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Cultura

El palacio en el que nacieron las Fallas

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palacio en el que nacieron las Fallas
Foto: Hugo Román

El palacio en el que nacieron las Fallas es uno de los lugares más desconocidos por la mayoría de los valencianos y guarda en sus paredes los orígenes de nuestra historia, nuestra tradición y de la fiesta de las Fallas.

Ajeno a las miradas de muchos que pasan junto a él, en el barrio de Velluters, se levanta el Palacio Balmes, edificio del siglo XV construido sobre unos cimientos del siglo XIII, un lugar único en la ciudad por ser el lugar donde empezó todo, el lugar donde nacía el Gremio de Maestros Carpinteros.

El origen de las Fallas

El origen de este antiguo gremio se remonta a la conquista de la ciudad de València por el rey Jaime I el Conquistador, cuando articula la ordenación gremial valenciana, que recoge en un principio a carpinteros, pero también los oficios de imagineros, pintores y un pequeño grupo relacionados con los «menesters» de la carpintería.

Según documentos, es el 17 de enero de 1242,  cuando el Llibre del Repartiment asigna a Guillem Francolí, maestro carpintero, dos talleres delante de la Iglesia de San Martín de València. Esa parroquia es el sitio donde se instalan obradores de otros artesanos de la madera convirtiéndose en sede gremial. Es en 1479, cuando los propios artesanos de la madera valencianos levantan el Palacio Balmes para llevar a cabo las reuniones de la “Confraria e ofici dels fusters”.

Cabe destacar a modo de curiosidad que su santo patrón era San Lucas, médico de profesión; y que no será hasta el año 1497 cuando el rey Fernando el Católico permita el cambio del patronazgo pasando a ser San José el nuevo patrón del gremio de carpinteros.

Palacio en el que nacieron las fallas:

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En el siglo XVIII se renuevan las ordenanzas del ‘Gremi de Fusters’ por medio de una Real Cédula del Consejo de Castilla y 60 carpinteros del gremio de València vuelven a reconstruir el antiguo palacio de la calle Balmes realizando entre todos una verdadera joya de arte en su interior, el artesonado de madera que decora sus techos elaborando cada uno de ellos los 60 cajones que lo forman. Obra suya es también otros elementos de madera que todavía se conservan en el edificio.

Los primeros datos que se tienen sobre el lugar indican que sobre cimientos del siglo XIII se edificó una ermita ya en el siglo XV que fue ampliándose durante los años.

El palacio es de planta rectangular y se accede a través del zaguán. En su portada adintelada se puede observar en el centro esculpidos en la piedra los siguientes elementos propios del arte de la carpintería como son un tintero sobre un libro, una escuadra, una regla y un compás.

Si seguimos recorriendo con la mirada veremos en los ángulos que forman la portada una sierra en uno de ellos y en el otro ángulo una especie de hacha (azuela) de carpintero.

También en cada uno de los ángulos de la casa podemos ver más pistas en piedra sobre los orígenes del edificio en el interior de un escudo en piedra, un cartabón y una especie de punzón, propios del trabajo de la carpintería.

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En su interior a través de un gran zaguán se accede a las distintas dependencias. Por una escalera se accede a la planta noble donde se encuentra la sala de juntas y la capilla. En la sala de reuniones de planta rectangular de 8 x 20 metros, nos encontramos con el artesonado de 60 casetones realizado cada uno por 60 maestros carpinteros a modo tal vez de firma, de sello distintivo lo que le proporciona cierta singularidad al conjunto. Por debajo del artesonado corre un friso también de madera del siglo XV.

La fachada trasera mezcla el edificio originario con elementos añadidos en las últimas reforma, como son las ventanas. Aún así se puede apreciar la división en dos secciones horizontales de distinto tamaño separadas por una moldura y en la parte superior una bella galería formada por 18 arquillos de medio punto que recorren la construcción por debajo del alero de madera.

