Síguenos

Valencia

Estas son las nuevas medidas que entran en vigor este lunes en la Comunitat

Publicado

en

lesiones más frecuentes en los corredores
EFE/Manuel Bruque/Archivo

València, 30 ene (EFE).- El uso de la mascarilla será obligatorio en la Comunitat Valenciana a partir de este lunes durante la práctica de actividad física o deporte dentro de los núcleos urbanos y en los espacios al aire libre, en el horario comprendido entre las diez de la mañana y las siete de la tarde.

Así lo recoge la resolución de la Conselleria de Sanidad que publica este sábado el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana por la que se prorrogan medidas contra el coronavirus y se adoptan otras nuevas, que entrará en vigor desde las 00.00 horas del 1 de febrero y mantendrán su vigencia hasta las 23.59 horas del 15 de febrero.

Entre las novedades que se introducen, figura la obligatoriedad de usar mascarilla para hacer deporte en núcleo poblacional, en el horario de 10 a 19 horas, así como la obligación de usar mascarilla en las playas «en todo momento» para todas las personas mayores de seis años.

La mascarilla no será obligatoria durante la práctica de actividad física o cualquier otra actividad fuera de núcleos de población con la que resulte incompatible su uso, ni tampoco en las actividades infantiles y juveniles de ocio mientras se permanezca con el grupo de convivencia estable.

En cuanto a las playas, se permite el acceso para pasear o hacer actividad física y deportiva al aire libre, manteniendo la distancia social, sin superar el máximo de personas que pueden permanecer en grupo (actualmente un máximo de dos, salvo convivientes) y siempre con la mascarilla puesta a partir de los 6 años.

Además, mediante esta resolución se cierran las saunas, spas, solárium, baños turcos, balnearios, salones de masajes y similares.

En cuanto al cierre a las 18 horas de los locales y superficies comerciales que venden productos o artículos, se aclara que no será de aplicación a los supermercados, autoservicios y demás pequeños comercios de alimentación, y que no están incluidos los establecimientos cuya actividad principal es la prestación de servicios profesionales y los centros en los que se imparte formación no reglada.

Las medidas estarán vigentes hasta las 23.59 horas del 15 de febrero e introducen algunas modificaciones respecto de las anteriores

Una de las novedades afecta al uso de la mascarilla que, según se explicita, es obligatoria para mayores de seis años «durante la práctica de actividad física o de cualquier otra actividad dentro de los núcleos urbanos» así como también «en los espacios de naturaleza o al aire libre dentro de núcleos de población, playas y piscinas».

En los espacios de naturaleza o playas radicados fuera de los núcleos urbanos, la mascarilla es recomendable pero no obligatoria.

Al margen de estos cambios, se mantienen las medidas anteriores que establecen que, en espacios de uso público, tanto cerrados como al aire libre, la permanencia de grupos de personas queda condicionada a que no se supere el número máximo de dos personas, salvo que se trate de personas convivientes y sin perjuicio de las excepciones previstas.

Además, en domicilios y espacios de uso privado, tanto en el interior como el exterior, se mantiene que sólo se permiten las reuniones familiares y sociales de personas que pertenecen al mismo núcleo o grupo de convivencia, con las mismas excepciones que en el caso anterior.

Las excepciones a estas dos limitaciones son las actividades no profesionales relacionadas con la crianza y los cuidados, como la atención y acompañamiento a personas menores de edad, personas mayores, en situación de dependencia, con diversidad funcional o en situación de especial vulnerabilidad. También la convivencia alterna de hijos e hijas con sus progenitores o progenitoras no convivientes entre ellos y la acogida familiar de personas menores de edad en cualquier de sus tipologías.

Asimismo se exceptúan las reuniones de personas con vínculo matrimonial o de pareja que viven en domicilios diferentes, o de las personas que viven solas, que podrán formar parte de otra única unidad de convivencia formando una unidad de convivencia ampliada.

No obstante, cada unidad de convivencia ampliada solo podrá integrar a una única persona que viva sola, y la persona que viva sola podrá formar parte exclusivamente de una unidad de convivencia ampliada durante todo el periodo de vigencia de la medida.

