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’24 de septiembre… y entonces sucedió que…’, por José Luis Fortea

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……………………..la Junta Central Suprema, como órgano de defensa, dotada de los poderes ejecutivo y legislativo e instituida para velar por la salvaguarda de los intereses de la nación española, frente a la ocupación francesa de los ejércitos de Napoleón Bonaparte, y en aras de preservar y custodiar los derechos monárquicos del rey Fernando VII, prisionero en Valençay desde mayo de 1808, no reconociendo por tanto, como soberano, al interpuesto hermano de Napoleón, José Bonaparte, con fecha de 29 de enero de 1810 era sustituida, mediante Real Decreto, por el Consejo de Regencia.

Aquellos treinta y cinco miembros que conformaban la Junta Central presididos por el conde de Floridablanca con sede en Aranjuez daban paso a este nuevo Consejo de Regencia o también conocido como la “Regencia de los cinco”, al ser este el número de los miembros que lo configuraban, (Antonio de Escaño y García de Cáceres, el general Castaños Aragorri, Esteban Fernández de León e Ibarra (representante de los asuntos de América), Francisco de Saavedra y Sangronis, y Pedro de Quevedo y Quintano, obispo de Orense que lo presidía), y cuya primera decisión sería, el día 31 de enero, la de dar traslado, a aquel nuevo órgano, a la Real Villa de la Isla de León (hoy San Fernando), al ser este el lugar más alejado de la península, considerado como el último reducto de la España libre de la ocupación francesa.

Al día siguiente, el 1 de febrero, Sevilla era conquistada por las tropas francesas del mariscal Soult, ampliando Francia de esta manera y con esta victoria, su extensión territorial, quedando sin conquistar únicamente una pequeña franja del sur peninsular, rodeada de mar y salinas, correspondientes a la provincia de la bahía de Cádiz, a cuya defensa, acudirá el día 4 de febrero, procedente desde Extremadura, el duque de Alburquerque, capitán general del ejército y costa de Andalucía, quien junto al recién nombrado gobernador de la isla, Diego de Alvear y Ponce de León, conformarían una milicia de defensa, compuesta por unos dos mil ciudadanos, conocidos como “los voluntarios distinguidos de Cádiz”, que heroicamente acabarían por rechazar el continuo asedio de los ejércitos de Napoleón.

El lunes 24 de septiembre de 1810, de hace hoy por tanto doscientos siete años, aquel Consejo de Regencia convocó las “primeras Cortes Constituyentes de España” en la iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo, de la aludida Isla de León, donde a las nueve de la mañana, se reunían los ciento dos diputados procedentes desde todos los rincones de la península, de los territorios insulares y de las Américas, que pese a las dificultades habían podido hacer acto de presencia. Se reitera en facilitar el viaje de los que faltan proporcionando barcos si fuera menester.

Se inicia el acto con una serie de juramentos preceptivos que aquellos representantes vienen obligados a realizar, entre los que destacan el desempeño fiel del encargo que la nación ha depositado en ellos y el del reconocimiento de Fernando VII como rey de España, a quien denominan por aquellos días, como “amado soberano”.

De allí, una vez realizado el acto de los votos y testimonios, se dirigen a la sala de las Cortes, en el habilitado para tal finalidad, teatro cómico de la Isla de León (hoy conocido como el Real Teatro de las Cortes de San Fernando), en sesión pública donde lo primero que se realiza es el de configurar los cargos de presidente y secretario que recayeron en Ramón Lázaro de Dou por Cataluña y Evaristo Pérez de Castro y Brito por Valladolid, respectivamente.

Entre los asistentes, destacan personalidades como Pedro Antonio Aguirre por Cádiz, Juan Quintano por Palencia, o el diputado asturiano Agustín Argüelles Álvarez, a quien por su elocuente oratoria, durante aquellas primeras reuniones, se le acabaría conociendo como “el Divino” , o el diputado barcelonés Antonio Capmany Surís quien argumentaba durante aquel 24 de septiembre de 1810;

–“¿Qué sería ya de los españoles, si no hubiera habido Aragoneses, Valencianos, Murcianos, Andaluces, Asturianos, Gallegos, Extremeños, Catalanes, Castellanos, etc…? Cada uno de estos nombres inflama y envanece, y de estas pequeñas naciones se compone la masa de la gran Nación”-.

Fue precisamente este diputado catalán quien propuso la creación del llamado “testimonio de desinterés” en virtud del cual, ninguna de sus señorías, durante el tiempo que durase su ejercicio, podría solicitar ni admitir (para sí ni para persona interpuesta), favor, gracia, empleo, condecoración o pensión alguna.

Durante aquella primera sesión, las Cortes Constituyentes aprobarían valores como los de la soberanía nacional y la división de poderes, conformando en unas reuniones plenarias celebradas diariamente lo que a la postre acabaría siendo la Constitución española de 1812, declarándose nula la renuncia del rey que en su día realizase en Bayona.

Fue durante la tercera sesión, celebrada el miércoles 26 de septiembre, cuando a instancia del diputado americano José María Mejía Lequerica se acabaría aprobando uno de los decretos más significativos de estas Cortes de Cádiz, el de la libertad de imprenta. Esa tercera sesión viviría una de las discusiones más acaloradas, entre los asistentes a la misma, que se llegaría a prolongar hasta más allá de las cuatro de la madrugada, significándose con este dato la ajetreada agenda y agitada actividad que durante este mes de septiembre mostraron las mencionadas Cortes españolas.

