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Salud y Bienestar

La terapia musical se alía con los pacientes que han sufrido un ictus

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Los microplásticos llegan a nuestro cerebro: su presencia ha aumentado un 50 % en ocho años

Según un estudio publicado en la revista Annals of the New York Academy of Sciences, la terapia musical mejora el estado de ánimo y la calidad de vida de aquellos pacientes que han sufrido un ictus. Se ha llegado a la conclusión tras haber analizado los efectos de la incorporación de una terapia con soporte musical al programa de neurorrehabilitación ofrecido a los hospitales.

Consta como primera autora del ensayo Jennifer Grado Sánchez, que ha trabajado de manera conjunta con un equipo de investigación de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL), del Parque de Salud Mar, del Hospital de Bellvitge y la Universidad de Helsinki.

Concluye el estudio que «la motivación es un factor importante en la recuperación y que los pacientes tratados con apoyo de terapia musical mejoran en mayor grado que los que reciben sólo terapia convencional».

Un total de 40 personas que habían sufrido un ictus participaron en el ensayo, haciendo rehabilitación en el Hospital de la Esperanza de Barcelona. De forma aleatoria, se asignó a los pacientes a un grupo de tratamiento, recibiendo sesiones extra de terapia con soporte musical, más la convencional. Previa y posteriormente al tratamiento, se evaluaron las funciones motora y cognitiva, así como el estado de ánimo y la calidad de vida de los pacientes.

La terapia desarrollada se basó en un tratamiento musical en el que se enseñaba a los pacientes a tocar el piano y los tambores electrónicos con la extremidad afectada por el ictus. Ello permitió a los colegiados detectar que de entre aquellos que estaban dentro del programa de la terapia musical, los que más mejoraron en el aspecto motor fueron quienes más les gustaba participar en actividades musicales. Mejoró su calidad de vida, redujeron la fatiga, las emociones negativas y la apatía, en mayor grado que los que fueron tratados únicamente de manera convencional.

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Sueño irregular entre semana y descanso extra en fin de semana: ¿cómo afecta al cuerpo?

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Sueño irregular

Dormir mal o dormir poco entre semana es un hábito muy extendido. Muchas personas intentan compensarlo “recuperando” horas de sueño durante el fin de semana, confiando en que así el cuerpo volverá a equilibrarse.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Sleep demuestra que dormir más el fin de semana no revierte los daños metabólicos provocados por la falta de sueño de lunes a viernes.

La investigación, realizada por la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), advierte de un impacto silencioso y preocupante: un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso en personas jóvenes y sanas.


El estudio: 48 adultos jóvenes y un análisis exhaustivo del sueño y la glucosa

El equipo liderado por June Chi-Yan Lo y Khoo Chin Meng siguió durante dos semanas a 48 adultos jóvenes sanos (21–35 años) en un laboratorio del sueño.
Todos comenzaron el estudio con dos noches de descanso adecuado para medir correctamente su glucosa e insulina en un estado basal sano.

Después fueron divididos en tres grupos:

1. Sueño corto estable

  • 6 horas de sueño entre semana

  • 8 horas durante el fin de semana

  • Simula una semana laboral típica

 2. Sueño corto variable

  • Entre 4 y 8 horas entre semana (horarios irregulares)

  • 8 horas el fin de semana

  • Mismo tiempo total de sueño que el grupo anterior, pero distribuido de manera desigual

 3. Grupo control

  • 8 horas de sueño todos los días

  • Patrón de descanso óptimo

Durante todo el estudio, se controlaron sus comidas y se realizaron repetidas pruebas de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) para medir cómo respondían sus cuerpos.


Resultados clave: la falta de sueño daña la gestión de la glucosa, incluso con “sueño de recuperación”

Los resultados fueron contundentes:

 1. Dormir poco entre semana altera la glucosa aunque se duerma más el fin de semana

Los grupos con falta de sueño mostraron tolerancia a la glucosa deteriorada, un marcador temprano de riesgo metabólico.

2. Resistencia a la insulina en quienes dormían 6 horas de forma regular

Su cuerpo necesitaba más insulina para mantener los niveles estables, pero aun así la glucosa seguía alta.

 3. Peor aún en quienes dormían con horarios irregulares

El grupo de sueño variable presentó:

  • aumentos más fuertes de glucosa,

  • sin producir insulina compensatoria suficiente.

Esto sugiere un daño más temprano en las células del páncreas encargadas de producir insulina.

4. Solo el grupo que dormía 8 horas diarias mantuvo un metabolismo normal

No se observaron cambios en la regulación de la glucosa.


¿Por qué dormir poco aumenta el riesgo de diabetes tipo 2?

Según los investigadores, el sueño insuficiente altera procesos esenciales para el metabolismo:

  • Desregula la sensibilidad a la insulina

  • Aumenta el estrés oxidativo

  • Cambia la actividad del sistema nervioso

  • Afecta hormonas clave como la leptina y la grelina

  • Reduce la capacidad del páncreas para equilibrar la glucosa

Cuando este patrón se repite cada semana, el cuerpo entra en un ciclo de estrés metabólico que dispara el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.


Dormir más el fin de semana NO basta: la regularidad importa

El hallazgo más importante del estudio es claro:

No se puede “resetear” el cuerpo durmiendo más el fin de semana.

La recuperación parcial del sueño no impide que los niveles de glucosa aumenten cuando vuelve el patrón de pocas horas entre semana.
Y, además, los horarios irregulares son incluso peores que dormir poco pero de manera estable.


Implicaciones para la salud y consejos prácticos

Este estudio destaca la importancia de incluir el sueño dentro de los factores de prevención de enfermedades metabólicas. Para proteger la salud, los expertos recomiendan:

Dormir entre 7–9 horas cada noche Mantener horarios estables, también los fines de semana

Evitar variaciones bruscas en las horas de acostarse y levantarse

Priorizar el sueño tal como se prioriza la alimentación y el ejercicio

Consultar con un especialista si hay insomnio o dificultades crónicas

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