Síguenos

Salud y Bienestar

¿Aspirina para prevenir infartos? Lo que debes saber antes de tomarla diariamente

Publicado

en

Aspirina para prevenir infartos
Aspirina para prevenir infartos-PEXELS

El uso de la aspirina como prevención cardiovascular: beneficios y riesgos

Durante décadas, la aspirina ha sido un medicamento de referencia en los botiquines de los hogares españoles. Se utilizaba para tratar fiebre, gripes, resfriados e incluso como un analgésico de uso diario. Sin embargo, su popularidad se redujo con el tiempo debido a sus posibles efectos adversos, como hemorragias o el síndrome de Reye en niños, y fue reemplazada en gran medida por el paracetamol y el ibuprofeno.

A pesar de esto, sigue siendo un fármaco de prescripción médica en determinados casos, especialmente en pacientes con antecedentes cardiovasculares, debido a su capacidad para prevenir la formación de coágulos en las arterias. Pero, ¿es recomendable tomar aspirina todos los días para evitar infartos o ictus?

Propiedades anticoagulantes de la aspirina

El doctor Marcelo Sanmartín Fernández, cardiólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, explica que la aspirina o ácido acetilsalicílico es un antiinflamatorio con una particularidad que lo diferencia de otros medicamentos del mismo grupo: actúa como un antiagregante plaquetario.

Esto significa que inhibe la función de las plaquetas, las células responsables de la coagulación de la sangre. Al evitar que estas se unan y formen trombos, la aspirina ayuda a prevenir la obstrucción de arterias coronarias (lo que podría causar un infarto de miocardio o una angina de pecho) y de las arterias cerebrales (reduciendo el riesgo de ictus).

Sin embargo, este mismo efecto puede aumentar el riesgo de hemorragias, ya que, al impedir la formación de coágulos, el organismo pierde una de sus principales defensas para frenar sangrados.


¿Cuándo se recomienda tomar aspirina para prevenir enfermedades cardiovasculares?

La Sociedad Española de Cardiología establece que la aspirina no debe usarse de forma generalizada para prevenir infartos o ictus en personas sin antecedentes cardiovasculares. En estos casos, el riesgo de sufrir hemorragias internas es mayor que el beneficio potencial del fármaco.

📌 ¿Quiénes sí deberían tomar aspirina?
Pacientes que han sufrido un infarto de miocardio o un ictus.
Personas con implantes de stent coronario, aunque en algunos casos se puede prescindir de ella tras un tiempo.
Pacientes con enfermedad arterial coronaria establecida.

En España, cada año se producen entre 90.000 y 100.000 infartos e ictus, y en estos pacientes, la aspirina sigue siendo el tratamiento de base para prevenir un segundo episodio cardiovascular.

Sin embargo, en algunos casos puede sustituirse por otros fármacos más efectivos o suspenderse si el paciente necesita tomar anticoagulantes.


¿Cuánto tiempo se debe tomar aspirina tras un infarto o implante de stent?

El doctor Sanmartín explica que la duración del tratamiento con aspirina varía según cada paciente:

  • Tras un infarto, se recomienda generalmente tomar dos antiagregantes durante 12 meses.
  • En algunos casos, después de los tres meses de un implante de stent, se puede sustituir la aspirina por otro antiagregante más eficaz.
  • Para pacientes con alto riesgo de sangrado, los especialistas pueden retirar la aspirina antes y continuar con un único antiagregante.

No obstante, algunos de estos medicamentos alternativos son más costosos y no todos los pacientes se benefician de su uso.


No te automediques: consulta siempre a un especialista

La aspirina puede ser un fármaco clave en la prevención secundaria de eventos cardiovasculares, pero su uso sin control médico puede ser peligroso.

El doctor Sanmartín recuerda que la medicina debe adaptarse a cada paciente:

📢 «No hay que automedicarse. Hay que confiar en las recomendaciones del especialista, que siempre busca el mejor tratamiento según las condiciones clínicas de cada persona.»

Por tanto, si te has planteado tomar aspirina para prevenir infartos o ictus, consulta a tu médico antes de tomar cualquier decisión.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salud y Bienestar

¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

Publicado

en

chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

Continuar leyendo