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Salvador Illa dice que dejará el ministerio cuando comience la campaña calatana

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Barcelona, 3 ene (EFE).- El ministro de Sanidad, Salvador Illa, designado en esta semana por el PSC candidato a la presidencia de la Generalitat, asegura que dejará su cartera gubernamental cuando comience formalmente la campaña electoral y no antes, y que «en 15 días» explicitará su oferta electoral.

Illa, en una entrevista que publica este domingo el diario La Vanguardia, reconoce que abandona el ministerio cuando la pandemia por el coronavirus no ha acabado, pero recuerda que «se ha iniciado la vacunación», lo que supone que «estamos en el principio del fin», y que lo hace para asumir «un nuevo reto», alcanzar la presidencia de la Generalitat.

«Dejaré de ser ministro cuando empiece la campaña electoral -adelanta Illa-. Hasta entonces voy a ocuparme de mis tareas como ministro. En 15 días de campaña hay tiempo para explicar nuestra propuesta a los catalanes».

El ministro, preguntado por si utilizará su cargo para hacer campaña, asegura: «Voy a desempeñar el cargo como he hecho hasta ahora. Haré campaña cuando llegue el momento».

Illa reconoce que habló de su candidatura en las elecciones catalanas en noviembre, pero asegura que «la decisión no se tomó hasta el último momento», por lo que el hecho de que negara esa eventualidad durante semanas no le resta credibilidad como político. «El día antes de hacerlo público yo no lo comuniqué, pero entiendo que le correspondía a Iceta y dependía de él», puntualiza.

La renuncia de Iceta a encabezar el cartel del PSC es, para Illa, «un acto de generosidad poco habitual en política» y explica que le convenció para ser cabeza de lista el objetivo de los socialistas de no afrontar las elecciones «como unas más», porque «hay que romper la dinámica de resignación».

Argumenta Illa que ese cambio no implica priorizar a su partido frente a la labor de un ministerio, pues cree que «contribuir a ofrecer un gobierno que trabaje para el reencuentro en Cataluña, para mejorar la convivencia, no es un acto partidista sino de servicio público».

El ministro adelanta también que, a pesar de que su gestión de la pandemia desde Sanidad ha sido duramente criticada por la Generalitat, él, como candidato, no va a entrar en la polémica y cuestionar el trabajo del Govern catalán ante la COVID-19.

El ministro pronostica que en verano un 70 por ciento de la población española estará inmunizada «y se podrá pensar en otros escenarios», como dejar de usar la mascarilla, aunque objeta que «también habrá que ver si no debe permanecer en algunos ámbitos».

Illa indica que incluir en una lista a las personas que no se quieran vacunar es necesario para que conste en el historial clínico, pero sostiene, al tiempo, que «la vacunación no puede ser un requisito sin más para acceder a un puesto de trabajo», aunque «sí puede plantearse en determinados ámbitos».

Respecto a la concesión de indultos a los políticos condenados por el «procés», Illa afirma que «todo el mundo tiene derecho a que se planteen y el Gobierno tiene la obligación de tramitarlos». «Abrir una década fructífera para Cataluña y para España -prosigue- requiere aliviar tensiones, favorecer el diálogo y mirar hacia el futuro, siempre con respeto a la ley».

En su calidad de candidato, reitera su rechazo a gobernar con ERC porque «defiende la independencia», mientras que los socialistas creen «que ese no es el horizonte que necesita Cataluña». «No hay posibilidad de formar gobierno con ERC, pero eso no significa que no se pueda llegar a pactos», matiza.

Por ello, no dice «no» a facilitar la investidura del candidato republicano Pere Aragonès, aunque él aspira «a liderar el reencuentro». «No va a haber un gobierno del PSC con ERC ni apoyo a ningún gobierno liderado por nadie que defienda la independencia», subraya.

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El ocaso de Íñigo Errejón: un año después, alejado de Sumar y pendiente de la Justicia

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Iñigo Errejón
Fotografía de archivo tomada el 22/10/2024 del portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón. EFE/ ARCHIVO/Fernando Villar

El exdiputado y cofundador de Podemos cumple un año apartado de la vida pública mientras continúa la investigación por la denuncia de presunta agresión sexual de la actriz Elisa Mouliaá.

Madrid, 26 de octubre de 2025.
Hace justo un año, Íñigo Errejón sorprendía al mundo político al anunciar su retirada de la política activa, dejando todos sus cargos en el Congreso y en el partido Sumar. Lo hacía alegando motivos de salud mental y aludiendo a una “subjetividad tóxica” en la primera línea política. Hoy, doce meses después, el exdiputado permanece alejado de los focos y pendiente de la causa judicial abierta en su contra tras la denuncia de la actriz Elisa Mouliaá, que lo acusa de una presunta agresión sexual ocurrida en 2021.

