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#salvemlaindumentaria: Los talleres de telas de fallera, al borde de la desaparición con un 95% menos de producción

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Los talleres de telas de fallera covid
EFE/Manuel Bruque/Archivo

OFFICIAL PRESS- EFE. Desde Official Press lo venimos contando y reivindicando las últimas semanas. El sector de la indumentaria valenciana se hunde, es imposible aguantar esta caída de encargos y producciones. Solo quedan siete talleres artesanales de telas de trajes de fallera y regionales en la provincia de Valencia y, tras casi un año en crisis, alertan del peligro de su desaparición ante una producción que ha bajado un 95 % desde que comenzó la pandemia y el nuevo golpe que supone la suspensión de las Fallas este año.

Son una parte de las actividades económicas afectadas por la cancelación de la fiesta grande de València, junto con indumentaristas, orfebres o floristas que, por segundo año consecutivo debido a la covid, viven una «una tragedia» tras ver pasar los meses de 2020 sin ningún acto relativo a las Fallas.

Ello supone «prácticamente un año sin vender» pues, además de la indumentaria de fallera -que representa el grueso de la facturación-, también atienden a los festeros de las Hogueras, la Semana Santa, los eventos y celebraciones sociales y las fiestas de los pueblos, también restringidos.

Por eso, Official Press ha lanzado una campaña de apoyo al sector bajo el lema #salvemlaindumentaria, para que, a través de nuestro diario, cualquier comerciante pueda mostrar productos de sus tiendas o fábricas. Porque en este momento los precios son una oportunidad para los usuarios y una ayuda para los indumentaristas.

LOS COMERCIOS DEL CENTRO DE VALÉNCIA

La gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, organización miembro de Confecomerç CV, Julia Martínez, ha destacado a EFE que no solo es la indumentaria o las flores de la semana grande de Fallas la que está afectada, sino todos los actos que hay a lo largo del año en torno a la fiesta, como son las presentaciones.

«Es un drama, han estado prácticamente un año sin vender y ahora otro año más. Es verdad que hay que tener prudencia y la tercera ola lo ha condicionado todo, pero es una tragedia», lamenta Martínez, quien apunta a la necesidad de un calendario para poder «organizarse y planificar».

Para el comercio, el mes de marzo siempre ha sido «un mes malo» porque las Fallas llenan los bares y restaurantes pero no las tiendas, y este año tampoco la hostelería dispondrá de esa facturación extra.

Ya el año pasado los falleros no pudieron estrenar sus trajes y este 2021 va a ser muy difícil; hay indumentaristas que tienen trajes pendientes de recoger y de pagar, pero los comerciantes tienen que seguir pagando los alquileres y los impuestos, ha puntualizado.

No saben cuánto van a poder aguantar estos comercios artesanales, pequeñas tiendas de toda la vida, de tercera generación.

LOS TALLERES DE TRAJES, PARADOS

El taller más grande de los quedan en marcha, Vives y Marí, empresa familiar con 22 trabajadores con sede en Xirivella, tenía la esperanza de poder atender «algo mínimo» para unas «miniFallas», pero ahora mismo la producción está paralizada, con un ERTE desde marzo del año pasado y «pagando Seguridad Social y una serie de gastos», según declara su gerente, Rafael Marí.

Todavía no se ha planteado qué hacer ni qué posibilidades tiene, ya que pidió un préstamo ICO que prácticamente ya ha gastado y, a la vista de la nueva suspensión de las Fallas, prevé otro año «en blanco», sin ayudas y sin facturación.

Mantiene un mínimo de encargos que rondan el 5 % de la facturación habitual y para poder atenderlos ha sacado a algún trabajador del ERTE, pero no hay nada más pendiente y la Semana Santa está claro que no se va poder celebrar, según ha explicado Marí a EFE, que sitúa en una caída del 95 % la facturación de 2020.

Marí, miembro de la directiva del Gremi de Velluters y también asociado del Gremio de Sastres y Modistos, ha señalado que, junto a las tiendas de indumentaria y artesanos (orfebres, fabricantes de panderetas, bordadores) han creado una pequeña asociación. «Todos nos dedicamos a la fiesta, estamos en las mismas circunstancias», ha asegurado.

Si no recibe ayudas directas, será difícil poder mantener este año este sector tan especializado y artesanal, centrado en productos exclusivos porque «cada fallera quiere llevar su traje». Vives y Marí dispone de una colección de 3.000 diseños diferentes, tras más de 50 años diseñando trajes.

Y no solo de fallera, también trajes de las zonas del antiguo Reino de Aragón, similares entre sí (de Alicante, Castellón, Teruel, Zaragoza, Huesca, Mallorca, parte de Tarragona).

Los talleres, pequeñas empresas de diez o doce trabajadores, fabrican anualmente unos 10.000 trajes para una población de unos 250.000 falleros entre la ciudad de València y los pueblos.

GREMI DE VELLUTERS: CIERRE EN CASCADA SIN AYUDAS DIRECTAS

El presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda -Gremi de Velluters, Vicente Genovés, asegura a EFE que el sector de telas está en una situación «agónica» y cada día que pasa sin ayudas directas «se muere un poco más».

«Si de aquí a junio no llegan ayudas directas y a fondo perdido va a haber un cierre en cascada», lamenta, y recuerda que desde marzo de 2020 no hay actividad porque «no hay quien encargue un traje» y van a cumplirse dos años pero «la calculadora de los impuestos no para y hay que seguir pagando impuestos».

