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Salud y Bienestar

Ver la televisión, el hábito que más contribuye a la obesidad infantil

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Barcelona, 10 dic.- El consumo de televisión es el hábito que más se relaciona con la obesidad infantil, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que ha analizado qué influencia tienen cinco hábitos de vida distintos en el desarrollo de sobrepeso y obesidad durante la niñez.

El estudio, que publica la revista ‘Pediatric Obesity’, se ha elaborado con datos de 1.480 niños de Sabadell (Barcelona), Valencia y Guipúzcoa, participantes en el proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), una red de investigación española que estudia el papel de los contaminantes durante el embarazo y sus efectos en la infancia.

Las investigadoras del ISGlobal, centro impulsado por ‘La Caixa’, evaluaron cinco hábitos de vida: actividad física, horas de sueño, consumo de televisión, ingesta de vegetales y consumo de alimentos ultraprocesados.

Cuando los menores tenían cuatro años, pidieron a las madres y padres que aportasen detalles sobre los hábitos de sus hijos a través de cuestionarios, y, para medir el impacto que ejercen estos hábitos en su salud, calcularon el índice de masa corporal (IMC), el diámetro de cintura y la presión sanguínea de cada participante cuando tenían cuatro años y cuando cumplieron siete.

«La mayoría de estudios hasta ahora se han centrado en el impacto que tienen estos hábitos por separado, sin valorar los efectos acumulativos», ha comentado Martine Vrijheid, investigadora en el programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGlobal.

«Sabemos que los comportamientos poco saludables tienden a coexistir e interrelacionarse entre sí y por eso los hemos examinado en conjunto», ha añadido.

Según el estudio, aquellos niños que con cuatro años son menos activos y están más apegados al televisor muestran mayor riesgo de sufrir sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico al cumplir siete años.

Las investigadoras también tuvieron en cuenta el tiempo dedicado a otras actividades sedentarias, como leer, pintar o hacer rompecabezas y concluyeron que estas actividades no parecen influir en la aparición de sobrepeso u obesidad.

«Cuando miran la televisión, los niños ven muchos anuncios de comida poco saludable. Esto puede propiciar el consumo de estos alimentos», ha afirmado Dora Romaguera, investigadora del ISGlobal.

Los productos ultraprocesados, como bollería, bebidas azucaradas o cereales refinados, son ricos en azúcares, sal y grasas saturadas, pero su aporte nutricional es muy bajo, y, según el estudio, un consumo elevado de estos alimentos a los cuatro años se relaciona con un IMC más alto a los siete años.

Además, el hecho de estar frente a la pantalla «les disuade de practicar actividad física e interrumpe su tiempo de sueño», ha añadido Sílvia Fernández, investigadora posdoctoral del ISGlobal.

Las investigadoras han resaltado que un tiempo de sueño adecuado en la primera infancia es crucial para controlar el peso más adelante.

«Según estudios previos, el 45 % de los niños no duermen las horas recomendadas por día. Esto es preocupante porque la falta de sueño en la infancia se relaciona con la obesidad», ha remarcado Fernández.

«Identificar los hábitos que fomentan sobrepeso y obesidad en la niñez puede ayudarnos a definir estrategias preventivas que eviten la aparición de otras afecciones cardiovasculares y metabólicas en la vida adulta», ha concluido Rowaedh A. Bawaked, autora también del estudio e investigadora del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). EFE

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Descubren un alzhéimer genético que afecta a millones de personas

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alzhéimer genético
Descubren alzhéimer genético que afecta a millones de personas-FREEPIK

El alzhéimer es una enfermedad neurológica compleja que provoca un deterioro progresivo en la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de 800.000 personas en España padecen esta enfermedad, y esta cifra sigue en aumento.

La posibilidad de predecir la enfermedad

Un estudio publicado en la revista Nature Medicine, liderado por el neurólogo Juan Fortea del Hospital Sant Pau de Barcelona, revela que es posible predecir si los pacientes desarrollarán alzhéimer en el futuro. Los investigadores analizaron miles de muestras cerebrales de personas fallecidas y realizaron pruebas en 10.000 pacientes para estudiar el efecto de tener dos copias del gen de la apolipoproteína 4 (APOE4).

Este gen es conocido por aumentar significativamente el riesgo genético de desarrollar alzhéimer, pero hasta ahora se desconocía su impacto exacto. Durante el estudio, se encontró que el 95% de los pacientes con esta variante genética mostraban marcadores biológicos tempranos relacionados con el alzhéimer, como la acumulación de proteína amiloide en el cerebro, y se pudo prever que comenzarían a padecer la enfermedad alrededor de los 65 años.

Un nuevo subtipo de alzhéimer

Según los investigadores, el APOE4 no solo es un factor de riesgo, sino una forma distinta de alzhéimer genético, similar al alzhéimer temprano y al asociado al síndrome de Down. Este tipo de alzhéimer es el más común entre la población, afectando a entre el 2% y el 3% de las personas caucásicas, lo que representa millones de individuos en todo el mundo.

El APOE4 contribuye al 15% de todos los casos de alzhéimer. «Normalmente, decimos que las causas de esta enfermedad son desconocidas, pero con este estudio podemos explicar ese 15% de los casos», explica Fortea en una entrevista para El País. El próximo paso para los investigadores es recopilar datos de miles de pacientes para determinar el riesgo exacto que enfrentan los portadores de esta variante de desarrollar alzhéimer.

Cambios en la comunicación médico-paciente

Hasta ahora, los médicos no podían comunicar con certeza a los pacientes si padecerían alzhéimer en el futuro, ya que «la práctica clínica no lo recomienda». Sin embargo, en casos donde se confirme que la enfermedad es genética y predispone casi al 100% a sufrirla, la forma de informar a los pacientes cambiará.

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