València, 30 mar (OFFICIAL PRESS- EFE).- El último pleno de Les Corts de la décima legislatura ha cumplido «el rito» de incluir las despedidas en los últimos discursos y los buenos deseos para el futuro, y no han faltado una «declaración de amor» a la Cámara, los «nudos en la garganta», algún reproche y hasta un cántico.
La diputada de Ciudadanos María Quiles no ha podido evitar las lágrimas en su despedida, a pesar de que, según ha dicho, «a la política se viene llorado», ante lo que la vicepresidenta de Les Corts María José Salvador ha afirmado que este pleno es «complejo de presidir», con «muchos nudos en la garganta» por las despedidas.
El veterano diputado del PP Alfredo Castelló se ha confesado «un romántico» y ha declarado, en su nombre y en el diputados que hacen un «punto y aparte» en esta legislatura, «el amor a Les Corts», a la que hay que decirle «que la amamos y te quiero», porque «lo merece».
Ibáñez ha pedido portarse «bien» en la precampaña, en la que hay que reivindicar la buena política, y se ha despedido con la mítica frase de la serie ‘Canción triste de Hill Street’: «Tengan cuidado ahí fuera».
Una emocionada Beatriu Gascó (Unides Podem), que no repetirá de diputada tras ocho años, ha confesado que no ha podido dormir esta noche por los nervios y ha pedido «empezar a pensar en otro himno para el País Valencià», que a su juicio podría ser la «Malaguenya de Barxeta», canción de la que se ha arrancado a cantar algunas estrofas.
El diputado Fernando Llopis, quien ha llegado a Les Corts con una camiseta alusiva al incendio de Castellón con las frases «+ hechos – palabras» y «ecologismo de salón», ha rememorado en este «final de viaje» los momentos difíciles en los que algunos trataron de «hundir el barco» mientras huían «como ratas».
«Confío, pero no espero, que Roma no pague a traidores, y no miro a nadie», ha afirmado Llopis, quien ha alertado de que «los imperios sólidos no se construyen con miserables», antes de rebajar el tono de crítica para despedirse con un coloquial «hasta luego, Lucas».
Los agradecimientos a las familias han sido otra constante, como en el caso de la diputada de Compromís Belén Bachero, cuya hija pequeña ha seguido el pleno en brazos de su abuela desde la tribuna de invitados. «Todos sabemos lo que cuesta a la familia nuestro paso por aquí», ha señalado emocionada la diputada.
La presencia de la familia de Bachero, ha señalado la vicepresidenta de Les Corts, María José Salvador, es un ejemplo de que en este Parlamento «también transcurre la vida y nace la vida», un símbolo del compañerismo y un ejemplo de que aquí también las mujeres compaginan todas las tareas, las de responsabilidades políticas y las de ser madres.
Un «hola y adiós» ha sido la despedida de Fernando Muelas, diputado de Cs desde hace dos meses, quien ha confesado que ha tenido «ganas de aplaudir a los contrarios en más de alguna ocasión» y ha señalado que la vida «da muchas vueltas y la política es como un carrusel de tiovivo de subidas y bajadas».
El diputado de Vox Miguel Pascual ha dicho adiós con un «Viva España» en este pleno que el president de Les Corts, Enric Morera, ha calificado como el de los «juegos florales», y la socialista Mercedes Caballero ha señalado que no se viene a Les Corts a buscar amigos, pero a veces se encuentran en el camino.
La diputada de Unides Podem Naiara Davó ha recordado especialmente los momentos compartidos con los primeros síndics del Botànic, y el diputado de Compromís Vicent Marzà ha parafraseado una frase habitual del exsíndic de su grupo Fran Ferri: «larga vida al Botànic».
También se le ha quebrado la voz a la diputada del PP Elisa Díaz, quien después de 14 años se va de Les Corts («porque yo quiero, necesito cambiar de aires», ha asegurado) y a la que un compañero de bancada ha tenido que dejarle las gafas porque se le habían olvidado.
Loli Benlloch y Eva Batalla
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