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Estresados y deprimidos, así están los profesionales sanitarios según una encuesta

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València, 11 dic (EFE).- El 37,7 % de los trabajadores sanitarios confiesa sentirse deprimido por la evolución de los contagios y la situación de saturación hospitalaria, un 44 % muestra una sintomatología de estrés y el 50 % asegura que su calidad de vida ha empeorado desde febrero de 2020.

Estas son algunas de las conclusiones del Cuestionario de Evaluación Emocional para Personal Sanitario tras la covid-19 elaborado por Kayros Salud para Unión Sanitaria Valenciana, entidad que representa a alrededor de 45.000 profesionales sanitarios en la Comunitat Valenciana.

Unión Sanitaria Valenciana incluye a una docena de profesiones sanitarias: psicólogos, enfermeras, médicos, farmacéuticos, odontólogos, ópticos-optometristas, veterinarios, fisioterapeutas, logopedas, dietistas-nutricionistas, podólogos y terapeutas ocupacionales, según fuentes de la entidad.

El muestreo se ha elaborado con cerca de 2.000 encuestas, en dos fases comprendidas entre julio y septiembre de 2020, hechas en varios puntos de la Comunitat entre sanitarios y no sanitarios.

OBJETIVOS DE LA ENCUESTA
El propósito del análisis ha sido evaluar la percepción del estado emocional, la actuación de las autoridades sanitarias o el nivel de riesgo de contagio. La encuesta evidencia la presión vivida durante la pandemia entre los profesionales vinculados a la sanidad y el «desasosiego constante» en sus funciones clínicas o terapéuticas.

«La incertidumbre, junto con los mensajes divergentes, las jornadas maratonianas y la falta del material de protección, han derivado en depresión, ansiedad y estrés, entre otros trastornos», apunta el presidente de Unión Sanitaria y decano del Colegio de Psicología de Valencia, Francisco Santolaya.

La tónica mayoritaria de las respuestas «demuestra el pesimismo generalizado», según Santolaya, quien incide en que gran parte de las personas encuestadas «percibe encontrarse peor que en febrero de 2020».

PEOR CALIDAD DE VIDA Y DESCONTENTO CON LAS MEDIDAS OFICIALES
Aproximadamente un 50 % de las personas consultadas ha manifestado que su calidad de vida ha empeorado, frente a un 36-40 % que afirma que su situación apenas ha variado.

Sobre las medidas llevadas a cabo por la Administración a la hora de proteger a los profesionales también hay unanimidad entre el colectivo no sanitario y el sanitario. Existe un descontento general que alcanza el 70 % de la muestra e incluso un 30 % ha puntuado con un 0 el nivel de actuación del Gobierno regional o central para facilitar material de protección contra los contagios, guías de actuación o materiales de concienciación.

A las preguntas relacionadas con el riesgo percibido ante la posibilidad de sufrir un contagio en los puestos de trabajo (donde 0 era «ningún riesgo» y 10 correspondía a «riesgo muy alto»), el colectivo sanitario demuestra mayor preocupación con índices que oscilan entre 7 y 10 de riesgo percibido, mientras que la mayor parte de la población no sanitaria asume un nivel de riesgo entre 2 y 5.

En el caso de Enfermería es especialmente alto el riesgo percibido, con más de un 50 % puntuando 8 o más, y marcando con el riesgo máximo de contagio (10) el 32,5 % de las colegiadas encuestadas.

NIVELES ALTOS DE ESTRÉS
Respecto al estrés que ha podido suponer mantener las medidas de seguridad (distancia, distribución de espacios, limpieza de manos o uso de mascarillas y pantallas protectoras) los datos afloran que los sanitarios alcanzan puntuaciones más elevadas (7-8 puntos) que el personal no sanitario (5 puntos), en una escala en la que 0 es igual a ningún estrés y 10 se equipara a estrés muy alto.

El estudio constata también que existe un leve descenso del nivel de estrés de los sanitarios entre la primera fase de la encuesta (julio-agosto) y la segunda (octubre-noviembre), de los 8 a los 7 puntos. Una pequeña disminución que, según los expertos, puede deberse a la interiorización de las medidas.

Entre los profesionales más deprimidos se encuentran las enfermeras, los farmacéuticos y otros colectivos sanitarios como los ópticos-optometristas. Con respecto al estrés, los más afectados son enfermeras, farmacéuticos, veterinarios y fisioterapeutas, quienes traspasan la sintomatología leve, aunque los enfermeros superan la sintomatología moderada, con niveles preocupantes.

En el otro lado de la balanza se encuentran los profesionales sanitarios de Psicología que, según la encuesta, son los que presentan menos incidencia y gravedad en cuanto a depresión, estrés y ansiedad. No obstante, constituyen uno de los grupos que más somatizan.

