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Salud y Bienestar

Las enfermedades que puedes contraer en un baño público y cómo protegerte

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ROMAN ODINTSOV-PEXELS

¿Son realmente peligrosos los baños públicos?

Los baños públicos han sido durante décadas objeto de mitos, temores y dudas en torno a su higiene. Aunque muchas de las enfermedades que se atribuyen a su uso no se contagian fácilmente por contacto superficial, lo cierto es que sí existen ciertos riesgos para la salud si no se toman las debidas precauciones.

En este artículo, repasamos las principales infecciones y enfermedades que pueden transmitirse en un baño público y te damos consejos prácticos para evitar sustos innecesarios. La clave está en la prevención y en adoptar buenos hábitos de higiene.


Enfermedades más comunes que puedes contraer en un baño público

1. Infecciones urinarias

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son más frecuentes en mujeres, sobre todo si se entra en contacto con superficies contaminadas. Sin embargo, el riesgo de contraer una ITU directamente por sentarse en un inodoro público es bajo. El verdadero peligro está en una mala higiene íntima, en no lavarse las manos o en secarse mal tras la micción.

Consejo: usa papel higiénico para cubrir la tapa del váter si es necesario y límpiate de adelante hacia atrás para evitar el paso de bacterias del ano a la uretra.


2. Infecciones gastrointestinales

Norovirus, E. coli, Salmonella o rotavirus son algunos de los virus y bacterias que pueden encontrarse en superficies contaminadas como pomos de puertas, grifos o cisternas. Estos microorganismos causan diarreas, vómitos y fiebre.

Consejo: evita tocarte la cara mientras estés en el baño y lávate siempre las manos con agua y jabón antes de salir. Si no hay jabón disponible, usa gel hidroalcohólico.


3. Hongos y pie de atleta

Los hongos prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como los suelos de las duchas públicas o vestuarios. El más común es el pie de atleta, una infección que afecta la piel entre los dedos de los pies, causando picor, enrojecimiento y descamación.

Consejo: nunca vayas descalzo en baños públicos o vestuarios. Usa siempre chanclas o sandalias de ducha.


4. Verrugas plantares (papilomavirus)

El virus del papiloma humano (VPH) puede encontrarse en superficies húmedas y provocar verrugas en los pies si la piel presenta pequeñas grietas o cortes. Las verrugas plantares son dolorosas y difíciles de eliminar.

Consejo: usa calzado adecuado y evita el contacto directo con el suelo. Si notas alguna lesión extraña en la planta del pie, acude a un dermatólogo.


5. Infecciones respiratorias

Aunque menos frecuentes en los baños, los resfriados comunes, gripes o incluso COVID-19 pueden transmitirse si hay personas infectadas que estornudan o tosen en un espacio cerrado sin ventilación. Algunos virus sobreviven varias horas en superficies plásticas o metálicas.

Consejo: si el baño no está bien ventilado o está muy concurrido, intenta reducir el tiempo de estancia. Usa el codo para abrir puertas y toca lo menos posible.


6. Hepatitis A

Este virus se transmite por vía fecal-oral y puede sobrevivir en superficies como los grifos, la cadena del váter o el dispensador de jabón. Provoca fiebre, náuseas, dolor abdominal y coloración amarillenta de la piel.

Consejo: extrema la higiene de manos, especialmente si vas a comer justo después de usar el baño.


¿Se pueden contraer ETS en un baño público?

Este es uno de los mitos más extendidos. Las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, clamidia o el VIH no se contagian por sentarse en un inodoro, ya que los virus no sobreviven mucho tiempo fuera del cuerpo humano y necesitan un contacto directo con fluidos corporales.


Consejos para protegerte en baños públicos

  • Lava tus manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos después de usar el baño.

  • Evita tocarte la cara (ojos, nariz o boca) hasta que te hayas lavado las manos.

  • Lleva pañuelos o toallitas desinfectantes para limpiar el asiento del inodoro o el pomo si lo necesitas.

  • Evita sentarte directamente sobre la taza. Usa papel higiénico como protección o, si hay, fundas de papel desechables.

  • Usa tus propias toallitas o geles antibacterianos, especialmente si el baño no dispone de jabón.

