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Ozempic: el medicamento para adelgazar

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Ozempic
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Ozempic es una marca comercial de un medicamento llamado semaglutida. El semaglutida es un medicamento inyectable utilizado en el tratamiento de la diabetes tipo 2 pero que ha generado una demanda fuera de lo normal para otro uso: adelgazar.

En resumen, Ozempic es un medicamento inyectable con semaglutida como principio activo. Su indicación autorizada es para pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y se financia para tratar dicha enfermedad en terapia combinada con otros antidiabéticos.

Si bien de primera mano Ozempic no se considera como un medicamento para bajar de peso, hay que considerar lo siguiente:

Está elaborado con semaglutida, el cual es un análogo humano del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) y ayuda a estimular la secreción de insulina, con esto crea saciedad en el paciente.

Asimismo, al disminuir la velocidad que los alimentos salen del estómago, la persona suele comer menos.

Por último, al ser usado en conjunto con dieta y ejercicio, la pérdida de peso se nota factible de lograr.

A pesar de lo anterior dicho, siempre debes acudir con un médico para constatar el uso correcto de Ozempic.

¿Sirve para adelgazar?

Sí, Ozempic funciona para adelgazar. Entre los estudios que lo demuestran, hay uno publicado en Jama Network cuya información destacada puedes leer en la web de la Fundación Femeba, que promueve el desarrollo científico en el área de la salud. Fue del tipo aleatorizado, doble ciego y de grupos paralelos. Todos los pacientes eran adultos sin diabetes, con sobrepeso (un IMC de 27 o más) u obesidad (un IMC de 30 o más). Fueron divididos en dos grupos, a uno se le administró semaglutida y a otro placebo.

En la semana 68, el cambio de peso corporal medio estimado con respecto al valor inicial era de -16% en los pacientes a los que se administró semaglutida, y de -5,7% en aquellos a los que se suministró el placebo. Una mayor proporción de participantes del grupo de la semaglutida logró pérdidas de peso de, al menos, el 10% o el 15%.

Ahora bien, como recuerda OCU, solo la liraglutida está autorizada y se comercializa para la pérdida de peso en la actualidad. Es, recordemos, otros de los principios activos que se usan en el tratamiento de la diabetes. La semaglutida también ha conseguido la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos para tratar la obesidad y el sobrepeso, pero aún no se vende en España con este fin. Está previsto que se comercialice próximamente bajo el nombre comercial de Wegovy, que es igual que el Ozempic.

Ozempic y alcohol

Cuando se bebe alcohol, se puede alterar el nivel de insulina en el cuerpo, ya que la azúcar en la sangre puede elevarse o reducirse. Por lo tanto, lo más recomendable es no beber o hacerlo en dosis muy bajas.

¿Quién no puede usar Ozempic?

Antes de iniciar un tratamiento con Ozempic, tu médico debe informarte sobre los riesgos y restricciones que esto implica. Revisa la siguiente información.

      • No usar si el paciente o el familiar ha tenido carcinoma medular de tiroides o síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2.
      • No usar si se tiene hipersensibilidad a la semaglutida.
      • Usar con precaución en caso de problemas renales o de páncreas.
      • Cuidado en pacientes con antecedentes de retinopatía diabética.
      • Cuidado en el uso en el embarazo y la lactancia.

¿Qué efectos secundarios produce Ozempic?

Como todo medicamento, Ozempic puede producir algunas reacciones adversas como:

    • Náuseas.
    • Vómitos.
    • Diarrea.
    • Dolor estomacal.
    • Estreñimiento.
    • Tumores en la tiroides.
    • Pancreatitis.
    • Cambios en la vista.
    • Hipoglucemia.
    • Problemas renales.

 

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
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Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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