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Así son los dos nuevos Mercadona de Valencia
Publicado
hace 2 añosen
Mercadona, compañía de supermercados físicos y de venta online, inaugura dos nuevos supermercados eficientes en la provincia de Valencia, uno en Alginet y otro en Llíria.
El supermercado de Alginet, ubicado ahora en la calle Elvira Bosh, sustituye el de la calle San Fernando; y el de Llíria, ubicado ahora en la carretera Valencia-Ademuz, el de la calle Pla de L’Arc. Estos nuevos supermercados refuerzan la excelencia en el servicio y optimizan el acto de compra de los clientes, presentan mejoras de las que se benefician tanto los “Jefes” (clientes), como los trabajadores, los proveedores y la sociedad.
Los nuevos Mercadona de Valencia
Para ello, estos nuevos supermercados, que sustituyen a los anteriormente citados por no poder adaptarse a las nuevas características del Modelo de Tienda Eficiente, cuentan con novedades en todas sus secciones, como la nueva sección “Listo para Comer”, que cuenta con un total de 35 platos distintos. Todas estas opciones se sirven en envases fabricados con materiales naturales, como la caña de azúcar (material compostable), el cartón o el papel.
Además, disponen, entre otras mejoras, de una nueva entrada con doble acristalado que evita corrientes de aire, unos pasillos más amplios, un área de descanso en la misma tienda con sillas y mesas donde los “jefes” pueden consumir el plato recién preparado y acompañarlo con bebidas frías.
Esta nueva generación de supermercado eficiente, que ha supuesto una inversión total aproximada de 12 millones de euros (5M€ en Alginet y 6,9M€ en Llíria), dispone de un diseño totalmente renovado respecto al anterior modelo de tienda con nuevos colores y materiales, tanto en la fachada exterior de acceso al supermercado, como en la distribución de las distintas secciones. Asimismo, apuesta por amplios espacios diáfanos que facilitan la entrada de luz natural y colores cálidos en la delimitación de los distintos ambientes.
En la construcción de estas nuevas tiendas eficientes de Mercadona, que cuentan con una plantilla de más de 60 trabajadores en Llíria y más de 40 en Alginet (todos puestos estables y de calidad), han participado un total de 70 proveedores que han dado empleo a más de 240 personas durante las obras.
Tecnología y ergonomía para las trabajadoras y trabajadores de Mercadona
Adicionalmente, con el objetivo de facilitar las tareas diarias de los trabajadores, se incluyen múltiples medidas para mejorar la ergonomía y eliminar sobreesfuerzos. Por ejemplo, el mueble de caja de Mercadona se ha desarrollado en colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia. Las tiendas también disponen de zonas comunes para que los empleados disfruten de una mayor comodidad en sus momentos de descanso, así como un comedor más equipado y unas taquillas personales más amplias y cómodas.
Además, estas nuevas Tiendas Eficientes de Mercadona están completamente conectadas tecnológicamente, mediante la integración de una serie de dispositivos electrónicos y herramientas colaborativas para los trabajadores, con los que poder compartir información desde cualquier sección; lo que facilita la autogestión de cada supermercado y agiliza los procesos de toda la cadena. Entre los nuevos dispositivos, se encuentran, entre otros, la línea de cajas, las balanzas o el uso de tabletas electrónicas que sustituyen al papel para realizar gestiones administrativas. Todo ello permite optimizar los procesos y conocer la gestión de la tienda en tiempo real, lo cual facilita la toma de decisiones y contribuye a una mayor agilidad, especialmente, en la gestión de los productos frescos.
Ahorro energético: tiendas ecoeficientes
A nivel medioambiental, se han tomado medidas que permiten reducir hasta un 40% el consumo energético respecto al modelo de tienda convencional, debido a la mejora del aislamiento térmico y acústico, optimizando los materiales y el grosor de paredes y techos y con nuevos arcones de congelado más eficientes energéticamente y respetuosos con el medioambiente. Además, cuentan con un sistema de iluminación LED automatizado que se regula según zonas y momentos del día, para una gestión energética mucho más eficiente. Asimismo, la compañía continúa apostando por las energías renovables a través de la instalación de placas solares en sus cubiertas.
El horario de apertura de estos supermercados es de lunes a sábado, de 09:00 a 21:30 horas, y dispone cada una de esas tiendas de un aparcamiento para facilitar el acto de compra a todos los clientes que se desplacen en vehículo privado, 97 plazas en el caso de Alginet y de 217 en el de Llíria, de las cuales algunas de estas, 3 y 6 respectivamente, cuentan con puntos de recarga para vehículos eléctricos.
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Rafa, vecino de Valеncia, conduce su Volkswagen desde hace más de diez años. Su ruta diaria no tiene nada de épico: trabajo, colegio, playa los fines de semana. Y, como la vida misma, el coche guarda sus huellas: un pequeño desconchón en la puerta tras salir del súper, una esquina del parachoques rozada en la rampa del garaje, una fina línea en el guardabarros que sólo se ve cuando le da el sol de lado. Nada de accidentes graves ni ambulancias: simplemente, una colección de marcas cotidianas en las que se reconoce media España. Y todo iría bien, si no fuera por las tarifas: cuanto más se retrasa la reparación, más caro acaba siendo – y eso se nota en el valor del coche y en el dolor de cabeza cuando toca venderlo.
Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué justo ahora
El parque automovilístico español ha envejecido y se renueva cada vez más despacio. En nuestras calles abundan los coches veteranos, fieles compañeros de rutina: la edad media ronda los 14,5 años, y los vehículos con más de veinte años ya suman varios millones en circulación. No es una alarma, sino una nueva normalidad, confirmada por los datos del sector: cuanto más envejece la pintura y el metal, menos perdonan los retrasos, sobre todo cerca del mar, donde la sal y el sol actúan como aceleradores naturales.
Los talleres también cambian. Su crecimiento no llega por arte de magia, sino por pura realidad: materiales más caros, procesos de secado con alto consumo energético, reparaciones más complejas. Todo suma, y el precio medio sube. Las cifras del mercado lo confirman: la facturación del sector de carrocería en España ha aumentado, en parte porque cada reparación cuesta más.
En la carretera ocurre lo que todos vemos: los grandes siniestros, por suerte, son pocos, pero los incidentes menores se multiplican. En 2023 y 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) registra cada año más de cien mil accidentes con víctimas; los grandes siniestros siguen estables, pero los golpes menores en ciudad y aparcamientos alimentan el trabajo de los talleres.
Y luego están los aparcamientos. No todos los “arañazos” ocurren en movimiento. Las aseguradoras lo repiten sin rodeos: buena parte de los daños urbanos se producen a baja velocidad y en espacios estrechos – ese pilar en el garaje comunitario, la rampa del parking o el muro del patio. Muchos de estos casos entran en la categoría de “siniestro sin segundo implicado”, y su cobertura depende de si la póliza incluye daños propios. Es un detalle práctico, no estadístico: cada conductor repara según lo que le permite su seguro.
Lo que de verdad preocupa y dónde se esconde el ahorro
Si entendemos el mantenimiento no como estética, sino como inversión, la lógica es clara. En la costa, donde el sol y el aire salino son parte del paisaje, un microdesconchón no es algo “para más adelante”: es una puerta abierta a la corrosión. En el interior, el sol castiga menos, pero la mayoría aparca en la calle, lo que multiplica los “besos de aparcamiento” y los actos vandálicos: rayones con llave, golpes de menos de 500 euros… la rutina urbana. El resultado es el mismo: cuanto antes se repare el daño, menor será la pérdida al revender -sobre todo en coches populares como los Volkswagen, donde el ojo del comprador no perdona.
El sector lo tiene claro: en Europa, la pintura para coche y los trabajos cosméticos representan buena parte del negocio de colisión. En climas como el nuestro, escatimar en el barniz transparente es, literalmente, ahorrar contra el sol.
Rafa y su plan “sin drama”: cómo hacerlo con cabeza
Rafa no busca la perfección, sino evitar males mayores. Lo primero: que el agua no llegue al metal. Si el barniz no está roto, un pequeño retoque puede salvar la pieza: limpieza, desengrasado, una capa de barniz local y un pulido final. Segundo: acertar con el color. Ahí manda el código de pintura, que en Volkswagen suele venir en una placa o en el libro de mantenimiento. Con ese código se obtiene la base exacta, y se evita el clásico “casi igual” que se ve desde tres metros. Para los propietarios de VW es fácil comprobarlo en las el catálogo de colores de Volkswagen, donde se muestran las combinaciones disponibles de base y barniz.
Tercero: evaluar la geometría. Una puerta plana y un paso de rueda con curvas no son lo mismo. En las zonas con nervios, uniones o anclajes de ópticas, el hazlo tú mismo suele acabar en el taller. Si el metal o la imprimación ya están a la vista, harán falta imprimación, base y barniz; la clave del ahorro está en la precisión y la calidad de los productos, no en añadir capas baratas.
Cuando posponer deja de ser ahorrar
En la costa -Valеncia incluida- el sol y la sal no perdonan. Lo que hoy es un arañazo, mañana puede convertirse en una pieza entera a repintar: imprimación, base, barniz, preparación y, si hay lista de espera, una semana sin coche. El panorama es claro: los trabajos de carrocería se encarecen por materiales y energía, y no es un problema de un solo taller, sino una tendencia general.
España, país de coches y de responsabilidad
España se mantiene entre los principales fabricantes de automóviles de Europa. Pero, al mismo tiempo, aumentan los coches veteranos y sus dueños se vuelven más metódicos: menos pánico, más mantenimiento. A escala nacional eso se traduce en una siniestralidad estable; a escala familiar, en una o dos visitas al taller al año para mantener el coche en forma.
Dónde acaba el “hazlo tú mismo”
– Tú mismo: pequeños desconchones, arañazos superficiales, siempre que el barniz siga intacto y el entorno esté limpio.
– El profesional: todo lo que afecta a nervios, uniones o anclajes, y cualquier daño donde el barniz se haya levantado o el metal esté visible.
Y un detalle que Rafa aprendió con la experiencia: el medidor de espesores de pintura. Diez minutos antes de cerrar una compraventa bastan para saber si una pieza fue repintada. Para el comprador es una ventaja en la negociación; para el dueño, una pista sobre cuánto trabajo llevará igualar el color.
Último paso: rutina sin dramatismo
Un par de buenos hábitos se amortizan en cualquier comunidad autónoma. Dos veces al año -en primavera y otoño- conviene revisar el coche con buena luz y reparar todo lo que supere cinco o diez milímetros o haya llegado a la imprimación. Son las mejores épocas para trabajar al aire libre: sin polvo en suspensión y sin calor extremo. Y si tu coche es un Volkswagen, ten siempre a mano el código de color y una referencia fiable para pedir el kit exacto para pinturas Volkswagen.
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