  • Evita ir descalzo, especialmente en duchas públicas o zonas húmedas.

  • Tira de la cadena con el pie o el codo si puedes, para evitar contacto con superficies contaminadas.

  • Evita colocar el bolso o mochila en el suelo del baño. Usa un gancho o cuélgalo del pomo.


Conclusión: la higiene es tu mejor defensa

Los baños públicos no son el infierno bacteriano que a menudo se describe, pero tampoco están exentos de riesgos. Una buena higiene personal es la barrera más eficaz para prevenir infecciones, especialmente si se viaja mucho, se usan instalaciones públicas con frecuencia o se tienen las defensas bajas.

La mayoría de los contagios no se producen por el uso del inodoro en sí, sino por el contacto con manos sucias y superficies contaminadas. Así que si aprendes a lavarte bien las manos, proteger tus pies y minimizar el contacto, puedes usar un baño público con tranquilidad.

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¿Cuáles son los síntomas de un infarto?

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Los síntomas de un infarto son variados. El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que va al corazón. Por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón (coronarias). Los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas.

El proceso de acumulación de placas se llama ateroesclerosis.

A veces, una placa puede romperse y formar un coágulo que bloquea el flujo de sangre. La interrupción del flujo de sangre puede dañar o destruir una parte del músculo cardíaco.

El ataque cardíaco también se conoce como infarto de miocardio.

Si se produce un ataque cardíaco, es necesario recibir tratamiento de inmediato a fin de evitar la muerte. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que estás teniendo un ataque cardíaco.

Síntomas de un infarto

Los síntomas de un ataque cardíaco varían. En algunas personas, estos síntomas son leves. Otras personas tienen síntomas graves. Algunas personas no presentan síntomas.

Los síntomas frecuentes de un ataque cardíaco incluyen:

  • Dolor en el pecho que puede sentirse como presión, opresión, dolor, o sensación opresiva o de dolor.
  • Dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen.
  • Sudor frío.
  • Fatiga.
  • Acidez estomacal o indigestión.
  • Aturdimiento o mareos repentinos.
  • Náusea.
  • Falta de aire.

Las mujeres pueden tener síntomas atípicos, como dolor punzante o breve en el cuello, el brazo o la espalda. A veces, el primer síntoma de un ataque cardíaco es un paro cardíaco repentino.

Algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. El dolor en el pecho o la presión (angina) que persiste y no desaparece con el descanso puede ser un signo de alarma temprano. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.

Cuándo debes consultar con un médico

Busca ayuda de inmediato si crees que estás teniendo un ataque cardíaco. Adopta las siguientes medidas:

  • Llama a emergencias. Si crees que estás teniendo un ataque cardíaco, llama inmediatamente al 911 o al número de emergencia local. Si no tienes acceso a servicios médicos de urgencia, pídele a alguien que te lleve al hospital más cercano. Conduce solamente si no queda otra opción.
  • Toma nitroglicerina si te la recetó el proveedor de atención médica. Tómala según las instrucciones mientras esperas la ayuda de emergencia.
  • Toma aspirina, si el médico lo recomienda. El consumo de aspirina durante un ataque cardíaco podría reducir el daño cardíaco al evitar que la sangre forme coágulos.La aspirina puede interactuar con otros medicamentos, así que no la tomes a menos que el proveedor de atención médica o el personal médico de emergencia te lo indiquen. No retrases la llamada al 911 para tomar aspirina. Llama primero al número de emergencias.

Qué hacer si ves que una persona podría estar teniendo un infarto

Si una persona está inconsciente y piensas que está teniendo un ataque cardíaco, primero llama al 911 o al número local de emergencias. Luego, verifica si la persona está respirando y si tiene pulso. Si la persona no respira o no le encuentras pulso, comienza a realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP).

  • Si no has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar, realiza la reanimación solamente con las manos. Es decir, presiona el pecho de la persona con firmeza y rapidez (entre 100 y 120 compresiones por minuto).
  • Si has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar y te sientes seguro de poder hacerlo, comienza con 30 compresiones en el pecho antes de hacer dos respiraciones de rescate.

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