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La copartenidad: se impone el modelo de ser padres sin pareja

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La Copaternidad consiste en que dos personas se unen con el único propósito de tener un hijo en común. Es decir, son dos personas que no mantienen una relación afectivo-sexual (no son pareja) pero que comparten un mismo deseo: ser padre.

La Coparentalidad implica compartir derechos y responsabilidades del padre y madre sobre los hijos.

Este concepto separa la relación matrimonial (o de pareja) de la concepción y la crianza, se trata de un estilo parental totalmente nuevo donde los hijos no nacen como fruto de una relación de pareja sentimental.

¿Qué conlleva la Copaternidad?

La Copaternidad conlleva una gran responsabilidad por cuanto implica hacerse cargo de una vida humana, por lo que el bienestar de los hijos debe prevalecer por encima de los desacuerdos y discrepancias de ambos adultos. Y si esto, a veces ya es difícil en una pareja, puede complicarse aún más cuando no se mantiene un vínculo afectivo con la otra persona.

En este sentido, es importante unirse a una persona con la que se comparta aficiones, carácter, profesiones o cultura, creando un fuerte vínculo entre ambos que conlleve a un fin común la “Copaternidad”. Por lo que debe escogerse a la persona más adecuada para poder cumplir con dicha finalidad, siendo este el trabajo de las agencias de paternidad que colaboran en formalizar dicho proyecto.

Para que la Coparentalidad funcione además, debe existir madurez personal en ambas partes, así como un gran compromiso y la posibilidad de ofrecer estabilidad a la nueva criatura.

Asimismo, es importante que exista una comunicación fluida y continuada entre los padres, que permita a ambos estar al tanto de lo que ocurre en el día a día de su hijo.

Así pues, el respeto y la flexibilidad deben primar para que la Coparentalidad se lleve a cabo de la mejor forma posible.

¿Ventajas y beneficios de la Copaternidad?

  1. Sin anonimato: los dos padres biológicos se conocen. De este modo el niño puede conocer de dónde viene y conocer su verdadera identidad, a diferencia de la adopción o la donación esperma.
  2. Sin limitaciones administrativas, legales, o financieras: el enfoque sigue siendo natural y humano.
  3. la Coparentalidad ofrece la oportunidad de compartir responsabilidades con la otra persona: llevar y recoger al hijo del colegio, actividades extraescolares, visitas médicas, hecho que conlleva disponer de más flexibilidad de tiempo para poder atender a los hijos y conciliar mejor la vida personal, laboral y familiar.
  4. Crea un nuevo modelo de familia: permite crear un lazo familiar con alguien determinado y comprometido a cumplir el mismo sueño.
  5. Genera estabilidad económica, social y personal: resulta más sencillo afrontar los gastos de la paternidad si son compartidos entre dos adultos.

¿Cuáles son los inconvenientes?

A pesar de las ventajas que ofrece la Copaternidad también existen una serie de inconvenientes o desafíos que habrán de afrontar los co-padres.

Los padres han de compartir valores y perspectivas, especialmente en temas relacionados con la crianza del menor, con la finalidad de evitar discrepancias en el futuro.

En este sentido, ambos adultos deben llegar a acuerdos previos respecto de asuntos como: reparto de custodia, la educación, la religión, la manutención de los hijos, el orden de los apellidos al momento de inscribir el nacimiento del hijo en el Registro Civil, así como en la toma de decisiones importantes a tener en cuenta en la vida del hijo en común.

En concreto, los padres deben formalizar un convenio regulador en el que se incluya un plan de Parentalidad, el cuál debe explicar la forma en que ambos progenitores ejercerán sus responsabilidades parentales.

Así, en las propuestas de plan de parentalidad deben constar los siguientes aspectos, tal y como viene regulado en el artículo 233-9 del Código Civil de Cataluña:

  1. El lugar o lugares donde vivirán los hijos habitualmente. Deben incluirse reglas que permitan determinar a qué progenitor le corresponde la guarda en cada momento.
  2. Las tareas de que debe responsabilizarse cada progenitor con relación a las actividades cotidianas de los hijos.
  3. La forma en que deben hacerse los cambios en la guarda y, si procede, cómo deben repartirse los costes que generen.
  4. El régimen de relación y comunicación con los hijos durante los períodos en que un progenitor no los tenga con él.
  5. El régimen de estancias de los hijos con cada uno de los progenitores en períodos de vacaciones y en fechas especialmente señaladas para los hijos, para los progenitores o para su familia.
  6. El tipo de educación y las actividades extraescolares, formativas y de tiempo libre, si procede.
  7. La forma de cumplir el deber de compartir toda la información sobre la educación, la salud y el bienestar de los hijos.
  8. La forma de tomar las decisiones relativas al cambio de domicilio y a otras cuestiones relevantes para los hijos.

