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ENTREVISTA| Salvador Illa: «Todo el mundo llegó tarde, también España. Lo he hecho lo mejor que he podido»

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Adaya González y Berta Pinillos

Barcelona, 25 dic (EFE).- Casi un año después de tomar las riendas del Ministerio de Sanidad, Salvador Illa reconoce que se han cometido errores por parte de todos y, pese a los complicados momentos que también a él le ha traído esta «terrible» pandemia, volvería a aceptar el encargo. «No me arrepiento», asegura.

«Lo he hecho lo mejor que he podido», reconoce en una entrevista con Efe en la que hace balance de estos casi doce meses de pandemia y comenta los proyectos que tiene planeados para el departamento que dirige desde el pasado 13 de enero, apenas la pesadilla de la covid-19 «deje espacio».

En lo que no va a «perder un minuto» es en batallar con ninguna comunidad autónoma, aunque haya alguna que lo intente. «Mi beligerancia se centra únicamente contra el virus. Lo demás, ni un minuto», zanja.

«TODO EL MUNDO LLEGÓ TARDE, TAMBIÉN ESPAÑA»

Illa cree que el coronavirus «sorprendió a todos», y eso obligó a ir adoptando medidas en función de la información que se iba recibiendo, disposiciones que en ese momento se creían las «correctas y adecuadas»; revisar ahora decisiones que se tomaron en la primera ola con los datos actuales -cree- «no es muy honesto».

«He de reconocer que todo el mundo llegó tarde, también España», admite el ministro para puntualizar, sin embargo, que aun «yendo tarde y cometiendo errores, fuimos también los primeros en reaccionar», decretando el primer estado de alarma y el confinamiento de la población apenas dos días después de que la OMS declarara la pandemia.

Illa considera «obligado» hacer una evaluación independiente, «por descontado, de la acción del Ministerio, del Gobierno, de las comunidades y de los sistemas sanitarios», pero ha de ser «constructiva» y realizada por expertos de distintas disciplinas.

A tal efecto se constituyó un grupo de trabajo en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, centrado en elaborar el marco en el que se desarrollará esta evaluación, que quiere «lo antes posible».

«Hay quien lleva interesado desde el primer día, más que en combatir el virus, en combatir al Gobierno; allá ellos. Nosotros queremos hacer una evaluación constructiva, serena, pausada y que nos dé pautas de actuación de cara al futuro», añade.

SUS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES

Illa rememora dos de los momentos más difíciles a los que se ha enfrentado: el primero, dice sin dudar, es el del pico de finales de marzo y principios de abril, cuando los fallecidos diarios se contaban por centenares hasta casi el millar.

Otro momento «nada fácil» fue el de restringir las asistencias a los funerales: «Si ya es muy doloroso perder a un ser querido, no poderte despedir de él, no poderle acompañar, multiplica ese dolor», lamenta.

Y, a nivel interno, el día de mayo en el que el entonces secretario general de Sanidad, Faustino Blanco, que desde el primer día le pidió ser relevado, tuvo que ser atendido de urgencias por un problema cardiaco «debido a la presión sufrida todos estos meses».

«Le fui pidiendo que fuera continuando, así que, cuando pasó esto, me sentí un poco responsable». Afortunadamente, recuerda, «todo salió bien».

LA EJEMPLARIDAD DE LA CIUDADANÍA Y LOS SANITARIOS

Pese a todos los sinsabores, de este año el ministro se queda con el comportamiento de la ciudadanía, que «ha sido ejemplar», como lo ha sido también la respuesta de los profesionales sanitarios.

La pandemia nos ha sacado «lo mejor de nosotros mismos, y a veces también lo peor. Todos tenemos imágenes en la retina de ejemplos de solidaridad», como fue el sector automovilístico entregado a la fabricación de respiradores o al textil elaborando mascarillas.

«Ha habido cosas que ponen la piel de gallina, porque ha habido reacciones muy espontáneas en un momento de mucha dureza, en el que todo el mundo ha entendido que había que volver a descubrir esa dimensión comunitaria y que no vivimos aislados», concluye.

Illa recibió «como un honor» el ofrecimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para sustituir a María Luisa Carcedo en Sanidad, un cargo que volvería a asumir incluso sabiendo la que estaba por venir apenas unos días después de ser nombrado.

«No me arrepiento de haber aceptado el ofrecimiento del presidente; lo sentí en ese momento como un honor y he hecho las cosas lo mejor que he podido. Claro que, si hubiéramos sabido que iba a pasar esto, los planteamientos hubieran sido muy distintos, pero no me arrepiento de haber aceptado el cargo y para mí es un honor», reitera.

FERNANDO SIMÓN, UN TRABAJADOR INCANSABLE Y MUY HONESTO

Nunca el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, le ha pedido tirar la toalla a pesar de las críticas, y de él destaca que «desde el minuto cero» ha ejercido sus tareas «de forma muy ejemplar» y asumiendo decisiones que «son muy difíciles de tomar».

