Síguenos

TIPS Y BELLEZA

Los mejores alimentos para tu cerebro

Publicado

en

Este 'superfruto seco' triunfa en Mercadona por tener más fibra que el kiwi y no engorda
PEXELS

¿Sabes cuáles son los mejores alimentos para tu cerebro? Algunos son necesarios para mejorar tu capacidad intelectual, la calidad del sueño, el humor o la memoria

¿Qué actividades contribuyen a potenciar las capacidades mentales y el equilibrio emocional? ¿Sabes qué papel juegan las bacterias intestinales en cada etapa de la vida o de qué forma afectan al cerebro las alteraciones de estos microorganismos? A estas y otras cuestiones da respuesta en su nuevo libro “Pon en forma tu cerebro” la neurocientífica y catedrática de Fisiología Raquel Marín.

El cerebro es un comensal exigente que consume mucho oxígeno y calorías para funcionar. Desde que nacemos y en todas las etapas de la vida, tanto lo que comemos como lo que hacemos en nuestra rutina cotidiana tiene importantes repercusiones en la manera en la que nuestro cerebro envejece y enferma.

Raquel Marín

Raquel Marín es neurocientífica y catedrática de Fisiología, además de directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación en la Universidad de La Laguna (Tenerife). En su nuevo libro, “Pon en forma tu cerebro” nos da una serie de pautas para mantenerlo sano y desarrollar todo su potencial.

Una guía en la que, además de información, encontraremos planes específicos de alimentación para tener pleno rendimiento intelectual en todas las etapas de la vida y una serie de recetas “neurosaludables”.

EFEsalud ha hablado con ella para tratar las claves de este nuevo libro, que se publica un año después de que viera la luz el primero de la autora, “Dale vida a tu cerebro”.

¿Por qué es importante mantener el cerebro en forma?

Todos los órganos del cuerpo dependen de la actividad del cerebro y para ello, para poder desarrollar todas las funciones de nuestra vida, tenemos un compleja red de comunicación neuronal. Estas conexiones se pueden fortalecer o reducir de acuerdo a la cantidad de estímulos que reciban.

La parte genética de las enfermedades no suele tener un peso mayor del 40 %, el resto va a depender del estado de esas conexiones, que las neuronas hablen entre ellas y la conversación sea fluida, algo que se puede conseguir con unos hábitos de vida saludables. La carga genética no se puede evitar, pero si puedes modificar el ambiente en el que están esos genes para que actúen de una forma o de otra. En torno a un 60 % de la carga de muchas enfermedades podría ser evitable.

¿Qué pautas debemos seguir para tener un cerebro sano?

En el libro, «Pon en forma tu cerebro», hago distinción entre los diferentes rangos de edad porque el cerebro cambia durante las distintas etapas de la vida y sus necesidades también. Pero los hábitos que, a grandes rasgos, nos van a ayudar a tener un cerebro joven y saludable son la práctica de ejercicio físico regular, dormir entre 7 y 9 horas, mantener unas buenas relaciones sociales y afectivas, practicar la introspección para fortalecer nuestra autoestima y enfrentarse a nuevos retos y estímulos que nos hagan salir de nuestra zona de confort. Además de una cosa imprescindible: nutrir a nuestro cerebro adecuadamente.

En el libro dice que no hay buena cabeza con malas tripas, ¿qué quiere decir?

Hay una serie de bacterias que no solo participan en la síntesis de los nutrientes, sino que ayudan además a forjar una serie de características intelectuales y mentales. La lista de problemas que puede desencadenar un desajuste en la microbiota intestinal es cada ves más larga.

En enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la depresión, o trastornos como el autismo, influyen varios factores, no hay un único desencadenante, pero uno de ellos es la alteración en el perfil de esas bacterias. En un estudio con personas con autismo se ha demostrado que haciendo trasplantes fecales de otras que tienen una microbiota equilibrada, se consigue que mejoren su espectro autista en varios rangos. Otra muestra es la serotonina, por ejemplo, la considerada “hormona de la felicidad”, que se produce mayormente en el intestino.

