València, 9 nov (EFE).- El decreto del Gobierno valenciano por el que se declara Bien de Interés Cultural Inmaterial la paella valenciana, «el arte de unir y compartir», entrará en vigor a partir de este miércoles tras haberse publicado en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.
La protección de la paella valenciana como patrimonio cultural inmaterial se concretará desde ahora en potenciar las condiciones para que esta manifestación cultural se mantenga viva, mediante la divulgación y revalorización de sus elementos y valores patrimoniales, según el decreto firmado por el president de la Generalitat, Ximo Puig, y el conseller de Educación, Vicent Marzà.
La paella es «el epicentro de la tradición gastronómica valenciana, un elemento vertebrador que, junto con su elaboración y relevancia cultural del territorio español, se ha convertido en una de las marcas mundiales más prestigiosas», reivindica el decreto.
La forma del cultivo y recolecta del arroz, las diferentes técnicas para elaborar la paella, el simbolismo que aporta este plato en una comida familiar de domingo y los diferentes conocimientos transmitidos de generación en generación hacen que este bien represente «un sentimiento de identidad y continuidad» a salvaguardar y transmitir a generaciones futuras.
El decreto recuerda que toda la sociedad del territorio valenciano está vinculada a la tradición de este plato, a través de concursos de paella, eventos familiares, festividades universitarias, celebraciones y festejos populares, actividades lúdicas de fin de semana o visitas institucionales, exposiciones y actos.
La paella «es el festín principal en muchas de las fiestas populares y festejos» de la Comunitat Valenciana, destaca el texto, que recuerda que es tradicional que se cocine en las Fallas, Les Fogueres de Sant Joan o en la Romería de la Magdalena de Castelló, lo que fomenta valores «como la tolerancia o el intercambio cultural».
«El acto de comer juntos es uno de los pilares de la identidad cultural de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo», expone el documento, que refleja también que desempeña «un papel de cohesión social» en los espacios culturales, festejos y celebraciones y «agrupa a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales, sin perjuicio de sexo, raza o religión».
Los orígenes de la paella se encuentran a la Albufera de València, donde este plato se cocinaba para dar respuesta a la necesidad alimentaria de los campesinos y huertanos de la zona, y se remontan al año 330 a.C., con las incursiones índicas de Alejandro Magno, que trajo el arroz a Europa, aunque este no fue sembrado en grandes cantidades en València hasta la llegada de los árabes.
La declaración de la paella como BIC reivindica que este «plato emblema, núcleo de la cocina tradicional valenciana, se constituye como un elemento de unión, pieza fundamental de la gastronomía» de la Comunitat Valenciana, ya que su proceso de elaboración y degustación hacen que constituya «un verdadero fenómeno social».
Se destaca además que la paella es «un icono» de la dieta mediterránea, y que no es solo un plato tradicional de la Comunitat Valenciana, sino «un fenómeno que engloba años y años de historia del estilo de vida del pueblo valenciano, y símbolo de la tradición y gastronomía» de la Comunitat Valenciana.
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