Malnazidoses una de las grandes apuestas del cine español para los meses de primavera, justo cuando las salas comienzan a recuperar buena parte del terreno perdido por la pandemia. Una combinación explosiva de humor, acción y terror que llegará a las pantallas el próximo viernes, y que esta tarde se ha presentado en los cines Kinépolis Valencia con la presencia de la actriz Aura Garrido (El inocente, Stockholm, El Ministerio del Tiempo) y los cineastas Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, quienes, tras pasar trece años colaborando en títulos como Spanish Movie,Promoción fantasma, Tres bodas de más o Superlópez -el primero como realizador y el segundo como responsable del montaje- encontraron en esta adaptación de la novela de Manuel Martín Ferreras Noche de difuntos del 38 (Dolmen, 2012) el vehículo idóneo para firmar su primer largometraje en común.
«Malnazidos», un cóctel glorioso de Carpenter, Romero y Spielberg
«Nos pareció el proyecto perfecto para dirigir los dos juntos, porque representaba todo aquello que nos apasiona como cineastas y como espectadores», afirman los responsables de la película, en la que dos grupos de soldados republicanos y nacionales se ven obligados a aparcar sus diferencias para combatir a una horda de muertos vivientes, todo ello con el trasfondo de la Guerra Civil Española y el cine de George A. Romero como principal fuente de inspiración, sin olvidar la huella de otros clásicos como John Carpenter o Steven Spielberg. «Nos encanta la mezcla de géneros que hay en la historia, que va mucho más allá de la comedia o del cine de zombis, y que nos daba la oportunidad de homenajear a todos estos grandes maestros».
Por su parte, Aura Garrido se ha enfrentado a uno de sus personajes más atípicos, Matacuras, una combatiente republicana capaz de todo con tal de sobrevivir. «Fue un trabajo muy exigente, con mucha preparación física, pero Javier y Alberto consiguieron hacer muy fácil algo que a priori parecía bastante complejo. Ambos se complementaban como si fueran uno solo y podías preguntarle a cualquiera de los dos, ninguno llevaba la voz cantante». Junto a ella, protagonizan la cinta Miki Esparbé, Luis Callejo, Álvaro Cervantes, Manel Llunell, Dafnis Balduz, María Botto y Sergio Torrico.
Tan solo la calle de las Barcas queda como testigo del antiguo barrio de pescadores, lugar en el que se erige uno de los edificios más hermosos y espectaculares de València, el Palacio de Comunicaciones. Porque ese es su verdadero nombre, aunque ya nadie lo conoce así. Hace unos pocas semanas la Generalitat se hacia con la propiedad de la sede de Correos. Por ahora se desconoce cuál será su uso. Residencia de artistas, Museo de Arquitectura, son algunas de las opciones planteadas para este edificio que el próximo año cumplirá un siglo de su inauguración.
Fachada Edificio Correos
El conocido como Edificio de Correos fue construido por el arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro Pérez entre los años 1913 y 1922 (31 de diciembre) e inaugurado en 1923.
Imponente y ecléctico se eleva como símbolo del progreso que significaron las comunicaciones postales y telegráficas en las primeras décadas del siglo XX. Esta construcción de planta irregular nos recibe, entre las dobles columnas jónicas que enmarcan el cuerpo del edificio, por un arco de medio punto con figuras alegóricas en la parte superior.
Su cometido de llevar la comunicación a todo el mundo queda recogido en el tímpano, con sus cinco figuras que representan a los cinco continentes clásicos Europa, Asia, África, América y Oceanía, así como en los tríos de ángeles trayendo cartas acompañados de símbolos telegráficos, junto con un barco y una locomotora de tren.
Edificio Correos
Su silueta fotografiada durante años rebosa elegancia en sus dos grandes cúpulas revestidas de zinc; adornadas con guirnaldas y lazos policromados en color dorado que descansan sobre sendas torres.
Como curiosidad cabe destacar su estructura metálica en forma de torre que sobresale del tejado del edificio estructura que en su momento era la torre de telecomunicaciones. Esta parte con el tiempo quedó eliminada y fue entre 2002 y 2004 cuando se recuperó la imagen del edificio como era gracias a esta replica exacta tal y como fue diseñada en el momento de su construcción, con sus 30 metros de altura y su escalera de caracol recorriéndola por dentro que permite la subida a un mirador.
En una de sus fachadas encontramos con uno de los símbolos más queridos por los valencianos, sus dos cabezas de león con las fauces abiertas cuya finalidad es recoger el correo desde la calle.
Adentrarse en su interior es realizar un viaje en el tiempo. Al cruzar su triple entrada, caminando bajo el escudo en piedra de la ciudad de València podemos sentir la sensación y la emoción de todos aquellos que entraron allí con el fin de comunicarse con otros lugares de la geografía.
Interior edificio correos
La elegancia exterior se ve correspondida en su interior como se puede comprobar en vestíbulo de acceso y la gran sala central del edificio. El vestíbulo era la sala donde antiguamente se encontraban los buzones para la recogida de correspondencia. Levantando la vista podemos admirar el artesonado de madera conformado por octógonos. Destaca esta sala por las dos lámparas con figuras femeninas desnudas con sus tres faroles de iluminación.
Las puertas giratorias dan la bienvenida a la impresionante gran sala de planta ovalada, y sus dieciocho columnas de mármol de estilo jónico que la rodean sosteniendo a los dos pisos altos. La luz de la sala se consigue por una gran claraboya de hierro y vidrieras realizada por los hermanos Maumegean, que contienen los escudos de las 48 provincias de España acompañados por rayos y cartas, y, en el centro en latón, está el escudo de la ciudad de Valencia simbolizando la empresa Correos y Telégrafos.
En el centro de esta claraboya un gran escudo de la ciudad de la que sobresalen rayos. Además dispone de 370 paneles vidriados con los escudos de las 48 provincias españolas, acompañados por rayos y cartas, emblemas típicos de Correos y Telégrafos.
Detalle torre edificio correos
El futuro cercano nos dirá cual será su nueva vida. Lo que está claro es que su frase: Correos y Telégrafos acompañadas por la fecha de construcción Año 1922, junto a su pequeño reloj, seguirán recordándonos la historia del que siempre será recordado como el edificio de Correos.
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