¿Qué relación existe entre la depresión y las alteraciones intestinales?

La depresión es una de las enfermedades más relacionadas con el intestino, de las que más se ha investigado. Es una enfermedad cada vez más común en el mundo occidental -se calcula que la padecen unos 300 millones de personas en el mundo-. Hay dos familias de bacterias cuyos niveles aparecen más bajos en personas con depresión con independencia del tratamiento antidepresivo que siguieran. Estos desequilibrios se asocian con alteraciones en la producción de un metabolito de la dopamina, un neurotransmisor que participa en la motivación, entre otros.

También se ha demostrado que la adhesión a la dieta mediterránea -rica en fibra de legumbres, frutos secos y frutas- reduce la depresión hasta en un 40 % aunque, por supuesto, influyen otros factores.

¿Cómo podemos mejorar nuestra flora intestinal?

Lo ideal es que la microbiota, que es diferente en cada persona -se diferencia del de otras en, aproximadamente, un 50 %- sea muy variada y rica en aquellos microorganismos que contribuyen a su equilibrio. Algunos factores que la enriquecen son los modos de vida en contacto con la naturaleza, una alimentación muy variada, el consumo de fibra y alimentos fermentados, el equilibrio emocional, la regularidad horaria entre comidas o consumir alimentos con probióticos.

Además de una diferenciación según el rango de edad, también hay diferentes pautas para optimizar el rendimiento intelectual según nuestros objetivos personales…

Los seres humanos usamos el 100 % de la actividad cerebral, pero esto no quiere decir que no se pueda optimizar para aumentar su rendimiento. Al igual que el resto de los músculos, se puede entrenar en base a la actividad predominante o el momento de nuestra vida en el que nos encontremos.

Por eso en el libro, «Pon en forma tu cerebro», hay diferentes planes dependiendo de nuestros proyectos, objetivos y actividades laborales. Cada uno incluye el ejercicio físico y mental más conveniente, además de los nutrientes que no deben faltar, que son muy importantes porque los neurotransmisores se sintetizan a partir de una serie de nutrientes muy concretos que se encuentran en los diferentes alimentos.

Si tomas, por ejemplo, mayor cantidad de aquellos que contienen triptófano -cereales, frutos secos, chocolate negro o pescados como el atún o el salmón-, vas a tener una mayor producción de serotonina y vas a mejorar la creatividad. Mientras que si estás en un momento de mayor concentración, el neurotransmisor que vas a necesitar es la acetilcolina, que refuerza la memoria y facilita el aprendizaje, y para ello hay alimentos como las setas.

Esto no quiere decir que con la alimentación te vayas a convertir en un super crack; hay que verlo como una abordaje de conjunto, pero sí que influye mucho.

  • Nibs de cacao, ricos en antioxidantes. …
  • Dátiles, deliciosos y nutritivos. …
  • Nueces del país, indispensables para el cerebro. …
  • Avena, digestiva y nutritiva. …
  • Semillas de sésamo molidas. …
  • Lentejas, ricas en minerales. …
  • Col kale, repleta de clorofila. …
  • Aguacate, favorece la comunicación neuronal.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

TIPS Y BELLEZA

Los 5 ‘superalimentos’ de moda, ¿cuáles son?

Publicado

en

Los 5 'superalimentos' de moda

Están en todas las cartas de los restaurantes modernos, protagonizan los programas de cocina y poco a poco se están haciendo un hueco en los menús más demandados. Les precede su fama de superalimentos, pero en realidad ¿qué sabes de ellos? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) los descubren.

Los 5 ‘superalimentos’ de moda

Bimi: rico y versátil

Si el brécol o brócoli tiene muchos partidarios, aún son más los que están descubriendo las virtudes de su primo el Bimi, que en realidad es una hortaliza de la familia de las crucíferas (coles), un híbrido natural entre el brócoli y el brócoli chino o kailan.