Al respecto, nuestros abogados especialistas en derecho de Familia pueden asesorar legalmente a los futuros padres sobre todos aquellos asuntos relacionados con la crianza del menor que aconsejamos se adopten por escrito, como reparto de la custodia, tipo de educación y demás asuntos de importancia que deben tenerse en cuenta en la vida del nuevo hijo en común, redactando a tal efecto el correspondiente convenio regulador y plan de parentalidad, con la finalidad de evitar discrepancias y conflictos entre ambos en un futuro.

Fuente: TARINAS.COM

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Cuándo conviene amortizar una parte de la hipoteca y cómo hacerlo según los expertos

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Necesito una hipoteca para comprar un local: ¿qué debo tener en cuenta?

Reducir deuda puede suponer un gran ahorro en intereses, pero no siempre es la mejor decisión financiera.

Con los tipos de interés todavía en niveles elevados y muchas familias buscando aliviar la carga de su préstamo hipotecario, la amortización anticipada —devolver parte del capital pendiente antes de tiempo— vuelve a estar sobre la mesa. Los expertos coinciden en que amortizar una parte de la hipoteca puede ser una estrategia eficaz para ahorrar intereses, pero advierten de que conviene hacerlo en el momento y de la forma adecuados.

¿Cuándo es recomendable amortizar?

Según los analistas financieros, la amortización parcial es más conveniente en los siguientes casos:

  • Cuando el tipo de interés es alto o variable, ya que reduce la exposición a futuras subidas del Euríbor.
  • Si se dispone de un ahorro estable y no se prevé necesitarlo a corto plazo.
  • En la primera mitad del préstamo, cuando la mayor parte de la cuota mensual se destina a pagar intereses.
  • Cuando no existen deudas más caras, como préstamos personales o tarjetas, que conviene saldar primero.

Por el contrario, no es recomendable amortizar si el cliente tiene una hipoteca con un tipo muy bajo o fijo y puede obtener mayor rentabilidad invirtiendo su dinero, o si no cuenta con un colchón de emergencia de al menos 3 a 6 meses de gastos.

¿Reducir cuota o plazo?

Uno de los principales dilemas es decidir si amortizar para reducir la cuota mensual o acortar el plazo del préstamo.
Los expertos en finanzas personales explican que:

  • Reducir el plazo permite un mayor ahorro en intereses, ya que el préstamo se liquida antes. Es la opción más eficiente desde el punto de vista financiero.
  • Reducir la cuota, en cambio, libera liquidez cada mes y mejora la capacidad de ahorro o consumo. Es la mejor elección para quienes buscan mayor margen económico sin presiones.

En la práctica, muchos asesores recomiendan reducir plazo si la economía familiar está saneada y reducir cuota si se prioriza la seguridad y la estabilidad presupuestaria.

Cómo hacerlo correctamente

  1. Consultar las condiciones del contrato: algunos bancos aplican comisiones por amortización anticipada, especialmente en hipotecas a tipo fijo (suele oscilar entre el 0,5% y el 1%).
  2. Elegir el momento adecuado: hacerlo tras recibir pagas extras, bonus o devoluciones de impuestos puede ser una forma sencilla de reducir deuda sin afectar al presupuesto.
  3. Comparar antes de actuar: conviene analizar con un simulador hipotecario cuánto se ahorraría al amortizar una cantidad concreta y si el impacto fiscal o financiero compensa.
  4. Solicitarlo por escrito al banco, indicando si se desea reducir cuota o plazo, y conservar el justificante de la operación.

En resumen

La amortización parcial de la hipoteca es una herramienta útil para reducir deuda y ganar tranquilidad, pero su conveniencia depende del tipo de préstamo, de la situación económica personal y del horizonte financiero de cada familia.
Como resume el economista Javier Ferrer, “amortizar siempre es bueno si se hace con cabeza: primero hay que garantizar liquidez y estabilidad, y después pensar en adelantar dinero al banco”.

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