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El incendio en el restaurante de Madrid que causó dos muertos fue “una ratonera” que ardió en “diez segundos”
Publicado
hace 3 añosen
Madrid (OFFICIAL PRESS- EFE).-Una pizza flambeada y la decoración del local fueron los detonantes del incendio mortal en el restaurante italiano de la plaza madrileña de Manuel Becerra, “una ratonera” que ardió “en diez segundos”, dejando dos fallecidos, una clienta y un trabajador, y doce heridos, ocho de los cuales continúan hospitalizados, varios de ellos en la UCI y otros en las Unidades de Grandes Quemados.
La noche del viernes se convirtió en una tragedia para los comensales del restaurante italiano Burro Canaglia Bar & Resto cuando, sobre las 23:00 horas ardió el local, de pequeñas dimensiones y con cerca de 30 personas en su interior, por una llama que llegó al techo del establecimiento y se propagó “en cuestión de diez segundos” por la decoración del local con plantas de plástico.
“Todo empezó a arder y se expandió automáticamente por todos los sitios”, ha indicado a EFE Luis, que cenaba en el local junto a seis personas, y ha explicado que lo que provocó el fuego fue un postre flambeado que llevaba un camarero a la mesa de al lado de la puerta y “automáticamente comenzó a arder el techo; fue cuestión de diez segundos”.
El Ayuntamiento estudiará la licencia del restaurante
Sin embargo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida ha señalado que fue una pizza flambeada que lo que pudo prender la decoración del restaurante que, según ha explicado el regidor, no tenía salida de emergencia “por las dimensiones del local y por el número de comensales que tiene autorizado, no era necesario” que la tuviera.
“Solo había una salida del local”, ha afirmado Martínez Almeida, que ha asegurado que el Ayuntamiento estudiará el estado de la licencia.
El local estaba todo lleno de plantas de plástico, “un sitio muy bonito, precioso”, pero era como “una ratonera”, ha indicado una vecina del bloque contiguo al restaurante, convencida de que pudo haber habido más víctimas, pero la cercanía del parque de Bomberos de la zona, a escasos 300 metros, evitó una tragedia mayor.
Varias personas quedaron atrapadas
El fuego se localizó en la entrada del restaurante, lo que impidió a las personas que estaban dentro poder salir. Algunas de ellas, se fueron hacia el interior y otras que “se quedaron atrapadas justo en la puerta del local”, ha explicado Carlos Marín, jefe de guardia de Bomberos de Madrid.

“Otras personas tuvieron la oportunidad de esconderse en la cocina, agacharse y esperar, pero las condiciones eran lamentables para todos”, ha contado a la prensa Marín, que ha detallado que el tiempo de respuesta fue “muy rápido”, algo “fundamental” para la supervivencia de las víctimas, pero lo que más se demoró fueron los rescates, que fueron “críticos, en unas condiciones lamentables, y estaba muy mal la gente”, ha lamentado.
Ervigio Corral, directivo de guardia de Samur-Social, ha asegurado que en una situación como esta, en la que las temperaturas superan los 150 grados centígrados y hay gases tóxicos como los derivados del cianuro, la ausencia de servicios de emergencia y rescate de manera inmediata hubiera significado “la muerte de todas las personas que se encontraban dentro”.
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Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.
Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.
Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.
Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.
Su compromiso con la escritura hasta el final
La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.
Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.
Raíces familiares e influencias
Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.
De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.
Formación y primeros pasos
Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.
Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.
Poesía satírica y provocación inteligente
Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.
También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.
Estrella indiscutible de ABC
Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.
Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.
Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.
El retiro en Ruiloba y una vida nueva
Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.
Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo
El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.
Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.
Principios inquebrantables
Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.
La última distinción y la despedida
A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.
El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.
Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.
Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.
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