Su aspecto, a medio camino entre el brócoli y el espárrago, su sabor suave, su versatilidad (se puede comer tanto crudo como cocinado), y sus propiedades nutricionales justifican el auge de esta hortaliza, que es muy rica en diferentes compuestos bioactivos: vitaminas C y A, ácido fólico, y otras sustancias con capacidad antinflamatoria y antioxidante, lo que hace del bimi un alimento muy recomendable en una dieta equilibrada y saludable.

Kale: el triunfo de las coles

El famoso Kale es también una crucífera, una col rizada, lo que en España conocemos, con un nombre mucho más vulgar: berza. A la misma familia pertenece el espigado y moderno bimi, pero también los clásicos repollo, coliflor, brócoli y lombarda.

Son todas ellas hortalizas de invierno, alimentos cuyo consumo es muy recomendable por sus indudables propiedades nutricionales. El Kale es rico en vitaminas (B, C, E, y K) y en minerales: tiene mucho hierro, calcio, potasio, magnesio y boro. Con fibra y sin apenas calorías, el kale (berza) o las demás coles deberían ser siempre parte fundamental de nuestra dieta, así que es una moda que aplaudimos.

Quinoa: alternativa gluten free

En poco tiempo esta semilla originaria de los Andes se ha hecho un hueco en nuestros gustos, y se usa en muchos platos, desde guisos a ensaladas, sustituyendo al arroz o a algunos cereales, ya que no tiene gluten.

Le precede su fama de superalimento, justificado por su privilegiada composición nutricional, que combina de manera equilibrada proteínas de alto valor biológico, grasas cardiosaludables, carbohidratos. Además, es rica en vitaminas antioxidantes y minerales como magnesio y zinc. Una buena elección, que debe ser una opción más en nuestros menús.

Algas: ¿el futuro?

Cocinadas o crudas en ensalada, como parte de recetas de arroz o pescado…, las algas aportan nuevas texturas y sabores, todo un reto para los aficionados a la cocina. Pero además aportan interesantes propiedades nutricionales, con mucha fibra, poca grasa y además de vitaminas A, calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio, zinc, sodio y yodo.

En algunos tipos de alga la cantidad de minerales puede ser incluso excesiva (mucho yodo en algas kombu y wakame, demasiado sodio en hijiki), por eso, como curiosidad, como experiencia puede estar bien tomarlas, pero en general, con moderación, sin abusar a diario.

Aguacate: el clásico

Lleva años con la etiqueta de superalimento colgada. Y es que goza de una fama tan merecida… como exagerada. Es cierto que el aguacate aporta grandes cantidades de nutrientes, de fibra y de otros componentes bioactivos (fitoesteroles, luteína, compuestos fenólicos), de indudables propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Y sobre todo, que es un alimento muy rico en acidos grasos monoinsaturados, que es lo que realmente marca la diferencia porque consumir este tipo de grasas ayuda a reducir el colesterol, LDL y triglicéricos cuando reemplazan en la dieta a las grasas saturadas, por lo que contribuye a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Es bueno comer aguacate, pero ni cura el cáncer, ni adelgaza, ni…

Variedad y equilibrio, la clave

De la clásica berza a las exóticas algas, estos cinco alimentos tienen en común sus innegables propiedades nutricionales… que por otro lado no son muy diferentes a las que ofrecen otras frutas y hortalizas. Es estupendo comer bimi, pero también unas coles de Bruselas; el kale es una maravilla de vitaminas, pero también la lombarda; la quinoa es una interesante alternativa a muchos cereales, pero también lo es el arroz integral, o las semillas de chía. Lo mejor, para exprimir al máximo el potencial y los nutrientes de todos estos productos y seguir una dieta tan completa como saludable es consumirlos en diferentes preparaciones, y alternándolos con otros productos, quizá menos a la moda, pero igual de ricos y nutritivos.

Fuente: OCU

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram.

Continuar leyendo