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Muere María Teresa Campos

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María Teresa Campos
María Teresa Campos-MEDIASET

María Teresa Campos, de 82 años de edad, ha fallecido este 5 de septiembre tras ser el pasado domingo en el hospital madrileño Fundación Jiménez Díaz  de Madrid en estado muy grave.

Este lunes el hospital emitía un nuevo y preocupante comunicado: «La paciente Dña. María Teresa Campos Luque continúa ingresada en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, donde fue hospitalizada ayer por un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda. Su situación clínica ha empeorado en las últimas horas, siendo actualmente muy grave«, se puede leer en el documento oficial emitido por el centro médico.

Las hijas de la presentadora han permanecido a su lado en todo momento. De hecho era la hija menor de la comunicadora, Carmen Borrego, quien confirmaba el domingo en exclusiva el programa ‘Fiesta de verano’ de Telecinco que había ingresado y que le estaban realizando pruebas, sin dar muchos más detalles del estado de salud de su madre. Rocío Carrasco y Fidel Albiac acudían al hospital para acompañar a las hijas de María Teresa Campos, lo que hacía presagiar el triste desenlace.

María Teresa Campos

En esta última etapa de su vida, María Teresa Campos, ha permanecido alejada del foco mediático. A modo de excepción, su hija Terelu explicó en una entrevista concedida a María Patiño en el ‘Deluxe’, poco antes de la finalización de ‘Sálvame’, que su madre sufría un “deterioro cognitivo muy importante”.

“No sabe que termina ‘Sálvame’, no sé si se lo voy a contar porque no sé si es bueno para ella. Sabe que lo presento, pero apenas lo ve. Cuando lo ve, a mí me hace mucha ilusión”, contó entonces, poco después de que le recriminase a su hermana Carmen Borrego haber traspasado “los límites” al contar que continuaba haciendo escaletas.

Pero esta no es la primera vez que la presentadora se enfrentaba a un momento delicado en lo que a su salud se refiere. En el año 2008, María Teresa Campos fue diagnosticada con un cáncer de garganta del que posteriormente se recuperó por completo.

Unos años más tarde, en 2017 María Teresa volvía a ser de nuevo ingresada de forma urgente tras sufrir un ictus en su casa de Las Rozas en compañía de varias personas de su confianza. La rápida actuación de Gustavo, su chófer, facilitó que se tratara a la periodista a tiempo y no sufriese grandes secuelas.

Una trayectoria llena de éxitos

Nacida en Tetuán, Protectorado español de Marruecos, 18 de junio de 1941) es una periodista con una extensa trayectoria en medios de comunicación audiovisuales.

Al cumplir un año de edad su familia se instaló en Málaga. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Málaga.

Sus inicios en radio

Dedicada profesionalmente a la radio desde su juventud en la década de 1980 se trasladó a Madrid y se incorporó a la televisión, donde alcanzó gran éxito y popularidad.

Durante dieciséis años (1990-2006) dirigió y presentó un programa magacín diario en las principales cadenas españolas, primero en las tardes y desde 1993 en la franja matinal, siendo conocida por el sobrenombre de la «reina de las mañanas».

Campos, la reina de la pequeña pantalla

Tras un tiempo de descanso, regresó a la pequeña pantalla para dirigir y presentar durante ocho años (2009-2017) el programa ¡Qué tiempo tan feliz!, en Telecinco, que se emitió en las tardes del sábado y del domingo, pasando entonces a ser conocida por el sobrenombre de la «reina de los fines de semana».

Con más de 50 años de trayectoria, durante 26 años contó con programa propio en la radio y durante 25 en la televisión, lo que la hizo una de las periodistas más poderosas e influyentes de la historia de la comunicación en España.

Ha sido galardonada con dos premios Ondas.

Sin duda, se va una mujer que hizo historia en la televisión, una auténtica maestra de la pequeña pantalla.

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Rosarosae

8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’

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VÍDEO | Chiquito de la Calzada, homenajeado con un semáforo que repite sus frases

Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.

Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace cinco años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.

El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.

Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.

¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.

Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae

Palabra de Chiquito (de la Calzada)

Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.

Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.

Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?

El idioma Grijander o chiquitistaní

En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.

Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.

¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?

Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.

Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)

El doctor Grijander

Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.

Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.

Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”

Insultar con gracia

Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.

Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)

Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.

Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?

Sensualidad y sexualidad

Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):

“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.

¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!

¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?

El movimiento chiquito

No me refiero a ningún partido, moda o grupo social.  Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.

Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?

Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.

Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.

–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?

–Político: La cosa está muy malitaaaar.

–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?

–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!

Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.

Expresiones llenas de sabiduría popular

Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…

Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.

Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.

Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.

¡Hasta luego… Lucas!                                          

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