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Cultura

El Salón de Cristal del consistorio acoge la Semana del Ninot Indultat del 2 al 10 de julio 

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Ninots indultats ayuntamiento Valencia

El Salón de Cristal del Ayuntamiento de València acoge desde este martes 2 de julio hasta el próximo miércoles, día 10, la Semana del Ninot Indultat, durante la cual tanto la ciudadanía como los visitantes que lleguen a la ciudad podrán disfrutar de cerca de los ninots indultats de las Fallas 2024. El jueves 11 a las 20:00 horas se realizará la entrega de dichos ninots al Museo Fallero. 

 Esta iniciativa, que se celebra desde el año 2016, está organizada por la Concejalía de Fallas con la colaboración especial del Museo Fallero de València. Su finalidad es dar a conocer las figuras indultadas a través de unos paneles explicativos con información específica sobre ellas, las Fallas, el Museo Fallero y l’Indult del Foc.  

 Asimismo, las personas que se acerquen hasta el consistorio durante estos días podrán acceder también a numerosos datos específicos sobre los ninots indultats de 2024.

El horario de visita será el habitual de acceso público en el Salón de Cristal. 

 El concejal Fallas y presidente de Junta Central Fallera, Santiago Ballester, ha destacado  el protagonismo de estas figuras, “que son obras de arte”, y  que pasarán a formar parte del Museo de las Fallas de València. 

 

 

Horchatería L‘Antiga y Comienza por O: allí donde nunca se ha de dejar caer a nadie 

 El Ninot Indultat Gran es obra del artista fallero Josué Beitia Cardós, modelado por Sergio Penadés, de la comisión L’Antiga de Campanar, de la Sección Primera, bajo el lema Horchatería L‘Antiga. Mientras que el Ninot Indultat Infantil, obra de Mario Pérez Sánchez, de la comisión Duc de Gaeta-Pobla de Farnals, también de la Sección Primera, se presentó bajo el lema Comienza por O: allí donde nunca se ha de dejar caer a nadie. 

 En el primer caso, Horchatería L‘Antiga, se trata de un conjunto compuesto por un abuelo, su nieta y un perrito. Los tres ninots representan una escena de una tierna merienda familiar dentro de una horchatería tradicional en València. 

 El conjunto está elaborado en corcho blanco, diferentes tipos de madera (contrachapado, DM, aglomerado) revestimiento acrílico, gotelé y pasta para la remodelación de figuras. Las técnicas utilizadas en su elaboración han sido: maqueta modelada en plastilina escaneada, luego pasada a corcho blanco tipo 3, y fresado, empapelado con cartón con tres capas de gotelé y lijado posterior, las caras después remodeladas en pasteta (pasta Das). Acabado final con pintura plástica con diferentes tipos de barniz brillo y mate. 

Ninot indultat infantil

En cuanto al Ninot Indultat Infantil, Comienza por O: allí donde nunca se ha de dejar caer a nadie, la escena representa el interior de la casa de los abuelos, donde sus nietos les acompañan y ayudan a no olvidar todo aquello que la enfermedad del Alzheimer les borra de la memoria. Rotulan, con notas adhesivas y etiquetas, muebles, objetos, utensilios y hasta el reflejo del espejo para ayudarles a reconocer su entorno y a sí mismos. Al mismo tiempo recuerdan, vistiendo a la yaya y viendo fotografías, cuando fue fallera mayor de su falla. No los dejemos caer en el olvido. 

Se trata de una pieza elaborada en corcho blanco, poliestireno extruido, resina, madera, chapa de marquetería y tablero de DM. La técnica empleada en este caso es la de modelado mayoritariamente en corcho blanco y poliestireno extruido con algunos detalles realizados en resina. También se ha utilizado el empapelado, preparado de gotelé, escamado, imprimación y pintura acrílica con acabado de barniz mate y brillante. 

L’Antiga de Campanar gana el Ninot Indultat 2024

Duque de Gaeta, Ninot Indultat Infantil de las Fallas 2024

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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