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¿Qué hago si me pica una avispa y soy alérgico?

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¿Qué hago si me pica una avispa y soy alérgico?
Avispa Imagen: pixabay

Todos en alguna ocasión hemos sufrido la picadura de insectos. Mosquitos, abejas y avispas suelen ser las más comunes. La picadura de la avispa puede ser muy dolorosa, y en ocasiones muy peligrosa si la persona afectada es alérgica. Las avispas suelen sentirse atraídas por los olores intensos como los de los perfumes, la ropa de colores vivos, las bebidas azucaradas e, incluso, la comida. Este es el motivo por el que muchas veces se acercan a nosotros mientras comemos en el campo, en la terraza de un bar o un restaurante.

Las avispas son un tipo de artrópodo que, para defenderse o atacar, pica con un aguijón situado en la parte posterior de su abdomen. Cuando lo hacen, inoculan veneno en nuestra piel. Al contrario que sucede con las abejas, no pierden el aguijón al clavarlo, pueden usarlo repetidas veces.

Síntomas de la picadura

La picadura de la avispa produce habitualmente una reacción local ante el propio veneno acompañado por un dolor intenso, hinchazón y enrojecimiento de la zona en torno a una pápula blanca, en la zona donde la avispa introdujo el aguijón. También se produce escozor y prurito en el área de la picadura. Estos síntomas suelen desaparecer en unas horas, aunque a veces se prolongan durante días.

Algunas personas sufren una reacción local extensa y la zona inflamada puede aumentar de tamaño a un diámetro mayor, e incluso superar los diez centímetros. Si la zona afectada es una extremidad, puede llegar a articulaciones contiguas. Además de presentar los síntomas habituales descritos, puede darse endurecimiento de la zona.

¿Cuánto dura?

Todos estos síntomas persisten más de 24 horas y suelen tardar en desaparecer tres o cuatro días. Pueden ser más intensos si la picadura está localizada en la cara o el cuello.

Alergia a la picadura

  • Hinchazón local con un diámetro de aproximadamente 10 cm o incluso más extendida
  • Urticaria y prurito
  • Dolor y malestar general
  • Vómito
  • Dificultad para respirar y respiración acelerada
  • Dolor en el abdomen y diarrea
  • Confusión y aturdimiento
  • Aceleración del latido cardiaco
  • Bajada de la presión
  • Pérdida de conciencia y desmayo
  • Sensación de fuerte ansiedad
  • Los síntomas arriba citados surgen pocos minutos después de la picadura y duran más de 24 horas
  • Podría observarse anafilaxia también (parada y colapso cardiocirculatorio)

Tratamientos para la alergia a las picaduras de avispa

Si nos pica una avispa y tenemos alergia a su picadura debemos llevar a cabo una serie de acciones para que no produzcan síntomas mayores.

  • Lo primero que debemos hacer en caso de que una avispa nos pique es alejarnos del lugar, ya que, al picar, este insecto libera un tipo de feromona que incita a los otros miembros de su colonia a atacar.
  • Lavar bien la picadura con agua fría abundante y jabón y luego aplicar un antiséptico ligero. Para mitigar el dolor y la hinchazón, puede aplicarse durante aproximadamente diez minutos un cubito de hielo envuelto en una tela fina o paño. También hay que retirar de la zona afectada anillos u otros objetos que puedan comprimirla.

Si ya sabe que tiene alergia y sufre una picadura, debe acudir al Centro Médico más cercano lo antes posible para su valoración y control. Si durante el camino aparecen síntomas en la piel (inflamación, urticaria, ronchas) debe tomarse un antihistamínico. Es recomendable lleva la medicación correspondiente encima que nos haya recetado el médico si sabemos que sufrimos reacción a la picadura.

Como tratamiento farmacológico, puede ser útil tomar por vía oral analgésicos tipo paracetamol para el dolor o antihistamínicos para reducir el picor y la reacción local. (Siempre acudir al médico de urgencias o avisar al 112 para indicar pasos a seguir)

  • Antihistamínicos
  • Cortisona
  • Adrenalina autoinyectable: en este caso, la sustancia siempre tiene que llevarse encima y se tienen aproximadamente 10 segundos para inyectarla. La inyección de adrenalina permite evitar que se produzca el choque anafiláctico y otras reacciones graves.
  • Fármacos para las picaduras de avispa
  • La inmunoterapia

Reacción anafiláctica

  • Si la picadura es grave debido a su número, localización o a la posible sensibilidad o alergia de la persona que la ha sufrido, debe buscarse de inmediato asistencia médica, llamando al 112,  ya que la rapidez en la administración del tratamiento adecuado es clave para que resulte eficaz.
  • Ante una reacción anafiláctica, puede ser necesaria una inyección de epinefrina (adrenalina). En este caso, es recomendable preguntar a la persona si lleva auto inyector de adrenalina y si precisa ayuda para ponérselo. Si la persona no responde, no respira y no tiene pulso, hay que empezar con las maniobras de resucitación cardiopulmonar -RCP- hasta que llegue la asistencia.
  • Si ocurre un shock anafiláctico, será precisa la administración de líquidos por vía intravenosa o de fármacos que ayuden al corazón y al sistema circulatorio.
  • Por este motivo, quienes son alérgicos a las picaduras han de llevar alguna identificación visible sobre su problema como los brazaletes de alerta médica, además de portar siempre consigo una jeringa cargada con adrenalina.

Acudir a un alergólogo para que confirme la alergia y prescriba el tratamiento adecuado preventivo como vacunas.

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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados

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Esta es la hortaliza saludable que debes tomar a diario para prevenir los resfriados en invierno
PEXELS

La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?

Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.

Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.

La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».

MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.

La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.

Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».

EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».

Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.

OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.

La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».

LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».

Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.

Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».

Alimentos para prevenir resfriados

La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.

1. Pescados, un gran aporte de Omega-3

Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.

2. Cítricos, el consejo de la abuela

¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).

3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales

Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!

4. Yogur, el poder de los probióticos

Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!

5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad

La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.

6. Calabaza, la reina del beta-caroteno

El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.

7.  Kiwi, vitamina C al por mayor

Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!

8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales

Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.

9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!

Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!

10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal

Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.

11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis

Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.

12. Setas, propiedades antibacterianas

Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.

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