Continúan sin estar incluidas en las limitaciones previstas a las reuniones: las actividades laborales, las institucionales, las de transporte y las de los centros docentes.

Por otro lado, se mantienen las limitaciones a la entrada y la salida de la Comunitat Valenciana, que continúan restringidas salvo desplazamientos adecuadamente justificados.

También sigue vigente desde las 15.00 horas del viernes hasta las 06.00 horas del lunes, y desde las 15.00 horas de la víspera de los días festivos hasta las 6.00 del día siguiente al festivo, la entrada y salida de personas de los municipios y grupos de municipios con población superior a 50.000 habitantes.

Se trata de los municipios de València, Alacant, Elche, Castelló de la Plana, Torrevieja, Torrent, Orihuela, Gandia, Paterna, Benidorm, Sagunto, Alcoy, Sant Vicent del Raspeig, Elda-Petrer, y Vila-real.

Asimismo, se prorroga la limitación a la libertad de circulación de las personas en horario nocturno entre las 22.00 y las 06.00 horas en todo el territorio de la Comunitat Valenciana.

 

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Valencia

Maribel Vilaplana remata a Mazón con este comunicado

Publicado

en

Mazón Maribel Vilaplana

Antes de nada, quiero expresar mi respeto y mi solidaridad más profunda hacia todas las víctimas de la Dana y hacia sus familias. Soy plenamente consciente del sufrimiento que provocó aquella tragedia. Lamento de corazón si en algún momento mi decisión de mantenerme en un segundo plano pudo haber generado dolor. Esa decisión la tomé para no avivar el circo mediático y para evitar que mi nombre pudiera ser utilizado como un instrumento político, como lamentablemente ha sucedido.

Dicho esto, me he decidido a escribir estas líneas después de la continua oleada de ataques, falsedades y mensajes de odio que he recibido en redes sociales, amplificados además por otros canales, tras mi reciente intervención como consejera portavoz del Levante Unión Deportiva, una responsabilidad que asumo desde 2023.

Soy la primera interesada en que se clarifiquen absolutamente los hechos que acontecieron aquel día, porque es imprescindible que no se desvíe el foco hacia historias paralelas que lo único que han hecho es generar más dolor a los afectados. Pero también porque las consecuencias que esta situación está teniendo sobre mi persona, sobre mi familia, sobre mi vida laboral y sobre mi estado psicológico están siendo brutales.

Ese día mantuve mi agenda laboral tal y como estaba prevista, como cualquier otro día, porque no era consciente de la magnitud de la tragedia que se avecinaba.

Mi jornada comenzó a las 9:30h en Ford Almussafes, donde impartí un curso de formación para sus profesionales que finalizó sobre las 14:00h. Cuando los asistentes se marcharon, me quedé unos 30 minutos más en el aula, como hago habitualmente, para elaborar el informe de la sesión y dejar todo documentado.

Después recogí mis cosas, fui a por mi vehículo y me trasladé desde Almussafes al centro de Valencia, donde había sido citada por el presidente de la Generalitat para una comida de carácter profesional. Estacioné el coche en un aparcamiento cercano y llegué al restaurante pasadas las 15:00h.

Acudí a esa cita a petición del presidente, con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional. Durante la conversación se me plantearon varias opciones, entre ellas presentar una candidatura a un cargo en la televisión autonómica, que rechacé de forma clara por convicción personal y profesional. A partir de ahí, me pidió mi opinión sobre la situación de la televisión: qué aspectos consideraba que funcionaban bien o mal y qué cambios podrían aplicarse. Desde mi experiencia, expuse mi punto de vista, lo que derivó en un intercambio de pareceres y acabó en una sesión de consultoría de comunicación en la que se abordaron cuestiones propias de mi especialidad.

En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada. Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan.

Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público. Sin embargo, con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado necesario aclarar también ese punto.

Quiero dejar claro que en el momento en que me marché de la reunión no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo en otras localidades valencianas, porque en la ciudad no llovía y eso me hizo sentir todavía más ajena a la situación. Al regresar a casa, empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido. Nada más entender la magnitud de lo que había pasado, me puse en contacto con el presidente cuando le fue posible. En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera. Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver. Ese fue mi error, porque ese silencio, aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal.

