Salud y Bienestar
La felicidad prolonga la vida y previene estas enfermedades
Publicado
hace 4 añosen

La doctora Maria Panelo, médico adjunta del servicio de Cardiología del Hospital Universitari General de Catalunya nos ilustra sobre cómo la felicidad contribuye a proteger nuestra salud. En el campo de la medicina hay una evidencia científica creciente sobre los aspectos psicológicos positivos del bienestar, incluidas las emociones positivas, el optimismo y la satisfacción con la vida, como protectores para las enfermedades cardiovasculares (ECV) y la longevidad. Se relaciona el bienestar positivo con una mejor salud cardiovascular, una menor incidencia de ECV en poblaciones sanas y un menor riesgo de resultados adversos en pacientes con enfermedad cardiovascular existente.
¿Qué es el bienestar positivo?
Son atributos psicológicos emocionales o cognitivos favorables, como el afecto positivo (es decir, las emociones positivas) y el optimismo.
El bienestar no es simplemente la ausencia de una enfermedad mental ni es lo opuesto a constructos psicológicos negativos como la depresión. Aunque los factores psicológicos positivos y negativos están inversamente correlacionados, el bienestar positivo a menudo sigue siendo un predictor independiente de los resultados de salud posteriores después de tener en cuenta la depresión o el afecto negativo.
Hoy en día, favorecido por la difusión de las redes sociales y el modelo del consumismo, se exalta el hedonismo, el placer como sinónimo de bienestar. Sin embargo; la «eudaimonía» es una forma más profunda de bienestar relacionada con el significado y la realización del verdadero potencial de un individuo (p. ej., propósito en la vida, crecimiento personal) y otros constructos de bienestar, como el optimismo y la vitalidad emocional, están fuertemente asociados con los resultados cardiovasculares favorables.
Cabe señalar que el bienestar positivo está entrelazado con factores psicológicos y sociales relacionados, como el apoyo social, que también son importantes para la salud cardiovascular y el tratamiento de la enfermedad.
La felicidad previene la enfermedad cardiovascular:
Las personas con vitalidad u optimismo tienen un 20-30% menos de riesgo de enfermedad coronaria, la satisfacción en los dominios de la vida reduce el riesgo de angina, el optimismo predice una menor incidencia de insuficiencia cardíaca. Tener un propósito en la vida se asocia con una reducción del riesgo de accidente cerebrovascular, la vitalidad emocional y el afecto positivo también protegen del ictus.
La felicidad favorece al paciente que ya tiene enfermedad cardiovascular:
Tener un propósito en la vida disminuye el riesgo de infarto de miocardio en pacientes que ya tienen cardiopatía coronaria el afecto positivo reduce los infartos y la mortalidad en pacientes con stents coronarios.
El optimismo reduce los reingresos en los pacientes intervenidos de by passes coronarios, predice un mejor estado de salud física, y mejores comportamientos de salud después del síndrome coronario agudo.
La felicidad prolonga la vida:
El afecto positivo, la satisfacción con la vida y el bienestar eudaimónico protegen la longevidad, las personas con mayor propósito en la vida vivían más que sus contrapartes con menos propósito, incluso independientemente de las influencias del afecto positivo, el afecto negativo y las relaciones sociales positivas.
La felicidad tiene muchas maneras de proteger nuestra salud:
Las asociaciones entre el bienestar positivo y los resultados de las enfermedades cardiovasculares están mediadas en gran medida por mejores comportamientos de salud (p. ej. actividad física, sueño, dieta, no fumar y adherencia a la medicación).
El bienestar positivo también está relacionado con un mejor funcionamiento inmunológico, neuroendocrino y cardiovascular, además de una menor reactividad al estrés y habilidades de afrontamiento adaptativas.
Debemos saber que las enfermedades cardiovasculares no se producen ni se curan por el estado de ánimo, su médico puede ayudarle a entender los determinantes de su salud y actuar sobre ellos, con medicación y con procedimientos que en el caso de la cardiología son muy amplios.
Sin embargo, trabajar en nuestra propia auténtica felicidad y la de nuestros seres queridos reporta en beneficios de salud para nosotros y para nuestra sociedad.
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Salud y Bienestar
Dieta blanda: ¿Qué alimentos comer?
Publicado
hace 20 horasen
15 septiembre, 2025
Cuando nos mandan hacer dieta blanda, nos preguntamos ¿qué alimentos comer?
Es una dieta de fácil digestión, adecuada para recuperarse tras algún proceso en el que el sistema digestivo requiere realizar el mínimo esfuerzo para volver a la normalidad.
La dieta blanda evita un exceso de fibra y grasas. Se trata de una alimentación basada en cocciones fáciles de digerir que incluye cereales refinados, vegetales no excesivamente fibrosos, carnes magras y pescados blancos, etc.
Dieta blanda, ¿Qué alimentos comer?
Verduras y hortalizas
Vamos a poder tomar las verduras cocidas que no estén excluidas expresamente por ser más fibrosas o que conlleven mayor trabajo digestivo. También podemos tomar purés de verduras o caldos vegetales. Forman parte de la dieta blanda las judías verdes al vapor bien cocidas, la crema de calabaza, el caldo vegetal, el calabacín cocido, la zanahoria… Y podemos acompañarlos de patata también hervida o al vapor.
