Empresas
Mercadona refuerza su compromiso con los afectados por la DANA
Publicado
hace 1 añoen
Valencia, 11 de noviembre de 2024.- Mercadona, comprometida con los afectados por la DANA, refuerza las medidas llevadas a cabo desde el inicio de la catástrofe bajo una premisa: “Hacer todo lo que sea necesario y hasta cuando sea necesario, porque ahora es el momento de la cercanía”, tal y como manifiesta Laura Cruz, directora de Acción Social de la compañía y coordinadora del equipo humano especializado en donaciones, obras y logística de Mercadona y encargado de gestionar todas las acciones de colaboración.
La compañía, desde los inicios de la catástrofe, ha estado implementando medidas centradas principalmente en la donación de productos de primera necesidad a entidades sociales para las personas afectadas (alimentación, equipamiento, materiales, etc.) alcanzando más de 300 toneladas entregadas en coordinación con sus proveedores; en acompañar a sus trabajadores afectados; y en la colaboración con las autoridades mediante la aportación de diferentes recursos.
En lo que respecta a donaciones, Mercadona está aportando alimentos a todos los comedores sociales con los que colabora y que están ubicados en las zonas afectadas y alrededores, y a los que se les está estudiando sus necesidades más allá de los alimentos que puedan necesitar.
La compañía mantiene contacto constante con el Banco de Alimentos de València para atender las necesidades que van surgiendo, al cual se le ha donado, del total de las 300 toneladas en colaboración con sus proveedores, más de 10 tráilers de alimentos.
Además, de nuevo en colaboración con sus proveedores, ha estado suministrando al programa “Cocina Solidaria” de Ricard Camarena productos frescos y conservas, desde donde se han estado preparando 10.000 comidas diarias calientes en las instalaciones del proveedor Frescos Delisano y 4.500 comidas diarias desde su restaurante.
Todas estas acciones se suman a las realizadas en los inicios de esta catástrofe, como fue la puesta a disposición de dos tiendas de la compañía desde las que se canalizaron las donaciones, la compra y entrega de 1.200 palets de agua, y la entrega de alimentos de primera necesidad para atender a las personas necesitadas en distintos puntos habilitados en la provincia de Valencia (L’Alquería del Basket, la estación del Norte, el complejo deportivo La Petxina y el Ayuntamiento de Cheste).
En el caso de sus trabajadores, la compañía, a quien a todos los afectados directos les trasladó en su momento que priorizasen por lo realmente importante (familia, hogar, etc.) sin que ello fuera a alterar su retribución y sin recuperar el tiempo destinado a ello, ha facilitado la movilidad para que puedan desplazarse a su puesto de trabajo y ha activado a 1.000 trabajadores voluntarios, procedentes de otros departamentos de la compañía, para ayudar en las tareas de adecuación y limpieza de las tiendas, con el objetivo de poder abrir lo más pronto posible y dar servicio a los vecinos.
Almacén en Picassent de 7.000 m2
En cuanto a la colaboración con autoridades, entre las últimas medidas llevadas a cabo destaca que la compañía ha puesto a disposición de la Conselleria de Servicios Sociales asesoramiento y apoyo logístico, además de un almacén de 7.000 m2 en Picassent (Valencia) para canalizar las donaciones, de ceder el espacio de L’Alquería del Basket a las unidades del ejército desplazadas a la zona como base de operaciones, y prestar vehículos de transporte para el reparto de ayudas.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar
Rafa, vecino de Valеncia, conduce su Volkswagen desde hace más de diez años. Su ruta diaria no tiene nada de épico: trabajo, colegio, playa los fines de semana. Y, como la vida misma, el coche guarda sus huellas: un pequeño desconchón en la puerta tras salir del súper, una esquina del parachoques rozada en la rampa del garaje, una fina línea en el guardabarros que sólo se ve cuando le da el sol de lado. Nada de accidentes graves ni ambulancias: simplemente, una colección de marcas cotidianas en las que se reconoce media España. Y todo iría bien, si no fuera por las tarifas: cuanto más se retrasa la reparación, más caro acaba siendo – y eso se nota en el valor del coche y en el dolor de cabeza cuando toca venderlo.
Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué justo ahora
El parque automovilístico español ha envejecido y se renueva cada vez más despacio. En nuestras calles abundan los coches veteranos, fieles compañeros de rutina: la edad media ronda los 14,5 años, y los vehículos con más de veinte años ya suman varios millones en circulación. No es una alarma, sino una nueva normalidad, confirmada por los datos del sector: cuanto más envejece la pintura y el metal, menos perdonan los retrasos, sobre todo cerca del mar, donde la sal y el sol actúan como aceleradores naturales.
Los talleres también cambian. Su crecimiento no llega por arte de magia, sino por pura realidad: materiales más caros, procesos de secado con alto consumo energético, reparaciones más complejas. Todo suma, y el precio medio sube. Las cifras del mercado lo confirman: la facturación del sector de carrocería en España ha aumentado, en parte porque cada reparación cuesta más.
