La Real Academia Española (RAE) ha presentado este lunes la versión electrónica 23.8.1 del Diccionario de la Lengua Española (DLE), una actualización que incorpora 330 novedades léxicas y que sirve como anticipo de la edición 24, prevista para su publicación en 2026. Entre los términos que llaman especialmente la atención figura ‘farlopa’, recogida como sinónimo coloquial de cocaína, junto a numerosas palabras de uso cotidiano que hasta ahora carecían de reconocimiento oficial.
La presentación ha tenido lugar en la sede de la RAE en Madrid y ha estado encabezada por su director, Santiago Muñoz Machado, quien ha subrayado que esta actualización tiene “menos pretensiones” que otras, aunque refleja con claridad los cambios sociales, tecnológicos y culturales que están transformando el idioma.
Del lenguaje callejero a la tecnología digital
Junto a ‘farlopa’, el diccionario incorpora expresiones populares como ‘simpa’ (irse sin pagar), ‘marcianada’, ‘bocachancla’ o ‘braguetazo’, así como nuevos usos de palabras ya existentes, por ejemplo ‘brutal’ como sinónimo de magnífico o ‘chapar’ con el significado de cerrar un establecimiento.
El impacto de internet y las redes sociales también queda reflejado en la entrada de términos como ‘streaming’, ‘smartphone’, ‘crowdfunding’, ‘login’ o ‘hashtag’, muchos de ellos registrados como extranjerismos crudos que deben escribirse en cursiva. A su vez, el verbo ‘loguearse’ consolida su presencia como adaptación al español del entorno digital.
Actualidad, cultura y nuevos hábitos sociales
La nueva versión del DLE incluye vocabulario vinculado a conflictos políticos y sociales, como ‘bioterrorismo’ o ‘eurofobia’, y expresiones del ámbito cultural y mediático como ‘alfombra roja’, ‘juguete roto’, ‘microteatro’ o ‘biblia’, en referencia al documento que define personajes y tramas de una serie de televisión.
También se incorporan palabras relacionadas con nuevos estilos de vida y consumo, como ‘autoconsumo’, ‘crudivorismo’, ‘piercing’, ‘outlet’, así como términos gastronómicos y técnicos como ‘texturizar’ o ‘truficultor’.
Ciencia, salud y americanismos
La actualización refuerza además el campo científico y sanitario con nuevas acepciones y lemas como ‘eco’ (ecografía), ‘episodio’ en sentido clínico, ‘infecciosidad’, ‘rosácea’, ‘autovacuna’ o ‘exoesqueleto’. En biología, se suman voces como ‘alelopatía’ y expresiones de uso ambiental como ‘pulmón verde’.
Desde América Latina llegan términos de uso común como ‘chamaco’ y ‘chamaca’, que pasan a formar parte del repertorio general del español.
Un proceso lento guiado por los hablantes
Muñoz Machado ha insistido en que ninguna de estas incorporaciones responde a decisiones arbitrarias. “El diccionario no se construye por ocurrencias”, ha señalado, recordando que se trata de un proceso largo, basado en el uso real de la lengua y en propuestas que llegan tanto de lingüistas como de colectivos sociales.
En esa línea, la RAE mantiene la advertencia ya incorporada este año al término ‘mena’, indicando que su uso puede tener carácter despectivo, reflejo del debate social en torno a esta palabra.
Un anticipo del diccionario del futuro
La versión 23.8.1 del DLE confirma que el diccionario sigue siendo un reflejo vivo de la sociedad, capaz de integrar desde el lenguaje más académico hasta el coloquial, pasando por la jerga digital y los cambios culturales. Con la vista puesta en la edición impresa de 2026, la RAE reconoce que son los hablantes quienes, con su uso diario, marcan el rumbo del español.
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