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Cultura

Las 10 canciones que no pueden faltar en Navidades

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Las 10 canciones que no pueden faltar en Navidades
Mariah Carey-INSTAGRAM

Navidad, Navidad, dulce Navidad. Ha llegado la época más mágica del año y como suele ser tradición por estas fechas seguro que en tu casa no faltará el amor, los regalos, los turrones y las tradicionales canciones navideñas. Además de los tradicionales villancicos, hay clásicos que no pueden fallar. Te resumimos las 10 canciones que no pueden faltar en Navidades.

Las 10 canciones que no pueden faltar en Navidades

All I Want for Christmas Is You – Mariah Carey 

Last Christmas – Wham!

Feliz Navidad – Jose Feliciano

Jingle Bell Rock -Bobby Helms

 Santa Claus Is Coming To Town – Frank Sinatra, Seal

Rockin Around the Christmas Tree – Brenda Lee

It’s Beginning To Look A Lot Like Christmas – Michael Bublé

Santa Baby – Eartha Kitt

Santa Tell Me – Ariana Grande

El Tamborilero – Raphael

Y como estamos en Navidades os dejamos una más de regalo

The Power Of Love – Frankie Goes To Hollywood

Las canciones más escuchadas en Navidades

Las canciones navideñas clásicas son populares durante la temporada festiva y se reproducen ampliamente en emisoras de radio, tiendas y hogares. Algunas de las canciones más escuchadas durante la Navidad incluyen:

  1. «All I Want for Christmas Is You» – Mariah Carey: Esta canción alegre y festiva de Mariah Carey se ha convertido en un clásico moderno de la Navidad.
  2. «Last Christmas» – Wham!: Este clásico de los años 80 de Wham! ha perdurado a lo largo de los años y es un elemento básico en las listas de reproducción navideñas.
  3. «Feliz Navidad» – José Feliciano: Una canción festiva que combina inglés y español, «Feliz Navidad» de José Feliciano es una opción alegre y multicultural.
  4. «Jingle Bell Rock» – Bobby Helms: Esta canción animada y pegajosa ha sido interpretada por varios artistas, pero la versión de Bobby Helms es una de las más conocidas.
  5. «Santa Claus Is Coming to Town» – Bruce Springsteen: La versión de Bruce Springsteen de esta canción clásica agrega un toque rockero a la temporada navideña.
  6. «Rudolph the Red-Nosed Reindeer» – Gene Autry: Una canción atemporal que narra la historia del reno Rudolph, esta canción es un elemento esencial de la Navidad.
  7. «White Christmas» – Bing Crosby: La versión de Bing Crosby de «White Christmas» es una de las canciones navideñas más vendidas de todos los tiempos.
  8. «Let It Snow! Let It Snow! Let It Snow!» – Dean Martin: Una canción clásica que evoca la alegría de una nevada durante la Navidad, interpretada de manera inconfundible por Dean Martin.
  9. «Do They Know It’s Christmas?» – Band Aid: Lanzada en los años 80 como una canción benéfica, esta canción reúne a varios artistas en una colaboración para recaudar fondos para África.
  10. «Happy Xmas (War Is Over)» – John Lennon y Yoko Ono: Esta canción de John Lennon y Yoko Ono tiene un mensaje de paz y reflexión, convirtiéndola en una opción única para la temporada navideña.

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El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

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El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

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