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Valencia

Se disparan los avisos por suicidio en València en los últimos dos años

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València, 18 abr (EFE).- La Policía Local de València ha recibido 56 llamadas telefónicas relacionadas con intentos de suicidio entre los días 1 y 12 de este mes, un 37 % más respecto a las 41 llamadas recibidas en el mismo periodo de 2019 y del 19 % sobre las 47 en 2020, cuando la población afrontaba el primer mes de confinamiento.

Según explica a EFE el psicólogo e intendente de la Policía Local en el distrito de Abastos, Alfredo Pacheco, «las cifras van en aumento en todo Occidente, y en España también. El suicidio ya es la primera causa de muerte no natural, y duplica a las que se producen en accidentes de tráfico».

«Son cerca de 800.000 personas las que se quitan la vida cada año en todo el mundo, pero son muchas más las que lo intentan, y este problema no conoce de edades, de clases sociales ni de raza, aunque afecta especialmente a colectivos como el de las fuerzas de seguridad», añade Alicia Gilabert, psicóloga del Grupo de Trabajo de Psicología Policial y Cuerpos de Seguridad y voluntaria en la organización Ángeles de Azul y Verde.

Para estos especialistas conviene sacar a la luz pública este problema. Explican que el riesgo del denominado «efecto llamada» solo se puede dar «en casos muy específicos, por ejemplo en el caso del suicidio de alguien famoso; quizá entre sus seguidores haya alguien que piense en imitar sus métodos».

«Preferimos hablar del ‘efecto papageno’ -el que se consigue por empatía, al enseñar a una persona a lidiar con su dolor-, por hacer visible el problema para que se entienda que las personas no estamos solas en nuestro dolor, que muchos pasamos por determinados trances y podemos salir, que existen recursos», insiste Pacheco.

Además de las iniciativas ya existentes al respecto, de los renovados protocolos para prevenir el suicidio con los que ya cuenta, por ejemplo, la Policía Nacional, este policía y psicólogo ha recibido el encargo del Ayuntamiento de València de elaborar una propuesta de formación para todo el personal de calle del cuerpo.

«Consistirá en conocer cómo funciona el proceso del suicidio, las motivaciones que incitan esta idea, cómo desarrollar habilidades de comunicación, que es la clave, y también a diseñar protocolos de trabajo policial», detalla este intendente.

Y es que, según explica Alicia Gilabert, hay patrones y frases que se repiten entre quienes desarrollan ideas suicidas, como el «estar cansado de luchar, pensar que uno no vale para nada, que las cosas no van a mejorar, que quienes nos rodean estarían mejor sin nosotros».

«Hay otros signos que deben generar alarma, como el consumo de drogas o alcohol, la falta de control de los impulsos, el descuidar la apariencia o la higiene, el afrontar actividades peligrosas o autodestructivas, expresar la voluntad de querer morir o regalar cosas importantes para quien las da», advierte esta especialista.

Las cifras de suicidios ya subían antes de la pandemia, pero existen factores de riesgo alentados por la forma de vida que quizá se han intensificado en los últimos meses, como los cambios en los hábitos del sueño, de alimentación, la imposibilidad de dedicar tiempo a uno mismo, los problemas familiares o de trabajo, o la sensación de disponer de una escasa red social, aunque la tengamos.

«Por eso, leer una noticia sobre el suicidio puede ser importante para tomar conciencia del problema. Evitando el morbo, sin mencionar la forma en la que se ha producido u otras circunstancias. Las emociones y el suicidio van de la mano, y cuando uno siente que sus problemas pueden ser comunes a otras personas, que también los sufren, y que existen formas para superarlos, su situación puede empezar a cambiar», señala Alicia Gilabert.

Sin embargo, los especialistas insisten en que hacen falta recursos en atención primaria: los medios hablan de una pospandemia marcada por las complicaciones económicas, pero también las habrá psicológicas, porque no estaremos como en 2019. «La vida nos ha cambiado ya a todos y debemos trabajar nuevas estrategias emocionales», señalan.

«La vacuna, en lo físico, ha de ir acompañada de un buen cuidado emocional. No todo el mundo puede pagarse un psicólogo privado, y mucha gente necesita hablar. Nuestro corazón y nuestra cabeza funciona como una olla a presión, que necesita una válvula de escape para no estallar. Hay quien sabe hacerlo y otros que necesitan ayuda, y para eso estamos los psicólogos», concluye.

