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Médico del Marañón: «Vacúnense y tengan paciencia, hay luz al final del túnel»

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Madrid, 27 feb (EFE).- El doctor Pablo Demelo, especialista en Medicina Interna que ha vivido en primera línea las tres olas de la pandemia del coronavirus en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, anima a vacunarse, a mantener la guardia y a tener un poco más de paciencia porque «el final está cerca».

«El final parece que está ahí, ya se ve. Hay que aguantar un poquito, tener un poquito de paciencia y esperar a que llegue la vacuna. No bajemos la guardia ahora porque ya, por primera vez, podemos decir que se ve la luz al final del túnel», afirma en una entrevista con EFE.

Tras infectarse de covid «muy pronto, el 9 de marzo» y estar dos semanas de baja, Demelo lleva «viendo enfermos sin pausa «en las tres olas.

La primera fue la más «caótica» a nivel hospitalario, aunque tuvo un importante trabajo de colaboración entre los compañeros: todos los servicios médicos y quirúrgicos se implicaron, el 99 % del hospital estaba dedicado a la atención covid.

Recuerda esa etapa con «caos, mucho compañerismo y mucho estrés», ya que había que «organizar de cero y reinventar» el hospital para dar cabida a tantos enfermos, con «la ansiedad de no saber ni a qué nos enfrentábamos, ni cuánto iba a durar, ni qué consecuencias tendría sobre nosotros, nuestras familias y la población en general».

La segunda ola fue «diferente, más de desgaste, no tan intensa pero duró mucho más».

«Era un goteo constante de pacientes, no sabíamos cuando íbamos a alcanzar el pico y de ahí caímos muy despacio. Eso nos desgastó mucho», reconoce.

La tercera ola «ha sido más breve» pero señala que los profesionales sanitarios la han vivido «ya muy cansados, tanto física como anímicamente».

LA SOLEDAD DE LOS PACIENTES Y LA ANGUSTIA DE LAS FAMILIAS

Pese a que ha pasado un año desde el inicio de la primera ola, dice que sigue siendo «muy complicado» enfrentarse «a la soledad de los pacientes, a las familias angustiadas y a la muerte».

«No te puedes ir a casa sin la covid, encendemos la tele y seguimos bombardeados. Si se muere un paciente te lo llevas a casa, es desagradable», asegura.

En su caso, ha tenido la «mala suerte» de tener a varios compañeros y familiares de compañeros ingresados a su cargo, lo que supone «un doble miedo» porque conoces al paciente y a la gente de su entorno.

«También los familiares (de pacientes con covid) han sufrido mucho. Es una angustia tener que llamar a diez familiares al día y dar malas noticias», continúa.

Sin embargo, «afortunadamente la mayoría de pacientes que pasa la covid tienen un pronóstico bueno» y «con el tiempo muchos síntomas mejoran».

«La mortalidad en la segunda y tercera ola ha caído. Ahora tenemos un rayo de esperanza; pacientes que no saldrían adelante en la primera ola ahora salen, tenemos recursos para tratarlos mejor, si no tuviéramos fármacos eficaces estaríamos más desmotivados», cuenta.

La principal revolución «han sido los corticoides, que mejoran el pronóstico» utilizados en los pacientes adecuados, así como algunos antivirales y terapias respiratorias.

El Gregorio Marañón ha participado en más de veinte ensayos clínicos de neumología, inmunología, medicina interna, microbiología, con diferentes fármacos, y hay una consulta especializada que sigue a quienes estuvieron más graves.

UNA MONTAÑA RUSA DE EMOCIONES

Pese a todos estos avances y a la mejora de los datos de coronavirus, advierte de que «una gran parte» de los sanitarios recibe aún ayuda psicológica.

«Nuestro ánimo ha sido como las olas de la covid, han subido y bajado, como una montaña rusa de emociones y eso ha hecho mucha mella en todos, en unos más que en otros», dice.

Cuando se habla de una nueva ola, cunde el «desánimo» y el «malhumor» entre algunos compañeros, según Demelo, que cree aún no son «conscientes» de lo que ha pasado y tardarán un tiempo en «normalizar» y recuperarse de esta experiencia.

En el Gregorio Marañón sufrieron la muerte por coronavirus de un compañero en mayo, el doctor Alberto Tejedor.

«Ese palo llegó cuando los ánimos eran muy bajos, en lo peor de la primera ola, era una persona que radiaba alegría. Era catedrático y nefrólogo, fue muy doloroso, un mazazo para todo el hospital. Ese día fue un punto de inflexión para nosotros», relata.

EL «EFECTO TRANQUILIZADOR» DE LAS VACUNAS

Ahora, en esta tercera ola, la vacunación «tiene un efecto tranquilizador» para Demelo y sus compañeros.

«Hay que vacunar a cuánta más gente mejor, en el menor tiempo posible. Las reacciones a la vacuna son pocas y leves, suelen durar 24 horas», apunta.

Además, el virus genera «una inmunidad que es duradera», por lo que vacunar a quienes lo hayan pasado «es una forma de dar una inmunidad añadida».