En la carretera ocurre lo que todos vemos: los grandes siniestros, por suerte, son pocos, pero los incidentes menores se multiplican. En 2023 y 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) registra cada año más de cien mil accidentes con víctimas; los grandes siniestros siguen estables, pero los golpes menores en ciudad y aparcamientos alimentan el trabajo de los talleres.
Y luego están los aparcamientos. No todos los “arañazos” ocurren en movimiento. Las aseguradoras lo repiten sin rodeos: buena parte de los daños urbanos se producen a baja velocidad y en espacios estrechos – ese pilar en el garaje comunitario, la rampa del parking o el muro del patio. Muchos de estos casos entran en la categoría de “siniestro sin segundo implicado”, y su cobertura depende de si la póliza incluye daños propios. Es un detalle práctico, no estadístico: cada conductor repara según lo que le permite su seguro.
Lo que de verdad preocupa y dónde se esconde el ahorro
Si entendemos el mantenimiento no como estética, sino como inversión, la lógica es clara. En la costa, donde el sol y el aire salino son parte del paisaje, un microdesconchón no es algo “para más adelante”: es una puerta abierta a la corrosión. En el interior, el sol castiga menos, pero la mayoría aparca en la calle, lo que multiplica los “besos de aparcamiento” y los actos vandálicos: rayones con llave, golpes de menos de 500 euros… la rutina urbana. El resultado es el mismo: cuanto antes se repare el daño, menor será la pérdida al revender -sobre todo en coches populares como los Volkswagen, donde el ojo del comprador no perdona.
El sector lo tiene claro: en Europa, la pintura para coche y los trabajos cosméticos representan buena parte del negocio de colisión. En climas como el nuestro, escatimar en el barniz transparente es, literalmente, ahorrar contra el sol.
Rafa y su plan “sin drama”: cómo hacerlo con cabeza
Rafa no busca la perfección, sino evitar males mayores. Lo primero: que el agua no llegue al metal. Si el barniz no está roto, un pequeño retoque puede salvar la pieza: limpieza, desengrasado, una capa de barniz local y un pulido final. Segundo: acertar con el color. Ahí manda el código de pintura, que en Volkswagen suele venir en una placa o en el libro de mantenimiento. Con ese código se obtiene la base exacta, y se evita el clásico “casi igual” que se ve desde tres metros. Para los propietarios de VW es fácil comprobarlo en las el catálogo de colores de Volkswagen, donde se muestran las combinaciones disponibles de base y barniz.
Tercero: evaluar la geometría. Una puerta plana y un paso de rueda con curvas no son lo mismo. En las zonas con nervios, uniones o anclajes de ópticas, el hazlo tú mismo suele acabar en el taller. Si el metal o la imprimación ya están a la vista, harán falta imprimación, base y barniz; la clave del ahorro está en la precisión y la calidad de los productos, no en añadir capas baratas.
Cuando posponer deja de ser ahorrar
En la costa -Valеncia incluida- el sol y la sal no perdonan. Lo que hoy es un arañazo, mañana puede convertirse en una pieza entera a repintar: imprimación, base, barniz, preparación y, si hay lista de espera, una semana sin coche. El panorama es claro: los trabajos de carrocería se encarecen por materiales y energía, y no es un problema de un solo taller, sino una tendencia general.
España, país de coches y de responsabilidad
España se mantiene entre los principales fabricantes de automóviles de Europa. Pero, al mismo tiempo, aumentan los coches veteranos y sus dueños se vuelven más metódicos: menos pánico, más mantenimiento. A escala nacional eso se traduce en una siniestralidad estable; a escala familiar, en una o dos visitas al taller al año para mantener el coche en forma.
Dónde acaba el “hazlo tú mismo”
– Tú mismo: pequeños desconchones, arañazos superficiales, siempre que el barniz siga intacto y el entorno esté limpio.
– El profesional: todo lo que afecta a nervios, uniones o anclajes, y cualquier daño donde el barniz se haya levantado o el metal esté visible.
Y un detalle que Rafa aprendió con la experiencia: el medidor de espesores de pintura. Diez minutos antes de cerrar una compraventa bastan para saber si una pieza fue repintada. Para el comprador es una ventaja en la negociación; para el dueño, una pista sobre cuánto trabajo llevará igualar el color.
Último paso: rutina sin dramatismo
Un par de buenos hábitos se amortizan en cualquier comunidad autónoma. Dos veces al año -en primavera y otoño- conviene revisar el coche con buena luz y reparar todo lo que supere cinco o diez milímetros o haya llegado a la imprimación. Son las mejores épocas para trabajar al aire libre: sin polvo en suspensión y sin calor extremo. Y si tu coche es un Volkswagen, ten siempre a mano el código de color y una referencia fiable para pedir el kit exacto para pinturas Volkswagen.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)


Tienes que estar registrado para comentar Acceder