Salud y Bienestar
Cómo afecta la COVID-19 en el deseo de ser madre
Publicado
hace 5 añosen
La pandemia que ha sorprendido al mundo entero en 2020 no parece tener un final próximo. En plena segunda ola de la enfermedad, la sociedad aprende a vivir con ella, adoptando las máximas medidas de seguridad y reanudando en la medida de lo posible las actividades que en un primer momento habían quedado paralizadas. En el caso de los tratamientos de fertilidad, la situación es especialmente delicada, ya que el colapso del sistema sanitario está retrasando o bloqueando muchos procesos en marcha, pero la mayor parte de las pacientes no pueden aplazar sus planes de maternidad. Se estima que un 40% de las inseminaciones artificiales programadas en el sistema público se han paralizado desde el inicio de la COVID-19; en el caso de los procesos de FIV/ICSI, la cifra se fija en un 20% aproximadamente de cancelaciones, a consecuencia de esta alerta sanitaria.
Son cifras que pueden suponer el final de un sueño para muchas mujeres. En este contexto, IVI sigue trabajando para ayudar a todas estas mujeres, con las garantías que ofrecen unos resultados avalados por 30 años de experiencia. Su prioridad sigue siendo la seguridad de los pacientes y el éxito de sus tratamientos en el menor tiempo posible, conscientes de que muchas mujeres no pueden esperar a que la COVID-19 permita reanudar la actividad hospitalaria con la agilidad que tenía antes de la pandemia. Para las pacientes de preservación de la fertilidad por motivos oncológicos, con baja respuesta ovárica y las de edad avanzada, el tiempo es fundamental.
“Es importante recordar que la fertilidad cae en picado a partir de los 35 años y después de los 40 la posibilidad de embarazo es menor del 10%, por eso muchas mujeres pueden ver sus planes truncados por el colapso general que está suponiendo la COVID-19. En IVI no tenemos listas de espera y si las pacientes nos aportan las pruebas previas que se hayan hecho en otros centros, accederán directamente a una visita de control gratuita, para determinar los próximos pasos a seguir. Queremos, de esta manera, ayudar a todas las pacientes, aunque vengan de otros centros, a las que la pandemia ha afectado directamente en sus planes de vida, afectadas en ocasiones por la cancelación del tratamiento reproductivo que le habían pautado. Les garantizamos la realización de su tratamiento de forma rápida y con las mayores garantías, sin los retrasos provocados por la situación sanitaria”, explica el doctor Antonio Requena, director médico de IVI.
IVI es líder mundial en reproducción asistida y, a través de su proceso continuo de investigación y formación, es pionero en el diseño de nuevos procesos que quedan implantados para dar respuesta a los casos más complejos de infertilidad. Aquellos en los que, precisamente, el tiempo no corre a favor de la paciente.
“En determinados casos, ganar solamente un mes puede ser decisivo para lograr el embarazo. Por eso, aplazar los tratamientos de las pacientes que presentan mayores complicaciones puede aumentar el índice de fracasos, con la frustración y el desgaste que esto supone, además de alejar cada vez más el final feliz del proceso. Nos dirigimos a las mujeres que habían planeado ser madres en estos meses, es el momento de seguir intentándolo, la COVID-19 no debe detener su deseo”, añade el Dr. Requena.
Las condiciones de financiación de IVI facilitan el acceso a un tratamiento que, de esperar más tiempo, podría no llegar jamás. Si el final de la pandemia no se vislumbra a corto plazo, es importante que las pacientes sigan adelante con sus planes de ser madres, siempre con las garantías y la seguridad que ofrece un equipo formado por los mejores especialistas. Además de seguir todos los protocolos de prevención necesarios, trazar un plan médico y poder cumplirlo paso a paso con normalidad es la mejor manera de alcanzar el objetivo de tener un hijo, sin que la crisis sanitaria se interponga.
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
1. Alteración de las rutinas
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
2. Estrés y preocupaciones navideñas
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
3. Comidas copiosas y alcohol
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
4. Falta de ejercicio físico
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
5. Cambios en el ambiente de sueño
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
6. Sobrecarga de estímulos sensoriales
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
7. Cambios en la exposición a la luz natural
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
- Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
- Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
- Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
- Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
- Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.
Conclusión
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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