«Llevamos un año de pandemia y quienes se infectaron al principio ya no se infectan. Hay algunos casos puntuales y muy concretos de reinfecciones, pero en general no. Es una muy buena noticia, la única buena que nos ha dado el virus en el último año», ironiza.

Respecto a las nuevas variantes de coronavirus, reconoce su preocupación por que surja una contra la que no valga la inmunidad previa.

«Por eso es tan importante vacunarnos todos, frenar la expansión del virus y la aparición de nuevas cepas», recalca.

LA ESPERANZA DEL FIN

Demelo agradece «a todos los que han cumplido» y «respetan las medidas», como los que «usan mascarilla, están en su casa y salen lo justo».

«No echo en falta aplausos, me gustaría que todo el mundo se tomara esto en serio y la gran mayoría ya lo hace», asegura este doctor, que espera que con esta pandemia los dirigentes «sean capaces de ver la importancia de la sanidad y de la investigación».

Augura que los casos de coronavirus van a seguir bajando y confía en que «no vuelva a haber un repunte después de Semana Santa», como ocurrió tras la Navidad.

«Todos tenemos la esperanza de que el final ya está aquí. No sé si habrá nuevas olas, nuevas cepas, pero sé que el final está cerca», dice el especialista, que pide «aguantar» un poco más tras un año difícil porque «la vacuna está ya aquí».

Juliana Leao-Coelho

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El otoño llega a España con un “chorro polar”: qué es este fenómeno y a qué zonas afectará

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el tiempo en valencia
Una mujer bien abrigada pasea por el centro de valència. EFE/Kai Försterling/Archivo

Meteored advierte de un brusco cambio de tiempo con lluvias intensas y un desplome térmico en gran parte del país

El otoño entra en España con fuerza. El portal meteorológico Meteored ha alertado de que un chorro polar muy ondulado provocará un cambio brusco de tiempo en la península y Baleares a partir del fin de semana, coincidiendo con el equinoccio de otoño, que tendrá lugar el lunes 22 de septiembre.

Aunque estos días se están viviendo temperaturas inusualmente altas para la época —con nueve comunidades en alerta por superar los 40 grados este jueves 18, especialmente en Andalucía—, el calor tiene las horas contadas. A partir del sábado 20, una masa de aire polar anómala para la estación se adentrará en la península, acompañada de lluvias intensas y tormentas organizadas.


¿Qué es el chorro polar y cómo afecta al clima en España?

El chorro polar es una corriente de aire muy intensa en la atmósfera que circula a gran altura (entre 9.000 y 12.000 metros) y a gran velocidad, separando las masas de aire frío de las cálidas. Su fuerza y dirección influyen directamente en los cambios de tiempo en Europa.

En este caso, el chorro polar, actualmente muy activo en el Atlántico Norte, presenta ondulaciones muy acusadas que permiten que el aire frío descienda hacia latitudes más bajas. Según el climatólogo Samuel Biener, esta dinámica favorecerá la llegada de una profunda vaguada que canalizará la entrada de aire polar hacia España.

El fenómeno se traducirá en un descenso térmico acusado, lluvias persistentes y tormentas en varias comunidades, especialmente en el norte y noreste peninsular.


Comunidades donde bajarán más las temperaturas

Desde la tarde del jueves y la madrugada del viernes ya se esperan chubascos aislados en Extremadura, zonas de montaña de Andalucía, sur y oeste de Castilla-La Mancha y el interior de Galicia. Sin embargo, lo más significativo llegará a partir del sábado.

  • Norte peninsular: Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra registrarán tormentas intensas y acumulados de hasta 100 litros por metro cuadrado (l/m2) en apenas 24 horas.

  • Pirineo aragonés y catalán: en zonas como el noroeste de Huesca y el interior de Cataluña también se podrán superar los 100 l/m2.

  • Castilla y León y La Rioja: se prevén lluvias persistentes, con riesgo de tormentas organizadas.

  • Illes Balears: podrían registrarse chubascos localmente fuertes durante el domingo y lunes.

  • Resto de la península: aunque las precipitaciones no serán tan intensas, sí se notará el desplome de temperaturas, con descensos de entre 8 y 10 grados en pocas horas.


Cambio de patrón atmosférico: del calor extremo al aire polar

Los modelos de Meteored apuntan a que, desde el viernes, un anticiclón se extenderá hacia Islandia, modificando el patrón atmosférico. Esto favorecerá la formación de una borrasca fría entre las Islas Británicas y la Bretaña francesa entre el domingo 21 y el lunes 22.

La consecuencia directa será la llegada de vientos del norte y de una masa de aire polar que dejará un ambiente mucho más frío de lo habitual para estas fechas, marcando de manera clara el inicio del otoño en España.


Un otoño que empieza con contrastes

Este inicio de estación refleja la inestabilidad climática propia del cambio climático, donde los episodios de calor extremo se alternan con irrupciones frías inusuales para la época. Según los expertos, fenómenos como el del chorro polar se volverán cada vez más frecuentes y marcarán con más fuerza la dinámica del otoño y del invierno en la península.

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