Por Jordi Ferrer

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Valencia

Denuncian “el colapso insostenible” de Urgencias del General de València con hasta cuatro días de espera para ingreso

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colapso hospital general denuncia
Fotografía de un paciente. Archivo/EFE/ Alberto Valdes[-

El Sindicato de Enfermería, SATSE, denuncia, un año más, la situación “crítica” que vive el servicio de Urgencias del Hospital General de València, convertido en un espacio “permanentemente desbordado” y con 42 pacientes ingresados sin habitación asignada, uno de ellos hasta cuatro días, según señala el sindicato en un comunicado.

Desde la organización sindical alertan de que este escenario no es puntual, sino que se repite de forma estructural, agravándose especialmente durante los meses de invierno, cuando aumentan las patologías respiratorias y la presión asistencial sobre el sistema sanitario público valenciano.

Pacientes hacinados en zonas no adecuadas de Urgencias

En concreto, SATSE señala que estos pacientes “se encuentran repartidos en diferentes áreas que conforman las Urgencias, en condiciones claramente inadecuadas, hacinados y viendo vulnerada su intimidad”.

La distribución actual de los pacientes ingresados sin habitación asignada es la siguiente:

  • 12 pacientes en la zona de Tratamientos

  • 9 pacientes en Observación A

  • 16 pacientes en Observación B

  • 5 pacientes en el barracón denominado Pernocta, situado en el patio central junto a las Urgencias y destinado a enfermos psiquiátricos que entran por Urgencias

El sindicato subraya que estos espacios no están diseñados para estancias prolongadas, lo que repercute directamente en la dignidad, el bienestar y la seguridad de los pacientes.

Más pacientes esperando cama en la Unidad de Hospitalización Transitoria

Además de los pacientes ubicados en Urgencias, SATSE advierte de que en la Unidad de Hospitalización Transitoria (UHT) hay 21 pacientes más ingresados también a la espera de una habitación en planta.

Esta unidad se ha ubicado recientemente en lo que anteriormente era el Hospital de Día, una medida que el sindicato considera un parche más ante un problema estructural que no se ha resuelto con el paso del tiempo.

Infecciones respiratorias y falta de recursos humanos

Al respecto, SATSE señala que el aumento de las infecciones respiratorias en la población, unido a unas infraestructuras “claramente insuficientes” y a la falta de contratación de una plantilla dimensionada a las necesidades reales, está teniendo un impacto directo y muy negativo en la calidad asistencial.

El Hospital General de València atiende a una población de más de 350.000 cartillas asignadas, una cifra que, según el sindicato, no se corresponde con los recursos humanos y materiales disponibles en el servicio de Urgencias.

Sobrecarga asistencial extrema para los profesionales

Por ello, los pacientes que deberían estar ingresados en planta “continúan ubicados físicamente en Urgencias por la falta de habitaciones disponibles”, siendo atendidos por el mismo personal del servicio.

SATSE denuncia que los profesionales “apenas pueden hacer frente a la sobrecarga asistencial extrema e inasumible”, una situación que se prolonga en el tiempo y que afecta tanto a la atención prestada como a la salud laboral del personal sanitario.

“Esta presión constante compromete gravemente la seguridad de los pacientes y sitúa a los profesionales en unos niveles de estrés gravísimos”, advierte el sindicato.

Denuncia ante la Inspección Sanitaria

SATSE recuerda que ha interpuesto una denuncia ante la Inspección Sanitaria de la Conselleria de Sanidad por “el estrés prolongado al que está sometido el personal del Servicio de Urgencias”.

El sindicato insiste en que “no se puede seguir poniendo en riesgo ni la salud de los profesionales ni el derecho de los pacientes a una atención segura, digna y de calidad”, y reclama una respuesta inmediata por parte de la administración sanitaria.

Una crisis estructural que se repite cada año

El Sindicato de Enfermería recalca que lleva años alertando a la Gerencia del hospital y a la Conselleria de Sanidad de esta crisis estructural que se repite año tras año sin solución.

Aunque el colapso se produce durante los doce meses del año, SATSE señala que la situación se agrava especialmente en invierno, coincidiendo con el aumento de casos de gripe, covid y otras patologías respiratorias.

SATSE exige medidas inmediatas y efectivas

Ante esta situación “límite”, el Sindicato de Enfermería exige medidas inmediatas y efectivas, comenzando por:

  • El refuerzo urgente de las plantillas

  • La adecuación de los espacios asistenciales

  • Una planificación realista para afrontar los meses de mayor presión asistencial

“La sanidad pública no puede seguir funcionando a base de parches mientras el colapso se cronifica”, concluye SATSE, que reclama soluciones estructurales para garantizar una atención sanitaria segura y de calidad en el Hospital General de València.

 

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