DANI HERMOSILLA
Bien hizo el capi en recordarlo en el primer día de trabajo del Levante UD 17-18. Pedro López habló de humildad, de sufrir, de las dificultades que, para un club como el levante UD, entraña cualquier aventura en la LaLiga o la Liga Santander. En dos turnos, pero llega la vuelta al cole granota sin apenas cambios, con pocos alicientes, pero con un gran trabajo de la Dirección Deportiva y general del club, que hay que reseñar o, por lo menos, yo así y aquí quiero hacerlo. Sí, es cierto, sólo Antonio Luna y Alex Alegría se presentan como nuevos fichajes del Levante UD 17-18. ¿Poco, mucho… ? Eso, evidentemente, el tiempo lo dirá. Pero lo que sí se puede decir que, en en la élite, cada fichaje cuesta sangre, sudor y lágrimas, y que los fichajes si tienen que ser buenos, bonitos y baratos (como es el caso del Levante UD), más.
Cola de león…
De ahí lo de cola de león. Una obviedad, pero que hay que tener en cuenta, y recordar. La temporada pasada, en segunda, éramos cabeza de ratón: elegimos, fichamos a quien quisimos, primera opciones casi todas, sin necesidad de regatear, los jugadores querían venir a un equipo que pagaba bien y a tiempo, y además el club había ganado prestigio a la carrera con una gestión económica que, sin duda, será el gran punto fuerte y uno de los motivos por lo que Quico Catalán pasará a la historia del Levante UD y si me apuran del fútbol español. Y todo, en un contexto deportivo autárquico que obligaba a la imaginación para confeccionar plantillas competitivas para lograr lo hecho. De las últimas ocho temporadas del club, siete serán en Primera División. Y eso, se mire por donde se mire, es un éxito.
Cola de león también para los fichajes. Ahora, llegas en desigualdad de condiciones. Y sólo cabe esperar una buena gestión de todo lo hecho. Ahora yo lanzo una pregunta: ¿Qué club ha realizado la gestión en materia de traspasos que ha hecho el Levante UD en este inicio de pretemporada? Porque los traspasos no es sólo lo que logres ahora, sino el acuerdo también de futuro. Ahora, cobras por Vicent Iborra porque en su día negociaste unas condiciones favorables a una posible venta en el modelo win-win. Seguramente igual por Roque Mesa. Es la parte brillante del traspaso de Víctor Camarasa a quien me hubiera gustado verle en un equipo dirigido por Juan Ramón López Muñiz, la verdad —sabéis que siempre he defendido futbolísticamente al de Meliana— Pero la operación es brillante, como lo ha destacado todo el mundo. Le has sacado casi 8 millones de euros a un jugador que no te servía, y en la que el Alavés, quien te ha revalorizado al futbolista, no se lleva un euro. Y, además, te dejas un 20% de propiedad por si, el bueno de Camarasa la peta en el Betis, y todavía recoges más pasta.
Por eso, sí. Cola de León, sin duda. Pero desde la humildad, el esfuerzo, el rigor y el trabajo bien hecho. Mientras las deuda mengua, los abonados suben, la autoestima lo hace también, y al Levante UD se le mira en el mundo del fútbol de otra manera. El único pero, la cantera, la política deportiva de la Escuela. Ese es el punto flaco de la gestión de un consejo directivo que, a mi al menos, en materia de gestión deportiva del primer equipo y del área económica y social del club, me deja muy tranquilo. Cada uno tendrá su idea: futbolistas hay como colores, para gustos. Ahora bien, el precedente del año pasado, nos sirve para confiar en que habrá una buena plantilla, como se ha encargado de decir el presidente.
Y una última consideración. Vicente Blanco ‘Tito’. Papel de presencia pública secundario. Me quedo con aquello que me decía un aficionado el otro día: «no sale porque está tarbajando». Eso llega a la calle. Es Carmelo quien aparece en las presentaciones. Eso… y más. Ofrecer una imagen de equipo, ser protocolariamente comedido, saber lo que se puede decir y lo que no. Al fin y al cabo, uno es jefe del otro. Pero recordemos que, por quien hubo interés para realizar su trabajo en otro equipo fue por Carmelo del Pozo. Y Tito tiene muy claro qué es lo que quiere, primeras, segundas y terceras opciones. Cuando eres cola de león y no cabeza de ratón, cabe esperarse, arriesgar, tener paciencia para conseguir lo que quieres e, igual de importante, un plan B. Y estoy seguro que, con Tito, eso está fuera de toda duda. Así es que, tranquilidad, granotas. Ahora a descansar las vacaciones —quien las tenga— y a esperar a finales de mes y principios del próximo a ver al nuevo Levante, que será más de lo mismo del de segunda —espero y deseo que con Róber Pier, aunque la cosa no parece tener buena pinta— con la dosis de ilusión que hay por el retorno. Estoy convencido que el 31 de agosto, el Levante UD tendrá una buena plantilla; un buen equipo, sin duda, ya hay.
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