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Valencia

Controlado el incendio forestal en Buñol que obligó al desalojo de viviendas

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incendio Buñol
VOST COMUNITAT VALENCIANA

El fuego se dio por controlado a las 12:18 horas tras una evolución favorable

El incendio forestal declarado en Buñol (Valencia) la tarde del miércoles ha quedado controlado este jueves a las 12:18 horas, según informó el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana.

El fuego, que obligó al desalojo preventivo de varias viviendas dispersas, evolucionó positivamente durante la noche gracias al trabajo de los equipos de extinción.

Amplio despliegue de medios para sofocar el fuego

Durante la madrugada trabajaron diferentes efectivos en la zona y a lo largo de la mañana se realizaron relevos. En el dispositivo participaron:

  • Cuatro unidades de bomberos forestales.

  • Cuatro autobombas.

  • Seis brigadas forestales de Bomberos.

  • Dos coordinadores forestales.

El incendio se originó el miércoles alrededor de las 20:28 horas en las inmediaciones de la Fuente del Ciprés en Buñol. Apenas media hora después, a las 20:56 horas, se declaró la situación 1 del Plan Especial Frente al Riesgo de Incendios Forestales (PEIF).

Desalojo preventivo y asistencia de Cruz Roja

Como medida preventiva, se evacuaron varias viviendas aisladas, aunque las autoridades confirmaron que no existió riesgo directo ni para las personas ni para las casas.

La Cruz Roja activó un Equipo de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIE) en el Pabellón Municipal de Buñol para ofrecer apoyo a los vecinos afectados.

¿Qué implica la situación 1 del PEIF?

El nivel 1 del PEIF se aplica cuando un incendio forestal puede:

  • Afectar gravemente a los bienes forestales.

  • Afectar de forma leve a la población o a bienes no forestales.

  • Requerir medios extraordinarios de extinción para su control.

Veranos de alto riesgo en la Comunitat Valenciana

El incendio de Buñol se suma a otros episodios registrados en la Comunitat Valenciana durante un verano con altas temperaturas y falta de lluvias, factores que aumentan el riesgo de incendios.

Las autoridades insisten en la necesidad de extremar la prevención ciudadana y seguir las indicaciones de los servicios de emergencias para evitar nuevos focos.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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