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Valencia

La ampliación del Hospital Clínico de València tendrá 181 habitaciones individuales y 29 boxes de críticos más

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hospital Clínico Valencia

Las obras están ejecutadas al 75 % y finalizarán en 2026. La Generalitat invertirá más de 88 millones de euros en un nuevo edificio que ampliará un 33 % la superficie asistencial.

La Conselleria de Sanidad avanza con paso firme en la ampliación del Hospital Clínico Universitario de València. Las obras del nuevo edificio de hospitalización están ya ejecutadas al 75 % y permitirán disponer de 181 habitaciones individuales nuevas y 29 boxes de críticos también individuales, elevando notablemente la capacidad y calidad asistencial del centro.

Durante su visita a las obras, el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ha subrayado que esta infraestructura «mejorará notablemente las condiciones de hospitalización y la experiencia del paciente, garantizando mayor confort e intimidad».


Un hospital más grande, moderno y centrado en el paciente

Esta ampliación supone una inversión superior a 88 millones de euros: 63 millones en obra y 25 millones adicionales para el plan de montaje posterior, previsto tras la finalización de las obras en 2026.

El nuevo edificio se distribuirá en nueve plantas más dos sótanos, y ampliará en un 33 % la superficie asistencial actual, pasando de 75.000 m² a más de 100.000 m².

“No solo aumenta la capacidad asistencial, sino que posiciona al Clínico como referente en modernidad, sostenibilidad y atención personalizada”, ha asegurado Gómez.


Más servicios, mejor tecnología

El nuevo edificio albergará áreas clave como:

  • Radiodiagnóstico (toda la primera planta, preparada para alta tecnología)

  • Rehabilitación (con unidades para cardiología, respiratoria y vestibular, y un gimnasio polivalente)

  • Farmacia hospitalaria, incluyendo una sala blanca

  • Una UCI de última generación con iluminación natural, salas familiares y monitorización avanzada

Además, se integrarán nuevas áreas de hospitalización para las especialidades de:

  • Hematología, con unidad de trasplantes y terapia celular

  • Medicina Interna, que ocupará dos plantas y aumentará camas, con habitaciones monitorizadas

  • Nefrología, Oncología y Neumología, incluyendo una Unidad de Cuidados Respiratorios y Endoscopia Respiratoria


Fachada vanguardista y sostenible

Uno de los elementos distintivos del proyecto es su fachada industrializada de diseño vanguardista, compuesta por más de 9.000 m² de paneles cerámicos de gran formato. Esta solución modular ha permitido reducir los tiempos de instalación a un tercio respecto a los sistemas tradicionales, además de mejorar el aislamiento térmico, acústico y la impermeabilización del edificio.


Resumen de la ampliación del Hospital Clínico de València:

  • 🛏 181 habitaciones individuales nuevas

  • 🧑‍⚕️ 29 boxes de críticos individuales

  • 📐 33 % más de superficie asistencial (de 75.000 a 100.000 m²)

  • 💰 Más de 88 millones de euros de inversión (obra + equipamiento)

  • 🏗 Finalización prevista: año 2026


“Con esta ampliación, el Hospital Clínico de València se convertirá en uno de los centros hospitalarios más avanzados y humanizados de la Comunitat Valenciana”, ha concluido el conseller.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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