De portavoz de Sumar a la dimisión más inesperada

El 24 de octubre de 2024, Errejón —uno de los principales referentes del espacio político progresista surgido del 15M— difundía un comunicado en el que renunciaba de forma inmediata a su escaño y cargos. En el texto, hablaba de “llegar al límite de la contradicción entre el personaje y la persona” y denunciaba la presión mediática de la política actual.

La dimisión coincidió con la filtración en redes sociales de acusaciones anónimas de comportamiento inadecuado hacia mujeres, publicadas por la periodista Cristina Fallarás. Dos días después, Sumar abrió una investigación interna y le pidió que abandonara sus responsabilidades antes de iniciar cualquier expediente.

La propia vicepresidenta Yolanda Díaz declaró que Errejón “no debió ser ni diputado ni portavoz de Sumar”, en una de las declaraciones más contundentes de la formación.

La “bomba nuclear” que sacudió a Sumar

El caso se convirtió en la mayor crisis interna de Sumar desde su fundación. El secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, llegó a calificar el escándalo como una “bomba nuclear” para el movimiento, que se había presentado como un espacio feminista y ético.

Desde entonces, la formación ha reconocido fallos en sus protocolos internos y ha puesto en marcha un canal de denuncias y un sistema antiacoso en su web oficial. En paralelo, Verónica Barbero asumió la portavocía en el Congreso y se impulsó una segunda asamblea estatal para recomponer la dirección del partido.

Errejón, en silencio y a la espera de la resolución judicial

Lejos de la política, Íñigo Errejón apenas ha aparecido públicamente. Su única intervención ante los medios fue el pasado enero, cuando acudió a declarar como investigado ante el Juzgado de Instrucción nº47 de Madrid, en Plaza de Castilla, donde negó los hechos y proclamó su inocencia.

“Actué con consentimiento. Dimito no por los hechos, sino porque perdí la confianza de mis dirigentes. En política, cuando uno pierde la confianza de sus jefes, tiene que irse”, afirmó entonces.

La causa, instruida por el juez Adolfo Carretero, sigue abierta y se prevé que no concluya hasta 2026. Este viernes, el magistrado tomó declaración a dos psiquiatras que atendieron a Mouliaá, quienes confirmaron que la actriz fue tratada con antidepresivos en 2023, sin mencionar el episodio con Errejón en las consultas.

Patrimonio y salida del Congreso

Con su renuncia al escaño, Errejón tuvo derecho a una indemnización de 25.000 euros por sus ocho años como diputado. En su última declaración de bienes, presentó 363.966 euros en cuentas bancarias y depósitos, 300.000 más que al inicio de su carrera parlamentaria.

Fuentes próximas aseguran que el exlíder de Más País se mantiene alejado de la vida pública y mediática, centrado en su entorno personal y sin previsión de volver a la política, al menos, hasta que finalice el proceso judicial.

De Podemos a Sumar: la caída de un fundador del nuevo progresismo

Íñigo Errejón fue uno de los fundadores de Podemos en 2014 junto a Pablo Iglesias, con quien protagonizó años más tarde una sonada ruptura que dio lugar a la creación de Más Madrid y posteriormente Más País. Su perfil intelectual y su apuesta por una “izquierda amable y transversal” lo convirtieron en una de las figuras más influyentes del espacio progresista.

Sin embargo, la crisis derivada de las acusaciones en su contra truncó su carrera política y supuso el final de su trayectoria parlamentaria. Desde entonces, Sumar intenta recomponer su imagen y recuperar la confianza de sus bases tras un golpe que muchos describen como “el más duro desde su nacimiento”.


Nuevo giro en el caso Errejón: los propietarios del piso denuncian presiones de Elisa Mouliaá para respaldar su versión

El caso Errejón da un nuevo vuelco tras la declaración de los propietarios del piso donde supuestamente ocurrieron los hechos. Ambos testigos han afirmado ante el juez que Elisa Mouliaá les presionó para que apoyaran su versión de la supuesta agresión sexual atribuida a Íñigo Errejón. Incluso, uno de ellos llegó a contactar directamente con el político para expresarle que la situación que vivía era «injusta» y solicitarle información sobre el avance del juicio.

Estas revelaciones se han producido durante la comparecencia, por videoconferencia desde Australia, ante el Juzgado de Instrucción nº 47 de Madrid, en el marco de la causa por presunto abuso sexual presentada por la actriz contra el exportavoz de Sumar, por hechos ocurridos en 2021.

Los testigos denuncian presiones y contradicen a Mouliaá

Según fuentes judiciales, los propietarios del inmueble coincidieron en señalar que Mouliaá intentó influir en su testimonio tras hacerse pública la denuncia. La insistencia fue tal que uno de ellos terminó bloqueándola y, posteriormente, decidió escribir a Errejón para comunicarle que tenía una versión distinta a la de la actriz.

