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Exadministradora de la Fundación Jaume II admite «pagos por encima del presupuesto» con Vicente Burgos

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VALÈNCIA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) – La administradora de la Fundación Jaume II El Just, Ana Isabel Trujillo, que llegó tras el cese del gerente Vicente Burgos por parte de la exconsellera de Cultura Trini Miró, ha admitido este lunes que cuando ella accedió a la institución encontró «pagos por encima del presupuesto que tenía la Fundación aprobado».

Trujillo se ha pronunciado en estos términos en una comparecencia en la comisión de Les Corts sobre la Operación Taula, derivada del caso Imelsa, a la que ha acudido en calidad de administradora de esta fundación a la que llegó nombrada por Trini Miró como cargo de confianza con un contrato de seis meses de prueba y con menos competencias de las que había gozado su antecesor porque ella no tenía capacidad para contratar.

En su intervención, ha explicado que cuando llegó se puso en marcha un plan de saneamiento y la primera labor que se le encargó fue «comprobar la deuda y si las facturas impagadas correspondían a gastos efectuados» como, según ha indicado, así era porque había «certificados de obra, firmas de arquitecto y constancia de su realización. Además, ha señalado que eran precios y costes «de la época» que se correspondían con el mercado de entonces y que a ella no le sorprendieron.

Asimismo, ha explicado que detectó «nerviosismo» entre los acreedores que «llevaban tiempo sin cobrar» y «ordenadores con poca información», pero también que «no había problemas con la documentación laboral» porque la Fundación la llevaba una asesoría a la que se le pidió copia de los documentos. No obstante, ha subrayado que lo que detectó fue que «se había pagado dinero por encima del presupuesto que tenía la fundación».

Pese a las preguntas de los diputados sobre cómo valoraría la gestión anterior, ha eludido hacerlo, pero sí ha deslizado que ella no hubiera actuado de esa manera y sobre si se contrató con las empresas Cleop y Thematica Events ha indicado que durante su gestión no se trabajó con ellas, pero sí le consta que se hizo en la época de Vicente Burgos.

Trujillo ha defendido que para la contratación había una mesa que estaba formada por el jefe del servicio, del funcionario, arquitecto nombrado por Joan Lerma, ella o el contable, así como se pedían tres tipos de presupuestos y se publicaban las ofertas.

«A mí se me comentó que tenía que gestionar atendiendo al presupuesto con toda la transparencia. Cuando yo entro ya estaba el interventor del Consorcio de Museos supervisando la contabilidad que cuando entró ya está muy avanzada y yo me pongo a buscar alternativas para pagar la deuda», ha explicado.

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Donald Trump, criticado por su actitud en el funeral del papa Francisco: chicle, despistes y gestos polémicos

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Donald Trump funeral papa Francisco
Donald Trump en el funeral de papa Francisco-CAPTURA DE PANTALLA

Donald Trump, protagonista involuntario en el funeral del papa Francisco

La presencia de Donald Trump en el funeral de papa Francisco, celebrado en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante miles de fieles y líderes mundiales, ha sido objeto de críticas generalizadas.
Sentado en primera fila junto a su esposa Melania Trump y los reyes Felipe VI y Letizia, el expresidente de Estados Unidos ha sido observado por su comportamiento poco acorde a la solemnidad que exigía la ocasión.

Una vestimenta polémica en un entorno de luto riguroso

Aunque el protocolo vaticano permite asistir con traje oscuro —sin obligación estricta de usar negro absoluto—, Trump acudió con un traje azul marino y una corbata azul claro, una elección que, sin ser una infracción formal, contrastó notablemente con el predominante luto negro de los jefes de Estado, miembros de casas reales y demás autoridades presentes.

Este primer detalle visual ya generó reacciones en redes sociales, donde muchos usuarios señalaron la falta de sensibilidad que denotaba no adaptarse al ambiente de duelo generalizado.

Comportamientos que causaron incomodidad durante la ceremonia

La controversia no terminó en la elección de vestimenta. Durante la homilía del cardenal Giovanni Battista Re, Donald Trump fue captado masticando chicle, una acción considerada inapropiada en cualquier acto solemne, pero especialmente grave en un funeral papal, donde se exige la máxima compostura y respeto.

Además, su postura corporal —sentado con las piernas abiertas y mostrando signos de desatención— contrastaba con la actitud recogida del resto de autoridades internacionales. La solemnidad del acto, que incluía momentos de oración y recogimiento, fue opacada en parte por estos gestos que, para muchos, denotaron una falta de respeto hacia el papa fallecido y hacia la comunidad católica.

Melania Trump, su guía en el protocolo vaticano

Durante la ceremonia, se vio a Melania Trump corrigiendo discretamente a su esposo en varias ocasiones, recordándole cuándo debía ponerse de pie, persignarse o participar en el ritual del saludo de la paz, en el que los asistentes se estrechan la mano como símbolo de reconciliación cristiana.

Uno de los momentos más comentados fue cuando Melania indicó a Donald que debía dar la mano al rey Felipe VI, al presidente francés Emmanuel Macron y al presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa, entre otros líderes presentes. Estas escenas pusieron de manifiesto el desconocimiento del protocolo litúrgico por parte de Trump.

¿Qué establece el protocolo en funerales papales?

Los funerales de un papa son actos revestidos de profunda solemnidad y con normas estrictas de etiqueta que deben seguir todos los asistentes, sean o no de confesión católica. Estas normas son:

  • Vestimenta adecuada: traje oscuro (preferentemente negro), corbata oscura y discreción en los complementos.

  • Comportamiento respetuoso: evitar masticar chicle, usar móviles o realizar comentarios durante la ceremonia.

  • Participación activa: incorporarse en los momentos de oración, dar la paz si se indica y respetar los tiempos de recogimiento.

  • Gestos discretos: evitar muestras de afecto excesivas o actitudes relajadas que puedan ser interpretadas como irrespetuosas.

  • Actitud recogida y atenta: seguir la liturgia con respeto, incluso si no se comparte la fe católica.

En definitiva, el respeto al protocolo no es solo una cuestión de etiqueta, sino de sensibilidad hacia el dolor de millones de personas en un acto de gran trascendencia espiritual y social.

Una polémica que refuerza el debate sobre la diplomacia internacional

El comportamiento de Donald Trump en el funeral de Francisco ha reabierto el debate sobre la importancia del protocolo diplomático en actos de este tipo, donde los gestos, aunque parezcan pequeños, tienen un fuerte impacto simbólico.

En una jornada que pretendía ser de unión, respeto y despedida al papa que cambió la Iglesia con su cercanía a los humildes, algunos gestos desafortunados desviaron la atención hacia el ámbito político, recordando que en diplomacia, las formas son tan importantes como los discursos.

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