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Los personajes de «La casa de papel» adoptan nombres de pueblos valencianos

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València, 12 sep (EFE).- Tokyo se ha cambiado el nombre al de Turís, Denver a Dénia, Río a Riola, Moscú a Moixent, Oslo a Otos, Berlín a Betxí y Marsella a Morella. Son los personajes de la serie televisiva «La casa de papel» que en una camiseta han convertido sus populares nombres de ciudades del mundo por los de pueblos de la Comunitat Valenciana.

Es la iniciativa de Rubén Molina, que acaba de lanzar una camiseta en la que aparece la famosa máscara de Dalí junto a los nombres del equipo que lidera «el Profesor» pero adaptados a una toponimia de pueblos de Valencia, Castellón y Alicante, en una nueva idea de su empresa Timonet Wear para «reivindicar la cultura valenciana».

EMPRESARIO EN PANDEMIA: CAMISETAS CON LEMAS EN VALENCIANO

Con 33 años y natural de Bocairent (Valencia), Molina confiesa a EFE que lleva varios años como guía turístico -desde hace un tiempo con su propia empresa, Visita Bocairent-, y «durante la pandemia y encerrado en casa» se le ocurrió lanzarse a una nueva iniciativa: el diseño de camisetas con lemas y su venta a través de una página web.

«El proyecto soy solo yo. He hecho la web y diseño e imprimo las camisetas», cuenta el empresario, que explica que antes tenía las máquinas y el material repartidas entre su piso «de 30 metros cuadrados» y la casa de sus padres pero ahora tiene uno más grande con un cuarto donde tiene todo, «hasta que mi novia me tire -bromea-; le llamamos el Timonet room».

Explica que «siempre» le llamaba la atención el uso de camisetas con lemas en inglés «que a veces ni se saben el significado» y cuando vio que empezaban a hacerse con frases en valenciano, y como vecino de un pueblo «valencianohablante», advirtió que «había un posible mercado», y en abril de 2020 vio la luz Timonet Wear.

«El primer modelo fue el de #cardaor y #cardaorda (como llaman a los de Bocairent) y también tuvo éxito fue #socmúsic (soy músico) -él lo es y muchos amigos suyos lo son-, y luego fueron surgiendo el resto de mensajes», explica.

Ya se han hecho «virales» camisetas con lemas como #paella, #torrà (barbacoa), #socarrat (quemado) o #esmorzar (almorzar) y, este verano, el de ADSL, en el que cada letra representa «asmorzar» (en vez de esmorzar), «dinar» (comer), «sopar» (cenar) y «lo que vinga» (lo que venga).

Añade que el icono de la etiqueta («hashtag») lo añadió porque «se había convertido en un elemento de uso cotidiano que se utiliza constantemente en las redes sociales», pero reconoce que en sus creaciones más recientes ha dejado de ponerlo.

Los personajes de «La casa de papel» adoptan nombres de pueblos valencianos

Su última iniciativa, que apenas lleva unos días a la venta, son las camisetas con los nombres de la serie española de Netflix «La casa de papel» convertidos a pueblos valencianos y cuya idea le germinó tras ver una escena de uno de los capítulos que se acaban de estrenar de la primera parte de la última temporada y le dio forma tras ver un hilo de Twitter.

«En la imagen se ve a dos personajes, un policía y un miembro de la banda. Cuando el policía lo ve le pregunta: ‘¿Tú quién eres? Logroño’, y me hizo gracia porque uno piensa siempre que sus nombres serán de ciudades importantes», relata.

Agrega que luego vio un hilo de Twitter en el que invitaban a elegir el propio nombre de un personaje si fuese un pueblo «y de ahí me surgió la idea», confiesa.

Molina detalla que Río, Tokyo, Moscú y Oslo se convierten, respectivamente, en Riola, Turís, Moixent y Otos, pueblos de la provincia de Valencia, mientras que Denver es Dénia, un pueblo costero de Alicante, y Berlín y Marsella se han convertido en los municipios castellonenses de Betxí y Morella.

«Bocairent no es Bogotá, como me decían; es una licencia mía y digo que es Helsinki por el frío que hace en ambos», confiesa Molina, que desde que empezó su negocio en 2020 ha vendido unas 4.000 camisetas; ahora ha ampliado su catálogo a bodis de bebé o delantales, y apuesta también por las tazas. EFE

Por Mónica Collado

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¿Por qué tomamos uvas en Nochevieja? El origen del ritual más popular de Año Nuevo en España

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Cada 31 de diciembre, millones de personas en España repiten el mismo gesto: comer doce uvas al ritmo de las campanadas para dar la bienvenida al Año Nuevo. Es uno de los rituales más arraigados de la cultura española, pero ¿de dónde viene esta tradición?, ¿qué significado tiene realmente?, ¿y desde cuándo se practica?

El significado de las doce uvas de la suerte

La tradición marca que se deben comer doce uvas, una por cada campanada del reloj que anuncia el inicio del nuevo año. Cada uva representa un mes del año, y tomarlas sin atragantarse simboliza buena suerte, prosperidad y protección para los doce meses siguientes.

Más allá de la superstición, el ritual se ha convertido en un acto colectivo, casi ceremonial, que une a familias y amigos frente al reloj —especialmente el de la Puerta del Sol de Madrid— para cerrar el año y empezar otro con esperanza.

¿Desde cuándo se toman uvas en Nochevieja en España?

Aunque pueda parecer una costumbre ancestral, no es tan antigua como se cree. El origen de las uvas de la suerte se sitúa a finales del siglo XIX y principios del XX.

La versión más aceptada: Madrid, finales del siglo XIX

Según los historiadores, el ritual comenzó en Madrid en 1882, cuando algunos ciudadanos empezaron a reunirse en la Puerta del Sol para despedir el año comiendo uvas como acto burlesco. Era una forma irónica de imitar a la burguesía madrileña, que celebraba el Año Nuevo con uvas y champán siguiendo modas francesas.

El gesto, inicialmente provocador, fue ganando popularidad entre el pueblo.

El impulso definitivo: el excedente de uva de 1909

La tradición se consolidó definitivamente en 1909, cuando los viticultores del sureste español —especialmente de Alicante y Murcia— tuvieron una cosecha excepcional de uva. Para dar salida al excedente, lanzaron una campaña popularizando las “uvas de la suerte” como símbolo de prosperidad para el nuevo año.

La idea tuvo tanto éxito que el ritual se extendió rápidamente por toda España.

De costumbre popular a tradición nacional

Durante el siglo XX, la tradición de las uvas se afianzó gracias a la radio y, más tarde, a la televisión. Las campanadas retransmitidas desde la Puerta del Sol convirtieron el ritual en un evento colectivo seguido en todo el país.

Hoy, las uvas forman parte inseparable de la Nochevieja española y se exportan incluso a comunidades españolas en el extranjero.

¿Por qué exactamente uvas y no otro alimento?

La uva simboliza desde la Antigüedad abundancia, fertilidad y celebración. Además, es una fruta fácil de consumir, asociada al vino y a los brindis, lo que la convierte en el alimento perfecto para cerrar el año con un mensaje positivo.

Con el tiempo, se han adaptado versiones más prácticas, como uvas peladas, sin pepitas o sustituidas por gominolas, pero el simbolismo permanece intacto.

Un ritual que une pasado y presente

Más de un siglo después, comer uvas en Nochevieja sigue siendo un acto cargado de tradición, superstición y emoción. No importa si se hace en casa, en una plaza o frente al televisor: el gesto conecta generaciones y recuerda que el Año Nuevo empieza mejor compartido.


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