Los días posteriores fueron una auténtica pesadilla. Me sentí absolutamente perdida. Y cuando finalmente se dio a conocer públicamente que yo era la persona que había estado con el presidente durante aquella comida, mi cabeza estalló. Entré en un shock que me llevó a un ingreso hospitalario.

Cuando salí del hospital, mi situación seguía siendo extremadamente delicada. No me sentí con fuerzas para tomar yo las riendas y exponerme directamente. Por eso pedí a una persona de mi total confianza que explicara de mi parte lo sucedido. Así se hizo público entonces el relato de los hechos.

Pero con el paso del tiempo he comprobado que no fue suficiente. Hoy entiendo que es necesario hablar en primera persona. Hasta ahora no lo había hecho porque confiaba en que el tiempo y el sentido común bastarían para que se entendiera lo evidente: que yo no tengo nada que ver en esta historia. Pensé que quedaría claro por sí solo, pero no ha sido así.

La realidad es que me he convertido en una diana. Una diana utilizada políticamente y alimentada con insinuaciones machistas que han condicionado esta historia desde el principio. Y por eso hoy hablo: porque ya no puedo seguir soportando que este relato eclipse lo verdaderamente importante, que es esclarecer qué pasó aquel día y asumir las responsabilidades que correspondan.

Durante estos diez meses he vivido sometida a una presión insoportable. He sido objeto de un acoso constante, de insultos, de burlas y de un escrutinio injusto. Estoy en tratamiento psicológico con un diagnóstico de estrés postraumático. Es una terapia dura y compleja, que afronto con esperanza, pero la realidad es que mi salud mental se ha visto gravemente dañada. Cada nuevo golpe reabre heridas que aún no han cicatrizado.

Este proceso no solo me ha afectado a mí. Ha golpeado también a mi familia, que sufre al verme sufrir. Ellos han tenido que soportar conmigo este acoso, y ese es, sin duda, el dolor más grande de todos.

Dicho esto, no puedo obviar una triste realidad que me ha roto desde el principio y quisiera que estas líneas sirvieran de reflexión: ¿realmente habría pasado lo mismo si en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente? ¿Se habrían dicho las mismas cosas, con el mismo tono y el mismo juicio? ¿Habría despertado tanto morbo, tanto machismo rancio y tanto prejuicio? Ese enfoque profundamente sexista ha servido como cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades que se derivaron de aquella jornada. No se puede construir un relato cargado de insinuaciones y morbo para distraer el foco de lo que realmente importa. Es realmente triste y decepcionante, porque no solo me ha hecho daño a mí, sino que ha distorsionado una historia que merece ser abordada con rigor y respeto.

Estar allí aquel día fue una maldita coincidencia y un horrible golpe de mala suerte. Pudo haber sido cualquier otro, pero fue ese día. El día más difícil y duro para miles y miles de valencianos. Ese es y será siempre mi tormento, y tendré que aprender a sobrellevar esa carga durante toda mi vida.

Lo único que pido ahora es respeto. Respeto hacia mi persona, hacia mi familia y hacia mi vida privada. Respeto para poder seguir adelante sin que mi nombre se siga utilizando como arma política ni como entretenimiento morboso.

Pero, sobre todo, pido respeto para las víctimas. Porque a ellas es a quienes les debemos sensatez. Les debemos que su dolor no se utilice ni se banalice.

Y a los responsables les corresponde dar las explicaciones que yo no puedo dar, porque nunca he ostentado ningún cargo público ni ese día tuve capacidad de decisión alguna. Ojalá hubiera estado en mis manos hacer algo, pero no fue así. Por eso el foco debe estar donde corresponde: en las personas que aquel día tenían responsabilidades y poder de decisión. Son ellas las que deben dar explicaciones.

Y para concluir, me gustaría agradecer a todas aquellas personas que me han acompañado en este proceso. Han sido muchas: desde mi círculo más cercano hasta mi entorno profesional, compañeros de medios de comunicación y ciudadanos completamente anónimos que han querido hacerme llegar su solidaridad y su apoyo. Gracias de corazón, porque es lo que me ha sostenido en pie.

Continuar leyendo