La salud de María Teresa Campos ha mejorado de manera notable hasta el punto de que este miércoles recibía el alta hospitalaria después de que el pasado 16 de mayo sufriera una isquemia cerebral.

Acompañada por sus hijas, la presentadora abandonaba la Fundación Jiménez Diaz donde ha estado hospitalizada muy sonriente y ocultando su rostro tras unas gafas de sol que apenas dejaban ver que la malagueña llevaba el ojo derecho tapado.

A su salida, la Campos ha hablado a los medios de comunicación que le esperaban, aprovechando el momento para agradecer la labor médica del centro hospitalario así como la atención de los doctores García Herranz y Araceli Cortés, que son «los neurólogos que me han atendido y a todo el personal de la planta nueve que han sido maravillosos conmigo».

La presentadora ha recordado cómo fue el momento en que sufrió el ictus y cómo la rápida actuación de su empleada del hogar, María, y de su chófer, Gustavo, le salvaron la vida: «Hay algo también muy importante que os quiero decir. Cuando me sentí mal, hubo personas que me atendieron, una de ellas María. Tras realizar una campaña sobre el ictus en Mediaset, Gustavo se dio cuenta de que yo tenía una de las cosas que dije en esa campaña. Eso fue lo que hizo que yo esté aquí hoy», explicaba emocionada.

Junto a ella, Terelu Campos y Carmen Borrego, visiblemente felices por la notable mejora de salud de su madre. La propia Terelu confesaba cuál era la situación médica de Mª Teresa: «Debe fortalecer de nuevo el nervio óptico con unos ejercicios dirigidos».