«Es un trabajador incansable y muy honesto», recalca el ministro, que recuerda que no fue él quien lo nombró y que todo el mundo sabe quién lo hizo.

Para Illa, Simón «y los Fernando Simón que hay en nuestro país en el ámbito de la salud publica y en muchos otros ámbitos son servidores públicos vocacionales y ejemplares», y considera que las peticiones para que le destituya del cargo «han sido minoritarias y poco representativas».

LA TERCERA OLA

Superada la primera y después una segunda, la tercera ola ha empezado a despuntar hace unos días con un aumento progresivo de la incidencia, después de que las comunidades relajaran las medidas a principios de diciembre, aunque está convencido de que todas han actuado «rápidamente» y que pronto se verán los resultados.

No obstante, hace hincapié en la importancia de reducir al máximo la movilidad y los contactos sociales en estas fiestas navideñas.

«No nos cansamos de repetir que la Navidad, en casa; no nos movamos y estemos con la familia más próxima», abunda antes de valorar la labor de las autonomías para frenar el aumento de casos, ya que están actuando «correctamente».

Cree que España está preparada para afrontar «lo que tenga que venir», pero, apunta, lo que hay que hacer sobre todo, y donde «hay que poner el acento y el esfuerzo», es en evitar que los contagios aumenten considerablemente.

LA RELACIÓN CON MADRID «ES BUENA»

El ministro asegura que la relación con la Comunidad de Madrid, que desde casi el principio ha sido una de las más combativas con las decisiones del Ministerio, «es buena». «En todo caso», avisa, no va a «perder un minuto en beligerancia con ninguna comunidad autónoma».

Sobre la petición que le ha hecho el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, para hacer test rápidos de antígenos en las farmacias, Illa reitera que «estas cosas hay que hacerlas bien».

«Se puede estudiar, claro que sí», y de hecho el Ministerio está analizando la propuesta madrileña, pero todavía «hay toda una serie de detalles que han sido objeto de aclaración y vamos a ver cómo podemos resolverlos».

Aun así, insiste en que «las cosas con seguridad, con calma y sin apresurarse».

FATIGA PANDÉMICA

Para tratar de mitigar los efectos de la fatiga pandémica en el personal sanitario y en el resto de la ciudadanía, recuerda que «ya tenemos un horizonte», que son las vacunas, las cuales empezarán a administrarse en España el próximo domingo.

«Es un horizonte de cinco o seis meses», anima el ministro, que lo considera el principio del fin, cuando ya haya una población inmunizada suficiente para poder empezar a relajar medidas «de forma importante».

Según la información de la que dispone sobre las nuevas cepas del coronavirus detectadas en el Reino Unido y Sudáfrica, no parece que invaliden la vacuna ni que haya una «evidencia incontestable» de que sean mucho más letales ni de que sean más transmisibles.

Por el momento, no hay constancia de que haya casos en España con estas variantes, pero Sanidad ha encargado esta semana al Instituto de Salud Carlos III y a la Dirección General de Salud Pública que actualicen el programa de secuenciación de cepas «para estar atentos».

EUTANASIA, ATENCIÓN PRIMARIA y TABACO

La Atención Primaria está siendo uno de los servicios asistenciales más castigados por la pandemia, por lo que los presupuestos contemplan mil millones de euros para su refuerzo, y la intención de Illa es, además, seguir con el plan aprobado durante la gestión de su antecesora en el cargo, María Luisa Carcedo.

«Es un marco estratégico consensuado con las comunidades y los implicados muy operativo, con una serie de objetivos y retos e hitos; me parece que es el punto de partida para invertir este dinero, tomar este marco estratégico», asevera.

Precisamente, Carcedo ha sido la ponente de la recién aprobada ley de eutanasia en el Congreso, con la que Illa sintió que se estaba dando respuesta al «clamor» que existía en la sociedad española.

«No es obligar a nadie a hacer nada, es dar un derecho» a aquellas personas que sufren una «enfermedad crónica incurable o tienen un sufrimiento insoportable y crónico a que puedan, si así lo consideran y con las debidas garantías de la sanidad pública, poner fin a este sufrimiento inquebrantable que tienen».

Tras este hito, otro de los retos de Sanidad es endurecer lo antes posible la ley antitabaco, ya que alrededor de 68.000 muertes al año están asociadas a esta sustancia.

«Lo vamos a hacer lo antes posible en la medida en que la covid nos deje espacio, que nos lo va a dejar bien pronto, espero», concluye.

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Cultura

Muere Alfonso Ussía

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Alfonso Ussia

Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.

Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.

Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.

Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.

Su compromiso con la escritura hasta el final

La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.

Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.

Raíces familiares e influencias

Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.

De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.

Formación y primeros pasos

Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.

Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.

Poesía satírica y provocación inteligente

Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.

También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.

Estrella indiscutible de ABC

Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.

Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.

Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.

El retiro en Ruiloba y una vida nueva

Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.

Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo

El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.

Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.

Principios inquebrantables

Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.

La última distinción y la despedida

A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.

El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.

Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.

Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.

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