gradualmente y puede satisfacerse con casi cualquier tipo de comida.
Truco: antes de comer, pregúntate si es hambre o aburrimiento, ansiedad, estrés o cansancio. Identificar la diferencia es clave para mantener una relación sana con la comida.
Consejos para evitar tener hambre al poco tiempo de comer
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No te saltes comidas. Saltar comidas desequilibra tus hormonas y aumenta el riesgo de atracones.
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Incluye proteínas y grasas saludables en cada plato. Ayudan a mantener estable el azúcar en sangre.
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Prioriza alimentos reales. Evita ultraprocesados y apuesta por frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
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Mantente hidratado. Muchas veces el cuerpo pide agua, no comida.
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Descansa lo suficiente. Dormir bien mejora el control del apetito.
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Gestiona el estrés. Evita que el cortisol dispare el hambre emocional.
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Escucha a tu cuerpo. Come despacio, sin distracciones y solo hasta sentirte satisfecho.
Cuándo consultar con un especialista
Si sientes hambre de forma constante después de comer, incluso tras menús equilibrados y con horarios regulares, puede ser un signo de resistencia a la insulina, hipoglucemia reactiva o alteraciones hormonales.
Un endocrino o nutricionista puede ayudarte a encontrar la causa exacta y ajustar la dieta a tus necesidades metabólicas.
Conclusión: el hambre temprana es una señal que el cuerpo envía, no un fallo
Tener hambre poco después de comer no siempre es un problema, pero sí una alerta de que algo puede mejorarse en tu alimentación, tu descanso o tu equilibrio hormonal.
Escuchar al cuerpo, elegir alimentos saciantes y mantener hábitos saludables son las claves para controlar el apetito sin renunciar al placer de comer.
Cuando el cuerpo recibe los nutrientes adecuados, el hambre deja de ser una lucha y se convierte en un mensaje de equilibrio interno.
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