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Oculto en esa fachada por el vandalismo de las pintadas que lamentablemente inundan el bello palacio podemos leer la siguiente placa:

«Al Excelentísimo señor Don Amalio Gimeno y Cabañas socio de merito de esta sociedad ministro de Marina y ex ministro de Instrucción Pública y Bellas artes con su protección se habilitó este local para escuelas Graduadas la Sociedad de Instructiva de Maestros Carpinteros perpetua gratitud a su ilustre bienhechor 19 marzo de 1913»

Foto: Hugo Román

 

En la actualidad el edificio está gestionado por una empresa privada destinada a la celebración de actividades culturales y eventos públicos y privados.

De las manos de aquel gremio que levantó ese edificio hace ya siglos dependía la vida de la ciudad ya que su oficio permitía la construcción de las casas, embarcaciones, herramientas, utensilios, recipientes y objetos de uso cotidiano, así como tallas de madera. Los más talentosos serían los encargados de dar forma a aquellas primigenias fallas, siendo el origen de nuestra fiesta grande.

De sus manos, de ese edificio hoy desconocido, nació el alma de nuestra ciudad.

 

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Cultura

David Bisbal deslumbra en el Roig València con su gira “Todo es posible en Navidad”

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David Bisbal concierto Valencia
David Bisbal-ROIG ARENA

València ha vibrado este 6 de diciembre con la llegada del concierto navideño de David Bisbal dentro de su gira “Todo es posible en Navidad”, un proyecto que confirma al almeriense como uno de los grandes referentes del género festivo en España y Latinoamérica. A punto de cumplir 25 años de trayectoria, el artista celebró un nuevo capítulo musical ante más de 12.000 personas que llenaron el Roig Arena para dar la bienvenida oficial a la Navidad.

Una puesta en escena espectacular

El recinto se transformó en un auténtico salón navideño con una alfombra roja, cortinajes plateados y una iluminación dinámica que imprimieron calidez, elegancia y espectacularidad al espectáculo. Desde el primer minuto, el ambiente festivo estuvo presente con un despliegue visual diseñado para acompañar todos los matices de la voz de Bisbal y el enfoque coral del concierto.

Temas del álbum navideño y clásicos renovados

El concierto comenzó con “Navidad junto a ti”, una delicada balada compuesta por Marco Antonio Solís y considerada ya un clásico de la Navidad en México, Estados Unidos y otros países de América Latina. A continuación, el público se levantó con “Todo es posible en Navidad”, tema que da nombre a la gira y que fue coreado por toda la grada, iniciando una dinámica de participación constante a lo largo de las casi dos horas de concierto.

Pero el artista tenía guardado un gran momento emocional: reinterpretar sus éxitos de siempre con una nueva arquitectura musical. Tras abandonar temporalmente los villancicos, el escenario se llenó de energía con versiones renovadas de temas icónicos como “No amanece”, “Esclavos de tus besos”, “Quién me iba a decir”, “Dígale” o “Silencio”, manteniendo intacta la conexión emocional con seguidores de todas las edades.

Un repertorio navideño con identidad propia

Después de este paréntesis, y ya con un nuevo cambio de vestuario, Bisbal interpretó una “Blanca Navidad” elegante y contemporánea, para después sorprender con la primera versión en español del clásico de Elvis Presley “Always On My Mind”, traducido como “Siempre te recordaré”, además de una emotiva interpretación de “Te deseo muy felices fiestas”.

El momento más íntimo

Uno de los instantes más conmovedores llegó con “Mi princesa”, una joya interpretada en acústico, con el artista acompañado únicamente por las voces y el eco colectivo de un público que convirtió el recinto en un enorme coro.

Una recta final cargada de ritmo y tradición

La intensidad continuó con “A partir de hoy”, “Corazón latino”, “Lloraré las penas” y “Bulería”, con los últimos dos temas luciendo la Senyera, gesto recibido con especial emoción por el público valenciano.

Una traca final navideña inolvidable

Para cerrar el espectáculo, el Roig Arena se convirtió en una fiesta colectiva gracias a “Los peces en el río”, el popular “tukituki” del “Burrito Sabanero” y una electrizante versión de “Ave María”, que desató el momento más eufórico de la noche y puso fin a un concierto pensado no solo para oír, sino para vivir.

 

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