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Valencia

Relojes de 2.950 euros y carteras de Loewe, algunos de los regalos del caso Azud

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El exvicealcalde de València Alfonso Grau (PP), en los juzgados en una imagen de archivo. EFE/ Kai Försterling
València, 27 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- Relojes de 2.950 euros y carteras de Loewe, son solo algunos de algunos de los regalos del caso Azud. El promotor y empresario Jaime Febrer, investigado en el caso Azud, organizó una operativa continuada en el tiempo de regalos a altos cargos y funcionarios de la administración, entre ellos obsequios de navidad, que incluyen relojes valorados en 2.950 euros, una pluma Montblanc de 810 euros o una Troller Erm de 970 euros.

Así figura en uno de los autos al que ha tenido acceso Efe del sumario del caso, que investiga el posible cobro de comisiones ilegales relacionadas con operaciones urbanísticas y adjudicaciones de contratos en el Ayuntamiento de València, otros consistorios de la Comunitat y diversas entidades públicas locales y estatales, y en el que se detallan los regalos de navidad que el empresario realizó entre los años 2002 y 2007 para «silenciar a esas personas».

Según la jueza del Juzgado de Instrucción número 13 de Valencia, que instruye el caso, estos regalos «excedían los usos convencionales al objeto de favorecer, no obstaculizar o simplemente silenciar a dichas personas, para favorecer actividades del Grupo Axis», bajo el que operaban la empresas de Febrer.

Los regalos del caso Azud

En los listados de regalos de navidad del año 2002 aparece Alfonso Grau, al que le asigna como regalo una Pluma Montblanc valorada en 810 euros; Carlos Masiá al que se le regala un potafolios Camel valorado en 300 euros; y a Rafael Rubio, José Luis Vera Llorens y Pepe Cataluña un vino tipo II valorado en 119,28 euros.

En el año 2003, aparecen Alfonso Grau, que figura con a anotación «personal», Jorge Bellver, al que se le asigna como regalo un reloj Seamaster Omega; Carlos Masiá, con la anotación de un reloj Baume Mercier; y Rafael Rubio, con un regalo que figura como estuche.

En los listados de regalos de navidad del año 2004 aparece de nuevo Alfonso Grau, con un regalo «Copa América»; Carlos Masiá, con una cartera de asas; Jorge Bellver, con un regalo «Copa America»; y a Rafael Rubio, un portafolios.

En 2005 figuran regalos de navidad a Alfonso Grau, una trolley y maletín de Loewe; Carlos Masiá, un reloj Hublot Gimenez valorado en 2.950 euros; Jorge Bellver, con un r reloj Brentley valorado en 2.265 euros; y Rafael Rubio, José Luis Vera Llorens y Pepe Cataluña, con un vino Carmelo Rodero.

En los listados de regalos de navidad del año 2006 aparecen un portatrajes Erm y cartera de Loewe valorados en 780 y 280 euros respectivamente para Alfonso Grau; una trolley Erm valorada en 970 euros para Carlos Masiá; y un vino Viuda Cliquot valorado en 200 euros para Jorge Bellver.

Por último, en 2007, vuelve a aparecer Alfonso Grau con un Reloj de Armando Martínez; Carlos Masia con un reloj Omega valorado en 2.570 euros; Jorge Bellver con un reloj Breitling de Armando Martinez ; y Rafael Rubio, José Luis Vera Llorens y Pepe Cataluña, que reciben como regalo una caja de 6 botellas de dominiio Valdepusa, valorada en 152 euros.

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Valencia

VÍDEO| El desgarrador testimonio de Santiago Posteguillo, afectado por la DANA

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Santiago Posteguillo DANA
Santiago Posteguillo

Santiago Posteguillo denuncia la falta de ayuda tras la DANA en Valencia: «Es muy cruel no avisar, pero aún más no ayudar»

El escritor valenciano expresa su indignación por la inacción institucional tras la catástrofe

El reconocido escritor de novela histórica Santiago Posteguillo, uno de los afectados por la DANA que azotó Valencia, compartió su experiencia personal ante el Senado. En un emotivo discurso, Posteguillo relató el desamparo vivido en Paiporta, donde reside a escasos metros del barranco del Poyo, y criticó la falta de apoyo de las instituciones, calificando de «cruel» no solo la falta de avisos ante el desastre, sino sobre todo la ausencia de ayuda tras el mismo.

Un relato de desesperación y abandono institucional

Durante su intervención en la Cámara alta, Posteguillo destacó la «sensación de abandono» experimentada por él y muchos otros en las zonas afectadas por las inundaciones. En su relato, mencionó que al día siguiente de la catástrofe, y después de enfrentar seis horas de torrente ininterrumpido, esperaba la llegada de cuerpos de rescate, sin embargo, «al amanecer no había nadie».

La situación era tan extrema que en plena plaza encontró el cadáver de una joven con su madre, sin que la Policía o el Ejército acudieran al lugar.

Posteguillo hizo hincapié en la falta de coordinación y respuesta institucional, recordando que no fue hasta el tercer día que comenzaron a llegar los primeros voluntarios, mientras los vecinos enfrentaban «saqueos», «coches volcados» y «barro por todas partes».

«Es incomprensible que en un escenario del siglo XXI, en una ciudad como Valencia, la respuesta haya sido tan lenta y tan insuficiente», reflexionó el autor.

La crítica a la actuación de las instituciones en plena catástrofe

En su discurso, el escritor comparó la reacción de los representantes públicos actuales con los de la antigua Roma, ironizando que, mientras hace 2.000 años los dirigentes «se mataban entre ellos», hoy «apuñalan al pueblo».

La contundente declaración refleja el sentimiento de indignación de miles de valencianos, quienes, según Posteguillo, se han sentido «traicionados» por las instituciones que, en teoría, debían protegerlos.

Un escape entre la devastación y la autogestión de los vecinos

Describiendo escenas de una devastación que «no había visto en la vida», Posteguillo relató su recorrido a pie hacia su residencia en Valencia. A su paso, encontró «colas de personas con cubos en busca de agua», edificios destrozados y cadáveres que aún no habían sido retirados.

«No se pueden imaginar lo que está pasando esta gente en Paiporta, Algemesí y Alfafar», explicó el novelista, lamentando la escasez de recursos para aquellos que necesitan «más que solo palas» para limpiar calles y reanudar la vida cotidiana.

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