Mediante Real Decreto con fecha de 27 de Noviembre de 1813, se le concedió a la Real Villa de la Isla de León el título de Ciudad con el nombre de San Fernando, en reconocimiento por el bravo actuar de un grupo de heroicos ciudadanos que asentaron las bases constitucionales de la España moderna.

Aquella guerra de independencia contra la Francia de Napoleón despertaría el ingenio y el instinto de quienes lucharon por la libertad, brindándole a la historia principalmente dos elementos, un primer componente, como consecuencia misma de la carestía de la guerra y a falta de condimentos, la tortilla francesa y un segundo, ante la ausencia de un rey legítimo, las bases de la primera Constitución.

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Carlos Mazón: Un líder comprometido en la batalla contra el cáncer

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Carlos Mazón comprometido batalla cáncer
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, en una imagen de archivo. EFE/Miguel Ángel Polo

S.R.A

En un momento en el que el cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo, resulta vital que los líderes políticos prioricen la lucha contra esta enfermedad. En la Comunitat Valenciana, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha demostrado un compromiso ejemplar al situar la lucha contra el cáncer en el centro de su agenda. Este enfoque no solo responde a una necesidad urgente, sino que también refleja la sensibilidad de un político que comprende la importancia de poner la salud y el bienestar de los ciudadanos en primera línea de objetivos.

El cáncer, un enemigo de todos

¿Quién no ha sufrido la pérdida de un ser querido debido al cáncer? Esta enfermedad, que parece expandirse a más velocidad cada día, no discrimina entre edades ni condiciones. Las estadísticas son devastadoras: en España, el cáncer es la segunda causa de muerte, con miles de nuevos diagnósticos cada año. En este contexto, es más urgente que nunca que los gestores de la calidad de vida de las personas adopten medidas para combatir esta crisis de salud pública.

Durante el primer Debate de Política General de su legislatura, celebrado en Les Corts, Carlos Mazón dejó claro que no pretende quedarse de brazos cruzados ante esta amenaza. Entre las múltiples iniciativas anunciadas, una de las más destacadas es la creación de una nueva planta especializada en protonterapia en el Hospital Universitario La Fe de Valencia, una infraestructura crucial en la lucha contra el cáncer.

Inversión en infraestructuras y tecnología de vanguardia

La nueva planta de La Fe, que supone una inversión de 50 millones de euros, no solo moderniza el sistema de radioterapia con la incorporación de la protonterapia—una técnica que reduce la irradiación del tejido sano circundante y mejora la precisión del tratamiento—, sino que también marca un hito en la historia sanitaria de la Comunitat Valenciana. Este tipo de tratamiento es especialmente eficaz en tumores cerebrales, de cabeza, cuello y médula espinal, y es especialmente relevante para pacientes pediátricos, cuyas necesidades requieren un enfoque aún más cuidadoso.

El presidente Mazón, en colaboración con la Fundación Amancio Ortega, ha logrado que este proyecto avance tras tres años de parálisis, colocando a la Comunitat Valenciana a la vanguardia de la lucha contra el cáncer en España. Con una superficie de 5.491 metros cuadrados, esta infraestructura atenderá no solo a los valencianos, sino también a pacientes de comunidades limítrofes, mejorando la calidad de vida de miles de personas.

Innovación tecnológica al servicio de la salud

El compromiso de Mazón no se detiene en la construcción de infraestructuras. Uno de los puntos más innovadores de su plan es la incorporación de inteligencia artificial (IA) en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Mazón ha avanzado la aplicación de IA para la lectura de mamografías en hospitales como La Fe, el Clínico de Valencia y el General de Castellón. Esta tecnología también se aplicará al tratamiento del cáncer de próstata, marcando un salto cualitativo en la atención médica oncológica.

La integración de la inteligencia artificial en el diagnóstico permitirá una detección precoz, algo que puede salvar innumerables vidas. La IA no solo mejora la precisión del diagnóstico, sino que también alivia la carga sobre los profesionales de la salud, acelerando los procesos y proporcionando un tratamiento más eficiente para los pacientes.

Priorizar la salud pública

En un contexto político donde a menudo las prioridades parecen centrarse en lo urgente y no en lo importante, es un alivio ver a un líder como Carlos Mazón priorizar la sanidad pública y, específicamente, la lucha contra el cáncer. La salud de una sociedad es su pilar fundamental, y al reforzar el sistema sanitario valenciano, Mazón está garantizando que las generaciones futuras puedan enfrentarse con mejores herramientas a esta enfermedad devastadora.

El cáncer es una enfermedad que ha tocado la vida de casi todos, y la lucha contra él requiere un esfuerzo conjunto de todos los sectores de la sociedad. Al posicionar este tema como uno de los ejes de su mandato, Mazón no solo responde a una necesidad urgente, sino que también envía un mensaje claro: la prevención, el diagnóstico precoz y el acceso a tratamientos de vanguardia son derechos esenciales que todos los valencianos merecen.

El camino hacia una mejor sanidad

La apuesta firme por mejorar las condiciones laborales de los profesionales sanitarios, reducir las listas de espera y construir nuevas infraestructuras son muestras del compromiso del gobierno del cambio liderado por Mazón. No se trata solo de una declaración de intenciones, sino de acciones concretas que buscan mejorar la vida de miles de pacientes que enfrentan la dura batalla contra el cáncer.

A medida que la Comunitat Valenciana avanza en la implantación de estas políticas, es esperanzador ver cómo se coloca la salud pública en el lugar que merece. La batalla contra el cáncer es larga, pero con personas comprometidos como Carlos Mazón, el futuro se vislumbra más prometedor para quienes hoy luchan y para aquellos que podrán prevenirlo mañana.

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