Frutas
Las frutas cocidas, y las frutas muy maduras que no sean ácidas, como el plátano o la pera, se pueden tolerar bien en situaciones en que debemos dar el mínimo trabajo al sistema digestivo.
Cereales
Podemos tomar todo tipo de cereales blancos o refinados, arroz, pasta, pan blanco fresco o tostado, sémola, cereales refinados dextrinados si fuera necesario… Lo que vamos a evitar en la preparación de cualquiera de estos alimentos es la elaboración con alguna salsa fuerte, como salsas de tomate frito, cremas de leche, etc.
Legumbres
Tienen gran cantidad de fibra por lo que no van a ser el alimento de elección de entrada, pero se puede probar la tolerancia de una crema de lenteja roja o un humus de garbanzos, crema de guisantes… Las legumbres trituradas y pasadas por un colador chino siempre van a resultar más fácilmente digeribles y, si las pelamos previamente, aún es más probable su tolerancia. Se aconseja iniciar la ingesta con pequeñas cantidades.
Carnes
Se pueden tolerar bien las carnes blancas como el pollo, el pavo y el conejo, especialmente en cocciones suaves. Se puede empezar por preparaciones en que quede meloso, como el vapor o un guiso suave con verduras y posteriormente se puede probar su tolerancia hechas al horno o a la plancha.
Pescados
El pescado blanco como la merluza, el bacalao fresco, el rape, etc., son elaborados al vapor, hervidos, o en guisos suaves de verduras se van a tolerar bien, y también si se preparan a la plancha o al horno sin añadir apenas aceites. Posteriormente podemos probar la tolerancia de pescados semi grasos como la lubina o la dorada.
Huevos
La clara se tolera mejor que la yema, por lo que probaremos primero la tolerancia de la clara y posteriormente de la yema. Si la tolerancia es buena se pueden tomar cocidos o en tortilla a la francesa, sin mucho aceite añadido. Pero no va a ser uno de los alimentos que de entrada se ofrezca en este tipo de alimentación, primero empezaremos con alimentos más suaves como los pescados blancos.
Lácteos
Empezaremos a valorar la tolerancia con el yogur natural blanco, podemos incorporar quesos frescos, requesón, leche y posteriormente quesos tiernos en poca cantidad.
Grasas
Podemos utilizar pequeñas cantidades de aceite de oliva, mantequilla o aguacate.
Bebidas
La bebida habitual, como siempre, será el agua, y también podemos incluir infusiones y caldos en este tipo de dieta. Si se escogen bebidas vegetales deben ser sin azúcar y escogiendo preferiblemente de arroz, avena, almendra o soja.
Otros productos
Puede tolerarse bien el tofu y posiblemente también el seitán.
Alimentos que excluimos de la dieta blanda
Verduras y hortalizas
Evitaremos las verduras crudas, en forma de ensalada, el tomate crudo, etc. Y verduras fibrosas o flatulentas como el puerro, la alcachofa, la berenjena, la cebolla… la familia de las coles: coles de Bruselas, coliflor, brócoli, repollo…
Frutas
Evitaremos las frutas ácidas y, en general, todas las frutas crudas que no estén muy maduras.
Cereales
En la dieta blanda quedan excluidos todo tipo de cereales integrales y sus derivados y todos los productos de bollería y repostería.
Legumbres
Evitaremos las legumbres enteras por su gran cantidad de fibra.
Carnes
Quedan excluidas de una dieta de fácil digestión todos los embutidos y fiambres, las carnes rojas o las piezas fibrosas de carne. Y cualquier preparación grasa a base de carne.
Pescados
Los pescados azules y los mariscos quedan excluidos de la dieta blanda.
Huevos
Evitaremos los huevos fritos y los revueltos con buena cantidad de aceite añadido.
Lácteos
Evitaremos los postres lácteos como natillas, flanes, etc. Suelen ser grasos y azucarados. También evitaremos de entrada los quesos curados, pudiendo incorporarlos en muy pequeña cantidad una vez se toleren los tiernos y los semicurados.
Grasas
Evitaremos el tocino, la manteca, la nata, la crema de leche y otros productos muy grasos, frituras, rebozados, salsas grasas, etc. También el chocolate.
Bebidas
Aquella que pueden ser irritantes para la mucosa gástrica quedan excluidas de la dieta, es decir, todos los zumos ácidos, el café, el té, las bebidas gaseosas y por descontado las bebidas alcohólicas.
Otros productos
Evitaremos otros productos de difícil digestión o irritantes, como los productos ahumados, alimentos muy especiados, encurtidos, productos con vinagre, chucherías, etc. El tabaco también se considera un producto irritante.
¿Tienes dudas? Regístrate en Savia, la plataforma de servicios de salud digital de MAPFRE que te permite hablar gratis por chat con un nutricionista para que te oriente sobre tu alimentación.
Lo que debes saber:
- Lo que se llama dieta blanda a nivel sanitario no es una dieta indicada para personas con problemas dentales sino una dieta que minimice el trabajo del sistema digestivo para digerirla.
- La dieta blanda contiene vegetales cocidos no flatulentos, cereales refinados, carnes blancas y pescados blancos, etc. Todo ello con cocciones suaves.
- Debemos excluir de este tipo de dieta alimentos grasos, ácidos, muy condimentados, etc. Por ejemplo, embutidos, repostería, encurtidos, frutas ácidas, etc.
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