La infertilidad masculina representa la mitad de los casos atendidos hoy en día por las clínicas de reproducción asistida. Este hecho, unido a la aparente disminución de la calidad del semen en los últimos años, sitúa este estudio como punto de partida de una realidad que hace saltar las alertas respecto a la evolución de la fertilidad del varón.
La investigación “Total motile sperm count trend over time across two continents: evaluation of semen analyses from 119,972 infertile men”, liderada por la Dra. Ashley Tiegs, fellow de IVI en New Jersey, examinó el recuento total de espermatozoides móviles (TMSC, por sus siglas en inglés) –parámetro más importante que predice la probabilidad de lograr un embarazo –de 119.982 hombres tratados en las clínicas que IVI tiene repartidas entre España y New Jersey, entre los años 2002 y 2017. Como conclusión, este estudio muestra que la proporción de hombres con riesgo de requerir un tratamiento de fertilidad ha aumentado notablemente en los últimos años, pasando de un 12,4% en 2004 a un 21,3% en 2017. Esto supone un crecimiento del 9% en poco más de una década, una evolución cuanto menos llamativa.
“Contamos con una gran cantidad de información relacionada con pacientes infértiles, lo cual nos ha permitido demostrar, mejorando incluso los hallazgos de estudios anteriores, que este descenso en la calidad seminal implica unas connotaciones clínicas que tienen un efecto evidente en la fertilidad masculina, lo cual obliga a hacer uso de tratamientos más complejos para cumplir el deseo reproductivo de nuestros pacientes en comparación con hace una o dos décadas”, explica el Dr. Nicolás Garrido, director de la Fundación IVI y coautor del estudio.
Este trabajo recibió el Premio Académico de la Sociedad para la Reproducción Masculina y Urología, entregado en la última edición de la ASRM (Sociedad Americana de Medicina Reproductiva), celebrada en Denver el pasado mes de octubre.
Durante su investigación, la Dra. Tiegs dividió los datos obtenidos en tres grupos: hombres con TMSC mayor de 15 millones de espermatozoides, números que no requerirían un tratamiento de fertilidad en sí mismos; hombres con TMSC entre cinco y 15 millones, que estarían en riesgo de requerir un tratamiento de fertilidad menor como la inseminación artificial; y hombres con TMSC entre cero y cinco millones, que podrían precisar de una fecundación in vitro (FIV), posiblemente con inyección intracitoplásmica de esperma (ICSI), para lograr un embarazo.
“Se trata de la muestra más grande de estudio hasta la fecha, lo cual dota a este trabajo de un notable peso científico. Esto, unido a los revolucionarios resultados que han sido obtenidos, abre una gran incógnita a investigar, acerca de las causas que pudieran estar causándolo, y ratifica con datos objetivos y robustos una evidencia que llevamos tiempo observando en consulta y que nadie había podido confirmar hasta hoy de una forma tan determinante. Tras estos resultados, se hace necesario analizar con más detalle las causas de este hecho y las medidas a tomar. Estamos convencidos de que todo avance en esta línea nos ayudará a dilucidar algunas de las cuestiones que más nos preocupan en torno a los factores que influyen en la infertilidad masculina”, añade el Dr. Garrido.
Con estos hallazgos que indican que los hombres presentan cada vez un riesgo mayor de precisar tratamientos reproductivos para ser padres, la pregunta parece obligatoria: ¿Por qué?
“Existen muchas investigaciones acerca de los efectos adversos del estilo de vida tóxico y la exposición constante a influencias ambientales negativas sobre la calidad de los espermatozoides, pero aún no se sabe con exactitud cómo de nocivos resultan estos factores. Dado que la etiología de esta tendencia en declive del TMSC sigue siendo una especulación, se hace obligatorio un estudio continuado y más preciso de estos factores que pueden afectar negativamente la calidad del esperma”, concluye el Dr. Garrido.
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