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Salud y Bienestar

La terapia musical se alía con los pacientes que han sufrido un ictus

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Según un estudio publicado en la revista Annals of the New York Academy of Sciences, la terapia musical mejora el estado de ánimo y la calidad de vida de aquellos pacientes que han sufrido un ictus. Se ha llegado a la conclusión tras haber analizado los efectos de la incorporación de una terapia con soporte musical al programa de neurorrehabilitación ofrecido a los hospitales.

Consta como primera autora del ensayo Jennifer Grado Sánchez, que ha trabajado de manera conjunta con un equipo de investigación de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL), del Parque de Salud Mar, del Hospital de Bellvitge y la Universidad de Helsinki.

Concluye el estudio que «la motivación es un factor importante en la recuperación y que los pacientes tratados con apoyo de terapia musical mejoran en mayor grado que los que reciben sólo terapia convencional».

Un total de 40 personas que habían sufrido un ictus participaron en el ensayo, haciendo rehabilitación en el Hospital de la Esperanza de Barcelona. De forma aleatoria, se asignó a los pacientes a un grupo de tratamiento, recibiendo sesiones extra de terapia con soporte musical, más la convencional. Previa y posteriormente al tratamiento, se evaluaron las funciones motora y cognitiva, así como el estado de ánimo y la calidad de vida de los pacientes.

La terapia desarrollada se basó en un tratamiento musical en el que se enseñaba a los pacientes a tocar el piano y los tambores electrónicos con la extremidad afectada por el ictus. Ello permitió a los colegiados detectar que de entre aquellos que estaban dentro del programa de la terapia musical, los que más mejoraron en el aspecto motor fueron quienes más les gustaba participar en actividades musicales. Mejoró su calidad de vida, redujeron la fatiga, las emociones negativas y la apatía, en mayor grado que los que fueron tratados únicamente de manera convencional.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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