Ambos testigos admitieron mantener conversaciones con el exdiputado, en las que uno de ellos preguntó directamente: «¿Cuál es el plan con el juicio?», en referencia al desarrollo del proceso judicial. Esta comunicación ha despertado fuertes reacciones en la acusación particular y popular.

La defensa de Mouliaá apunta a una estrategia de coacción

El abogado de Elisa Mouliaá, Alfredo Arrién, considera que este nuevo testimonio representa un giro inesperado en la investigación y acusa al testigo de sentir animadversión hacia la actriz, ya que era amigo de su exmarido. Según Arrién, el testigo preguntó a Errejón poco antes de declarar: «¿Qué es lo que tengo que decir?», lo que, a su juicio, apunta a una posible estrategia de defensa coordinada.

Por su parte, la Fiscalía ha solicitado que se cotejen las conversaciones entre el testigo y Errejón para determinar el grado de posible interferencia en el proceso.

La acusación popular pedirá intervenir el teléfono de Errejón

El abogado de la acusación popular, Jorge Piedrafita, en representación de la asociación Adive, ha expresado su preocupación por el hecho de que un testigo clave mantuviera contacto directo con el denunciado y mostrara clara oposición a Mouliaá. Piedrafita considera «muy grave» que se hablara del “plan de las declaraciones” y ha anunciado que pedirá de nuevo la intervención telefónica de Íñigo Errejón por un posible delito contra la Administración de Justicia.

Testimonios contradictorios y percepciones de la fiesta

Los testigos han confirmado que Errejón y Mouliaá llegaron juntos a la fiesta, «contentos», y que ella comentó que se habían besado. No observaron ninguna situación anómala durante la velada. Posteriormente, Mouliaá expresó que el político la había decepcionado y le impuso “tres reglas”, lo que calificó como «comportamiento baboso». También dijo que quería que la relación avanzara más despacio.

En cambio, la propietaria del piso indicó que Mouliaá «a veces fabulaba o adornaba las cosas», cuestionando así su credibilidad.

El contexto del caso y la próxima fase judicial

El caso Errejón y Elisa Mouliaá continúa generando controversia y tensión mediática. Este nuevo testimonio complica la situación de la acusación, a la vez que puede beneficiar a la defensa del exdirigente político, quien no se ha presentado aún en sede judicial ni ha entregado su móvil al juez, a diferencia de Mouliaá, que ya lo ha hecho voluntariamente.

Este nuevo escenario judicial reaviva el debate sobre la presión a testigos, la coherencia de los relatos y la transparencia en los procesos por delitos sexuales en figuras públicas.

La versión de Errejón sobre los hechos

Iñigo Errejón, exdiputado de Sumar, negó rotundamente ante el juez las acusaciones de agresión sexual presentadas por la actriz Elisa Mouliaá. Según el relato de la denunciante, Errejón la habría «agarrado fuertemente del brazo», llevado a una habitación y agredido sexualmente. Sin embargo, el exlíder político ofreció una versión completamente diferente durante su declaración:

«Fuimos a la habitación como dos personas que están ligando en una fiesta y se escabullen para darse unos besos», explicó Errejón, quien subrayó que todo ocurrió con mutuo consentimiento.

Iñigo Errejón en su declaración ante el juez

Detalles de la declaración ante el juez

En el vídeo de la declaración, al que ha accedido este medio, el juez Adolfo Carretero expuso a Errejón las afirmaciones de la actriz:

  • Según Mouliaá, Errejón la llevó a la fuerza desde una fiesta a una habitación tras un «ataque de celos».
  • La denunciante afirmó que el político cerró el pestillo y se desnudó.

Errejón negó estas acusaciones y argumentó que ambos pasaron juntos desde la cocina hasta la habitación cruzando por la fiesta, lo que, según él, hace inviable el relato de Mouliaá. También desmintió haber cerrado la puerta o haberse desnudado.

«Nos besamos por deseo mutuo, pero no íbamos a tener una relación sexual en una casa desconocida», afirmó el investigado, añadiendo que ambos salieron de la habitación minutos después.

«Un linchamiento mediático»

Errejón sugirió que la denuncia podría formar parte de un intento de la actriz por aprovechar la repercusión mediática. Según el exdiputado, Mouliaá habría obtenido un impacto sin precedentes que podría haberle beneficiado profesionalmente.

«Se ha subido a la ola de un linchamiento mediático», afirmó Errejón, quien reiteró que las acusaciones son infundadas.

Dimisión y contexto político

El político desvinculó su dimisión de la denuncia de Mouliaá, presentada el 25 de octubre del último año. Errejón explicó que dejó su cargo por la pérdida de confianza de sus dirigentes y la incompatibilidad de su situación con los valores de su partido, que defiende la credibilidad de los testimonios en casos de violencia de género.

«No puedo ser portavoz de un partido que defiende estos principios mientras intento demostrar mi inocencia», concluyó.

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