Además, más del 50 % de las personas encuestadas presenta uno o varios síntomas físicos relevantes (dolor de cabeza, de estómago o de espalda) asociados al malestar psicológico.

La prevalencia de sintomatología obsesivo-compulsiva resulta bastante similar entre los grupos, aunque, en general, el colectivo de enfermería es el que mayor incidencia presenta, superando la sintomatología leve de TOC.

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Quién es Antonio Hernández y por qué Sánchez lo ha cesado tras el escándalo del caso Salazar

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Antonio Hernández
Antonio Hernández-Portal de Transparencia del Gobierno/ PSOE

Cese inminente en el Gobierno

El Consejo de Ministros aprobará este martes el cese de Antonio Hernández, hasta ahora director del Departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, después de la gestión interna del caso Salazar, donde dos militantes socialistas denunciaron presunto acoso sexual por parte del exasesor Paco Salazar, colaborador estrecho del Gobierno en análisis electoral.

Moncloa asegura que el cese se toma “con contundencia” tras conocer los hechos denunciados y que la decisión ha sido compartida con Hernández, quien habría admitido que su continuidad en el cargo “no era sostenible” desde el momento en el que estalló el escándalo.

La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha decidido también apartarlo de la Ejecutiva del PSOE de Andalucía, donde ejercía como responsable de la Secretaría de Datos.

Quién es Antonio Hernández

Hernández desempeñaba uno de los cargos más estratégicos dentro del núcleo presidencial: el director de Coordinación Política del Gabinete de Moncloa, encargado de asesoramiento, apoyo y refuerzo del programa político del Gobierno, según el Portal de Transparencia.

Formado como técnico especialista en Publicidad, ha trabajado en Presidencia del Gobierno, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, y era una figura de confianza dentro de los equipos de análisis electoral.

Su vinculación con Paco Salazar —exmilitante socialista y asesor político— ha sido determinante en la decisión política. Varias trabajadoras que denunciaron internamente el comportamiento de Salazar mencionaron a Hernández como presunto “cómplice” o “encubridor”, extremos que él niega, aunque asegura que se aparta por responsabilidad y para proteger al Gobierno.

Malestar creciente en el PSOE

El cese no llega en un clima político sencillo. La militancia y cargos intermedios del PSOE critican la tardanza en la gestión de las denuncias internas, algo que ya ha reconocido públicamente el partido. El comunicado enviado el viernes a las federaciones admitía que “no se estuvo a la altura” con las denunciantes.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió por primera vez al caso durante los actos del Día de la Constitución, asumiendo personalmente la responsabilidad por el retraso y reconociendo que no había hablado con las denunciantes en meses.

El malestar interno crece ahora en torno a la pregunta clave: ¿debe el PSOE llevar el caso a la Fiscalía o deben hacerlo exclusivamente las denunciantes?

Debate interno: Fiscalía, responsabilidades y gestión

Sánchez defiende que la decisión pertenece únicamente a las víctimas. Si presentan denuncia formal ante la Fiscalía, asegura que recibirán todo el apoyo jurídico, institucional y personal del partido.

Sin embargo, otras voces dentro del Gobierno y del partido consideran que el PSOE debería llevar el caso por iniciativa propia, sin esperar a las mujeres denunciantes. El mensaje no es uniforme: mientras la dirección se alinea con Sánchez, algunos altos cargos reclaman una posición más proactiva.

Desde el Ejecutivo admiten errores:

“El caso se ha gestionado muy mal. No hemos acompañado correctamente y no se puede tardar tanto tiempo. Ha faltado diligencia”.

Una alta fuente de Moncloa es aún más explícita:

“No hemos estado encima y no lo entiendo. La reunión telemática con las responsables de Igualdad no ha servido. Persisten división y ruido interno”.

Las palabras de Carmen Calvo

La exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, ahora presidenta del Consejo de Estado, apuntó este fin de semana en una entrevista a la existencia de “liderazgos testosterónicos e hiper-masculinizados” dentro de la política cuando se le preguntó por los escándalos que afectan al PSOE.

Calvo recuerda que ella misma trasladó al partido anteriormente denuncias sobre comportamientos machistas, lo que aumenta el debate interno sobre los protocolos y la cultura política en torno a igualdad, denunciantes y gestión de casos sensibles.

Último pleno del año y nuevas tensiones

El miércoles se celebrará la última sesión de control del año, con polémica añadida: el Gobierno ha informado que siete ministros no estarán disponibles para ser preguntados, entre ellos:

  • María Jesús Montero, señalada por haber blindado o protegido a Salazar en Ferraz y Moncloa

  • Pilar Alegría, que fue fotografiada en noviembre comiendo con Salazar cuando este ya había sido denunciado

Para el Partido Popular, las ausencias no están justificadas y su portavoz en el Congreso, Esther Muñoz, reclama un cambio reglamentario para evitar que los ministros puedan esquivar preguntas clave en una situación de crisis política.

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