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Muere Marta Ferrusola, mujer de Jordi Pujol, a los 89 años

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Marta Ferrusola
Marta Ferrusola y Jordi Pujo en las elecciones catalanas de 2012/EFE

Marta Ferrusola Llados (Barcelona, 1935), esposa del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, falleció a los 89 años, según confirmó La Vanguardia. Ferrusola sufría alzhéimer desde 2018 y se había retirado de la vida pública desde entonces.

La última imagen pública de Ferrusola la compartió su hijo menor, Oriol Pujol Ferrusola, el 9 de junio vía Facebook, donde felicitaba al expresident por su cumpleaños con una foto junto a su madre. “Padre, hoy haces 94 años y hace cuatro días celebrabais los 68 de casados con mamá. Qué gozo y qué alegría”, escribió Oriol Pujol. Esta fue la primera fotografía de la matriarca del clan Pujol desde 2020.

Padecía Alzhéimer

El diagnóstico de su enfermedad se hizo público en 2021, cuando la forense de la Audiencia Nacional corroboró que sufría un “deterioro cognitivo moderadamente grave”, motivo por el cual quedó apartada de la causa judicial que afecta a toda la familia. Ese verano, Pujol accedió a fotografiarse con su esposa en Queralbs para un reportaje de La Vanguardia sobre uno de sus libros.

Ferrusola, madre de siete hijos –Jordi, Marta, Josep, Pere, Oriol, Mireia y Oleguer–, tuvo siempre proyección debido a la carrera política de su marido, a quien respaldó en todo momento, incluso cuando pasó por la cárcel. Se casó con el fundador de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), partido del que también fue fundadora y militante activa, en Montserrat en junio de 1956. Su matrimonio duró más de 68 años.

En CDC, Ferrusola estuvo a cargo de la sectorial deportiva y en 1990 fundó junto a Núria Claverol, esposa del empresario Carles Sumarroca, la empresa Hidroplant, dedicada a la jardinería y que tuvo clientes como el FC Barcelona. Hidroplant, por ejemplo, renovó el césped del Camp Nou y, durante la presidencia de su esposo, Ferrusola mantenía su propia agenda de actos, similar a la figura de una primera dama.

Marta Ferrusola

Ferrusola conoció a Jordi Pujol a través de la hermana del expresident, Maria, en la Confraria de la Mare de Déu de Montserrat de la escuela Virtèlia, un centro fundado poco después de la entrada de las tropas franquistas en Barcelona, donde también asistieron otros rostros reconocidos de la política catalana como Pasqual Maragall o Miquel Roca.

La familia Pujol ha vivido apartada del foco público en la última década, condenada al ostracismo tras las revelaciones del expresident en 2014 sobre la herencia de su padre en un banco de Andorra. En los últimos años, después de la pandemia de la covid, Jordi Pujol ha regresado paulatinamente a la actividad pública, participando incluso en campañas para Junts en las últimas elecciones al Parlament. Ferrusola ha estado ausente debido a su enfermedad, siendo sus hijos quienes han acompañado al expresident.

A Ferrusola se le atribuye una gran influencia en su marido y en la política, así como un fuerte carácter y profundas convicciones religiosas, asistiendo incluso a la canonización del fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivà de Balaguer, en el Vaticano.

Aunque investigada junto a otros miembros de la familia Pujol en la Audiencia Nacional por dinero oculto en el extranjero, la causa se archivó para Ferrusola debido a su enfermedad, pero sigue abierta para los demás miembros de la familia.

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Betabloqueantes tras un infarto: un estudio español demuestra que ya no son necesarios en la mayoría de pacientes

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Betabloqueantes infarto
FREEPICK

Un estudio internacional coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha revolucionado el abordaje del tratamiento del infarto de miocardio. La investigación concluye que los betabloqueantes, recetados de forma rutinaria desde hace más de 40 años, no aportan beneficios en pacientes que han sufrido un infarto no complicado, es decir, cuando la función contráctil del corazón se mantiene conservada.

El estudio Reboot cambia las guías clínicas del infarto

Los resultados proceden del ensayo clínico Reboot, en el que han participado 8.505 pacientes de 109 hospitales en España e Italia. El trabajo, publicado en dos de las revistas médicas más prestigiosas —The New England Journal of Medicine y The Lancet—, se ha presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Madrid.

“Nuestro trabajo va a cambiar el tratamiento del infarto en todo el mundo. Más del 80% de los pacientes con infarto no complicado reciben betabloqueantes al alta, pero no hay evidencia de que les aporten beneficio”, explica Borja Ibáñez, director científico del CNIC e investigador principal del estudio.

Por qué se recetaban betabloqueantes tras un infarto

Desde los años 80, los betabloqueantes se recetaban tras un infarto porque reducen la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el consumo de oxígeno del corazón, protegiéndolo frente a arritmias y complicaciones.

Sin embargo, con la llegada de tratamientos más efectivos como la angioplastia coronaria y la colocación de stents, que abren la arteria obstruida en cuestión de minutos, el papel protector de estos fármacos ha quedado obsoleto en muchos casos.

El CNIC ya lo adelantó en su polipíldora cardiovascular (que combina aspirina, un antihipertensivo y un medicamento para el colesterol), de la que se excluyeron los betabloqueantes por su cuestionada utilidad.

Beneficios de eliminar los betabloqueantes

Según el estudio Reboot, dejar de prescribir betabloqueantes de forma rutinaria tras un infarto no complicado supondrá:

  • Menos efectos secundarios: cansancio, bradicardia (ritmo cardíaco bajo) y disfunción sexual.

  • Mayor adherencia al tratamiento, al reducirse el número de pastillas diarias.

  • Ahorro económico para el sistema sanitario, al disminuir la prescripción innecesaria.

Un riesgo especial para las mujeres

Uno de los hallazgos más relevantes del ensayo es la diferencia en el efecto de los betabloqueantes según el sexo.

  • En las mujeres, el estudio encontró un mayor riesgo de muerte, reinfarto y hospitalización por insuficiencia cardiaca cuando recibían betabloqueantes en comparación con aquellas que no los tomaban.

  • En los varones, en cambio, no se detectaron estos efectos adversos significativos.

Este resultado pone de manifiesto la importancia de tener en cuenta el sesgo de género en las enfermedades cardiovasculares, algo históricamente poco considerado en la investigación clínica.

Una advertencia para los pacientes que ya los toman

A pesar de los resultados, los cardiólogos insisten en que nadie debe suspender por su cuenta la medicación.

“Si un paciente está leyendo esta información y toma betabloqueantes, no debe interrumpirlos sin hablar antes con su médico. Es el especialista quien debe decidir si mantenerlos o no en cada caso”, advierte Ibáñez.

El infarto en España: cifras y contexto

  • Cada año, alrededor de 70.000 personas sufren un infarto en España.

  • El 70% de los pacientes sobreviven con la función cardíaca intacta, el grupo donde los betabloqueantes no ofrecen beneficio.

  • Hasta ahora, más del 80% de los pacientes eran dados de alta con esta medicación.

Con los nuevos datos, se espera una actualización de las guías clínicas internacionales de cardiología, lo que cambiará la práctica médica en hospitales de todo el mundo.


Conclusión: un cambio histórico en el tratamiento del infarto

El ensayo Reboot marca un antes y un después en la cardiología. Los betabloqueantes dejan de ser necesarios para la mayoría de los pacientes que superan un infarto sin complicaciones, reduciendo riesgos, efectos adversos y costes.

Se trata de un cambio de paradigma comparable al que supuso en su día la introducción de los stents coronarios, y que impactará en la vida de miles de pacientes cada año.

 

 

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