El hipogonadismo de inicio tardío o déficit androgénico se caracteriza por una disminución de los niveles de testosterona en hombres a partir de los 40 años.
Este proceso, similar a la menopausia, no conlleva un cese total de la fertilidad como en esta, aunque puede provocar disfunción eréctil y pérdida de libido, entre otros síntomas.
Menopausia masculina
“Se trata de un proceso progresivo, de forma que, a los 70 años, los hombres tienen aproximadamente un 30 % menos de testosterona, la hormona encargada de mantener el tono muscular, la masa ósea y la función sexual”, explica el Dr. Carlos Balmori, urólogo de IVI Madrid.
Síntomas de la menopausia masculina
Otros de los síntomas más fácilmente detectables son debilidad muscular, fatiga, aumento de peso y pérdida de cabello, si bien pueden ir acompañados de pérdida de masa muscular y de dolencias como la osteoporosis y la osteopenia. “El resultado de este cuadro sintomático es una pérdida progresiva de la calidad de vida”, asegura el Dr. Balmori.
Además, muchos hombres presentan el llamado síndrome metabólico, una enfermedad relacionada con el hipogonadismo que se caracteriza por síntomas como obesidad, hiperglucemia, altos niveles de ácido úrico, hipertensión e hipercolesterolemia.
Afrontar esta nueva etapa con salud
Aunque el hipogonadismo afecta a todos los hombres a partir de una determinada edad –y a aquellos que hayan sufrido una extirpación de uno o ambos testículos–, hay ciertos hábitos saludables que se pueden desarrollar para paliar sus efectos.
“En algunos casos, mediante una dieta equilibrada, realizando ejercicio de forma controlada y manteniendo una vida sexual activa, los niveles de testosterona pueden volver a la normalidad”, explica el Dr. Balmori.
En este sentido, destaca que “los controles preventivos son muy importantes para revisar los niveles hormonales, de glucosa, colesterol y ácido úrico. Mediante un examen detallado de los pacientes aumentamos la efectividad de cualquier tratamiento médico”.
“Para aquellos pacientes que no puedan reponer esta hormona de forma natural, existen tratamientos a base de testosterona, tanto inyectables como en gel”, comenta el Dr. Balmori, quien destaca que “esta terapia de reemplazo hormonal no es dañina siempre que se lleve a cabo bajo supervisión médica y no se superen los niveles establecidos”.
El anisakis es un parásito presente en muchos pescados y cefalópodos que puede causar anisakiasis, una enfermedad que provoca trastornos digestivos y reacciones alérgicas graves. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) advierte que el consumo de pescado crudo o poco cocinado es el principal riesgo, y ofrece recomendaciones para disfrutar del pescado con seguridad.
1. Selección y manipulación del pescado
El primer paso para evitar la infección es elegir pescado fresco y limpio, preferiblemente sin vísceras. Si compras el pescado entero, retira las vísceras inmediatamente, ya que el parásito se encuentra principalmente en ellas. Este gesto reduce significativamente el riesgo de anisakiasis.
2. Cocción adecuada: el método más efectivo
Cocinar el pescado correctamente es fundamental para eliminar el anisakis. Asegúrate de que la temperatura interna alcance al menos 60 °C durante un minuto. Como guía práctica:
Una pieza de pescado de 2,5 cm de grosor necesita unos 10 minutos de cocción, dándole la vuelta a la mitad del tiempo.
Puedes freír, hornear, cocer o cocinar a la plancha, siempre controlando la temperatura uniforme.
3. La congelación salva vidas
Cuando el pescado se va a consumir crudo o semicrudo, la congelación es obligatoria. Las recomendaciones de AECOSAN incluyen:
Congelar a –20 °C o menos durante mínimo cinco días.
Usar frigoríficos con tres estrellas o más para asegurar la temperatura.
Comprar pescado ya congelado de proveedores que cumplan esta norma.
4. Preparaciones que requieren congelación
Algunas recetas tradicionales o internacionales deben seguir este paso:
Boquerones en vinagre, ceviche, sashimi o sushi.
Carpaccios y pescados marinados.
Huevas crudas, arenques o pescados ligeramente salados.
Semiconservas y pescados curados: anchoas, bacalao, mojamas.
6. Legislación y responsabilidad
La UE y España obligan a que los productos de la pesca estén libres de parásitos visibles y que los establecimientos garanticen la seguridad de los alimentos crudos o semicocidos. Además, los consumidores tienen derecho a información sobre congelación previa.
7. Prevención: clave para disfrutar del pescado
La prevención del anisakis combina:
Elección de pescado limpio y fresco.
Cocción a temperaturas seguras.
Congelación adecuada cuando sea necesario.
Siguiendo estas recomendaciones, es posible disfrutar de la merluza y otros pescados sin riesgos, equilibrando tradición culinaria y seguridad alimentaria.
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