El sector, sentencia, «se muere» y están tratando de transmitirle a las administraciones que necesitan «una protección», como están haciendo otros países porque de lo contrario «habrá que traerse las telas de China y se perdería toda nuestra identidad».

«Todo son reuniones y buenas palabras», asegura y valora el nuevo plan de la administración aunque advierte que «habrá que leer la letra pequeña» porque «créditos ya no se pueden asumir más y, o las ayudas son a fondo perdido o hay que tirar la toalla».

LA ACTIVIDAD HOTELERA

Los hoteles, por su parte, ya no contaban con alojar a visitantes de las Fallas esta temporada en una ciudad con la mayoría de establecimientos hoteleros cerrados.

«La situación más preocupante ahora mismo es el día a día», aseguran fuentes de la patronal Hosbec.

Official Press lanza una campaña de apoyo bajo el lema #salvemlaindumentaria

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Fallas

Fallece Carmen Bueso, alma de «Flor» y referente histórico de la indumentaria valenciana

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Fallece Carmen Bueso
Carmen Bueso

La indumentarista que marcó una época deja un legado imborrable en el arte de vestir a las falleras mayores y cortes de honor de València

VALÈNCIA, 29 MARZO 2025 – La indumentaria tradicional valenciana está de luto. Carmen Bueso, conocida por todos como Carmen “Flor”, ha fallecido dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de las Fallas. Su nombre ha estado unido durante décadas a la elegancia, la excelencia artesanal y el profundo respeto por la tradición. Con su partida, València pierde a una de las figuras más queridas y relevantes del mundo fallero.

Aunque recientemente se había jubilado tras cerrar su tienda de la calle Conde Altea, su legado sigue vivo en cientos de trajes que continúan desfilando por la ciudad cada mes de marzo. Su marca, “Flor. Carmen Bueso”, fue sinónimo de calidad, estilo y cariño por los detalles.

De una paquetería de barrio a vestir a las falleras mayores de València

El germen de su trayectoria profesional nació en la Paquetería Flor, un pequeño comercio junto al Mercado de Colón gestionado por la familia de su esposo, Manuel Flor. En su acogedora esquina de Conde Salvatierra, Carmen comenzó haciendo composturas y arreglos, hasta que un día decidió ir más allá: empezó a confeccionar trajes a medida con un pequeño equipo en Benimàmet, mucho antes de que el concepto de “tienda de indumentaria fallera” estuviese consolidado.

Su trabajo pronto se hizo conocido entre clientas exigentes del Pla del Remei y la Gran Vía, y su habilidad con el hilo y la aguja la catapultó a lo más alto del sector.

El espolín «Soto» y un momento para la historia

Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera llegó en 1999, cuando su sobrina, Lola Flor Bustos, fue proclamada fallera mayor de València del año 2000. Fue Carmen quien la vistió de arriba a abajo, confeccionando con su equipo en Benimàmet el histórico espolín “Soto” de color paja, tejido por Garín. Fue, además, el último traje de exaltación no entregado por el Ayuntamiento, en una época en la que las falleras mayores aún vestían trajes confeccionados por familiares o indumentaristas de confianza.

Ese momento marcó el paso de Carmen Bueso de modista a icono.

Lola Flor

El salto a su tienda en Conde Altea y una clientela de élite fallera

Con el nuevo milenio, Carmen decidió dar un paso más y abrir su propia tienda bajo su nombre: “Flor. Carmen Bueso”. Durante más de dos décadas, este espacio fue referente indiscutible en el sector de la indumentaria valenciana, por donde pasaron falleras mayores como Sara Martín, Lucía Gil, Gloria Martínez, Marta Reglero, Nela Ayora o Inmaculada Asensi, así como decenas de componentes de las cortes de honor.

Incluso fue pionera en diseñar los primeros justillos para la “dansà” en el año 2008, cuando esa prenda no era aún habitual.

La tradición familiar también continuó con las nuevas generaciones: su sobrina nieta, Lola López Flor, hija de la fallera mayor del año 2000, fue componentede la corte de honor infantil de 2024. Un legado que se ha transmitido con orgullo y pasión.

Una jubilación que no pudo disfrutar

En 2024, Carmen bajó la persiana de su tienda con la satisfacción del deber cumplido. Se retiraba para disfrutar de una merecida jubilación, traspasando el negocio y cerrando un capítulo brillante de su vida. Lamentablemente, su fallecimiento prematuro ha impedido que disfrute plenamente de esa nueva etapa.

GALERÍA| La espectacular indumentaria de los hijos de Lola Flor

Reconocimiento en vida: premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas

En junio de 2023, Carmen Bueso recibió uno de los galardones más emotivos: el premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas de la Comunitat Valenciana, en reconocimiento a una vida entera dedicada al arte textil.

“Nunca hubiera imaginado un final así a mi trayectoria profesional, rodeada de tanta gente que quiero, de personas maravillosas que me he encontrado a lo largo de este camino”, escribió entonces, visiblemente emocionada por el homenaje.

Un legado que se viste, no se olvida

A diferencia de otras disciplinas efímeras de la fiesta, como la pirotecnia o la creación de monumentos falleros, el arte de la indumentaria permanece. Los trajes de valenciana confeccionados por Carmen seguirán vivos en cada desfile, cada exaltación y cada “mascletà”, recordándonos que fue ella quien los hizo posibles.

Cada vez que uno de sus espolines salga del armario, alguien recordará: «Esto es un Flor».

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