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Qué fue de Patricia Gaztañaga, la mítica presentadora de ‘El diario de Patricia’

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Qué fue de Patricia Gaztañaga, la mítica presentadora de 'El diario de Patricia'
Patricia Gaztañaga

Patricia Gaztañaga fue uno de los rostros más populares de la década de los 2000. Toda una referente en la televisión, comenzando su andadura en el País Vasco de la mano de la cadena ETB.

Su época dorada llegaría unos años después de debutar en la pequeña pantalla, cuando en el año 2001, y desde Antena 3, se fijaron en ella para presentar un programa similar a ‘Ésta es mi gente’, que acabó siendo todo un éxito. Un programa al que llamaron ‘El diario de Patricia’.

¿Qué ha sido de ella? Patricia Gaztañaga, la mítica presentadora de El diario de Patricia que tantos buenos momentos nos regaló en su momento, está muy desaparecida del panorama televisivo nacional.

Pese al éxito en Antena 3, la comunicadora no volvió a gozar del triunfo de aquella época y ahora se dedica a algo bien distinto.

Éxito

En ‘El diario de Patricia’ que presentaba la periodista las tardes de lunes a viernes acudían diferentes invitados acudían para contar algunos de sus problemas personales, ya sea con su relaciones personales u otros problemas. Un programa que creció con el paso de los años, al igual que la fama de la presentadora, quien tuvo que hacer un paréntesis de un año para dar a luz.

Evidentemente, gran parte del éxito de El diario de Patricia residió en Patricia Gaztañaga, presentadora que supo darle al formato un tono fresco, surrealista, y sobre todo, divertido.

‘El diario de Patricia’ alcanzó los 1.500 programas en el 2008 y siendo el líder en su franja horaria. Sin embargo, Patricia decidió dar un paso a un lado, abandonando el programa el 9 de julio de ese mismo año, tras siete temporadas y 1.762 programas, y con un especial. Tras ella llegaría Juan y Medio, y después Sandra Daviú.

La presentadora decidió despedirse del programa para adentrarse en nuevos retos: No es programa para viejos fue un completo fracaso de audiencia, lo mismo que el resto de proyectos en los que fue participando en Antena 3.

De vuelta al País Vasco

En 2012 puso rumbo a su País Vasco natal y a ETB, donde permaneció hasta tres años, pudiendo aparecer en 2015 en un programa especial de Antena 3 donde se celebraba la gala de los 25 años, que estuvo presentada por Matías Prats y Paula Echevarría. Un año después, en 2016, volvía a la televisión nacional con ‘Cuestión de tiempo’, en La 1, donde cerró su etapa en la televisión.

En 2016, la vasca decidió alejarse de la pequeña pantalla y adentrarse en el camino de la publicidad: abrió una empresa de publicidad que fundó junto a su marido, Iñaki Solaun y aún hoy en día continúa abierta y cosechando grandes éxitos. También ayuda en la lucha contra el maltrato animal, movimiento en el que se le ha visto muy involucrada durante los últimos años.

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La ‘jeta’ de Bertín Osborne: de negar a su hijo a exhibirlo en una portada 

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Bertín Osborne hijo portada
Portada de ¡Hola!

De villano a padre ejemplar en cuestión de meses. Así parece que quiere venderse ahora Bertín Osborne, que tras negar a su hijo David, pedir una prueba de paternidad y asegurar que no quería volver a ser padre a los 70, aparece sonriente en la portada de ¡Hola! abrazando al pequeño. Todo bajo el argumento de que no quiere que «sea un niño escondido».

La jugada huele a lo de siempre: negocio, blanqueo de imagen y un reportaje bien pagado. Osborne no se conforma con el perdón íntimo de Gabriela Guillén, la madre del niño, sino que lo convierte en espectáculo mediático, el mismo que él mismo alimentó con sus desplantes.

El padre ausente que ahora posa de revista

Que Bertín quiera presentarse como un padre orgulloso no borra la hemeroteca. Cuando se filtró el embarazo, el artista se desentendió y dudó de Guillén públicamente. Ahora, con el niño ya crecido y diciendo «papá», Osborne asegura: «Con el niño estoy encantado. Estoy muy contento de conocerlo, de compartir con él momentos. El niño es una monada, cariñosísimo, un amor».

El contraste es brutal: el hombre que en su día declaró que «nunca quiso ser padre otra vez» es el mismo que ahora afirma querer «conocerlo, que me conozca, estar y que sepa quién es su padre». Una contradicción que resulta difícil de digerir para quienes recuerdan su reacción inicial.

Gabriela Guillén: dignidad frente al espectáculo

Guillén también aparece en el reportaje, aunque no hay ninguna foto de los tres juntos «para evitar confusiones», según explican. La empresaria se muestra cordial, pero sus palabras siguen cargadas de verdad: «Quiero que mi hijo sea lo más feliz posible y que tenga una normalidad. Que, independientemente de que sus padres no estén juntos, él sienta el amor de los dos».

Una declaración que contrasta con la confesión de su propio pasado: «Tener un padre es muy necesario. Yo no lo tuve. Por eso, no le quiero privar a mi hijo de ese derecho, porque él sí lo tiene». Una frase que evidencia lo mucho que ella ha cedido para facilitar esta relación y lo poco que Osborne asumió al principio.

El discurso de Osborne: entre excusas y resignación

En la entrevista, Osborne reconoce que «ejercer de padre es complicado a estas alturas de mi vida, pero el niño no tiene culpa de nada». Una frase que muchos interpretan como una justificación tibia, que no encaja con el desplante inicial ni con el giro posterior hacia el escaparate de revista.

Además, habla de Gabriela como «una mujer estupenda, discreta, trabajadora, responsable», aunque no evita subrayar que nunca quiso volver a tener hijos: «Ahora ayudaré a que el niño tenga sus estudios estupendos y que viva lo mejor que pueda». Palabras que suenan más a compromiso económico que a verdadera implicación emocional.

La estrategia de Osborne: del escándalo al “padre modelo”

Lo llamen “reconciliación” o “presentación oficial”, lo que hay detrás es: un reportaje supuestamente rentable y una nueva narrativa para Bertín, que quiere pasar página con una sonrisa y unas declaraciones amables. El problema es que la memoria colectiva no es tan frágil: cuesta olvidar la prueba de paternidad, los desplantes y las frases hirientes.

Lo que ahora Osborne presenta como un acto de normalidad suena más a marketing que a amor paternal. Y la pregunta queda en el aire: ¿de verdad busca ser un padre presente o simplemente otro titular que engorde su ya larga lista de portadas? Lo que sí parece confirmarse es que la imagen de Bertín será difícil de recuperar.

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