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Crimen de Conde Altea: 22 años de cárcel al asesino de Cristina

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Alberto L., el asesino de la calle Conde Altea en el juicio

València, 8 de junio (OFFICIAL PRESS-EFE).- El suceso conocido como el crimen de Conde Altea ha acogido este jueves la lectura de la sentencia. La Sección Segunda de la Audiencia de Valencia ha condenado a 22 años y medio de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, además de la agravante por género, al hombre que asesinó a su novia en una vivienda del centro de València.

La Sala establece el pago de una indemnización de 77.777 euros para la madre de la fallecida y de 22.222 euros para su hermana por los daños morales.

La sentencia, hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, fue dictada después de que un jurado popular emitiera un veredicto de culpabilidad.

La resolución no aprecia la atenuante de obcecación, como solicitaba la defensa del condenado, puesto que los miembros del jurado no consideraron probados los hechos requeridos para su concurrencia.

La sentencia del crimen de Conde Altea

En su sentencia, el presidente del Tribunal también descarta la atenuante de confesión porque, de acuerdo con el criterio del jurado, “el acusado no confesó los hechos en el momento en que dicha confesión podía ser relevante (…) y podía evitar la angustia o incertidumbre de los familiares de la víctima”. Así, “cuando admitió los hechos, lo hizo con la idea de poder obtener algún beneficio”, precisa.

Según el relato que consideró probado el Tribunal Popular en su veredicto, el condenado y la víctima mantenían desde el mes de septiembre de 2021 una relación sentimental sin convivencia, en la que ella pasaba ocasionalmente la noche en la casa de él.

La madrugada del 3 de diciembre de ese año el hombre, que pensaba que la víctima le dejaría por no ser demasiado bueno para ella, decidió que su novia debía morir si no quería estar con él. De este modo, la atacó cuando dormía y la golpeó fuertemente con una piedra en la cabeza y en la cara.

La joven quedó aturdida como consecuencia de los golpes, lo que aprovechó el penado para apuñalarla después en múltiples ocasiones con dos cuchillos y unas tijeras de forma “despiadada, cruel e inhumana”, con la intención de, además de matarla, causarle un sufrimiento innecesario.

A continuación, la asfixió con el cinturón de un batín que le colocó alrededor del cuello para asegurar su muerte. La mujer falleció desangrada por las heridas de arma blanca y asfixiada por la comprensión del cinturón.

La sentencia no es firme y contra ella se puede presentar recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

El crimen de Conde Altea

El cuerpo sin vida de Cristina, de 30 años, fue hallado por agentes de la Policía Nacional en diciembre de 2021 en una vivienda de la calle Conde de Altea, en el barrio de l’Eixample, y se detuvo a su pareja sentimental, de 35 años.

Cristina, hija de un empresario de la comunicación fallecido en 2012 en un accidente de tráfico, trabajaba en la empresa Ad Infinitum, dedicada a la adquisición, explotación y enajenación de fincas rústicas y urbanas, así como a la adquisición y venta de titulares de valores de renta fija y variable.

Portal de la vivienda que fue escenario del crimen. EFE/Kai Försterling/Archivo

El asesino acuchilló a la víctima de forma despiadada, con planificación y produciéndole un dolor innecesario. El caso ha quedado visto para sentencia y ahora será el tribunal el que fije la condena.

Las amigas de la asesinada contaron en el juicio que «él la agobiaba», estando «muy encima de ella», quien «necesitaba espacio«. El crimen ocurrió el 3 de diciembre del 2021 en la calle Conde Altea de la capital del Turia.

Eran las tres de la madrugada cuando acabó con su vida en el piso de él, donde ella pernoctaba ocasionalmente al ser su pareja. Esa noche la mujer se había tomado un tranquilizante porque tenía problemas de ansiedad desde que falleció su padre.

Entonces, él empezó a pensar cómo matarla. Un pensamiento «recurrente» que tenía porque creía que le iba a dejar por no ser «demasiado bueno» para ella. Así lo recoge el relato del fiscal.

Pide 25 años de cárcel por asesinato con «ensañamiento de libro». Y es que, con «una total sangre fría» cogió de la terraza una piedra de grandes dimensiones y le golpeó primero con fuerza en la cabeza y en la cara en varias ocasiones.

Más de 60 heridas en el asesinato

Cristina estaba dormida, no pudo defenderse y quedó inconsciente como consecuencia de esos golpes. Después, el agresor fue a la cocina y cogió un cuchillo y unas tijeras. Empezó a acuchillarla, produciéndole más de 60 heridas.

Además, para asegurar su muerte cogió un cinturón de un batín alrededor del cuello y apretó. La víctima murió por la hemorragia que le provocaron las anteriores heridas y por asfixia. Fiscalía reclama también una indemnización de 90.000 euros para su madre y su hermana.

Por su parte, la acusación particular pide la misma pena de prisión, pero con agravante de género. El abogado del acusado admitió en el juicio que mató a su novia por «un trastorno mental transitorio».

Ya que tenía «la paranoia» de que le iba a dejar, pero negó premeditación: «Estaba fuera de sí, fue todo espontáneo, un brote». Por ello, pide 10 años de cárcel por asesinato con las atenuantes de obcecación y confesión.

Tras el crimen, el hombre se duchó y se puso un pantalón de pijama. Se dirigió a la terraza interior desde donde cayó por el patio de luces ‘aterrizando’ en un tejado de uralita del almacén de un restaurante que había abajo.

Así hizo creer a los agentes que había entrado para robar. La hermana de Cristina, al no tener noticias de ella, denunció su desaparición en Madrid y se geolocalizó el su móvil en la casa del acusado.

Sobre las 9:30 horas se desplazaron el padre y el hermano del acusado y la madre y un primo de ella. Al entrar, encontraron en el dormitorio gran cantidad de sangre diseminada por toda la estancia y el cuerpo de la mujer, por lo que avisaron a la Policía.

VIDEO| Lágrimas, rosas blancas y aplausos por Cristina Blanch, asesinada por su pareja en València

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Una mujer es detenida en el aeropuerto por ocultar dos kilos de cocaína en un falso vientre de embarazada

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La Policía Nacional ha detenido recientemente a una mujer en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas por intentar introducir más de dos kilos de cocaína camuflados en un vientre falso de embarazada. La detención pone de manifiesto la creatividad de algunas organizaciones de narcotráfico a la hora de transportar estupefacientes en vuelos internacionales.

La detención en Barajas

Los hechos ocurrieron el 26 de noviembre de 2025, cuando la sospechosa llegó a Madrid procedente de un vuelo internacional. Durante un control rutinario, los agentes notaron actitudes sospechosas y formularon preguntas que levantaron las primeras sospechas. Ante la presión policial, la mujer se quitó la prótesis que simulaba un embarazo, revelando que bajo la misma ocultaba trece paquetes de cocaína adheridos directamente a su abdomen.

Tras las pruebas correspondientes, la sustancia fue confirmada como cocaína, con un peso total superior a los dos kilos. La rápida actuación de los agentes evitó que la droga entrara en el país.

Ingreso en prisión y consecuencias legales

Por estos hechos, la mujer fue detenida por un posible delito de tráfico de drogas y puesta a disposición de la autoridad judicial, que decretó su ingreso en prisión preventiva. Este tipo de casos refleja la gravedad y sofisticación de las estrategias de tráfico de estupefacientes, así como la importancia de los controles de seguridad en los aeropuertos internacionales.

Contexto de los delitos de tráfico de drogas en España

Los aeropuertos españoles son puntos críticos de detección de drogas debido a la gran afluencia de vuelos internacionales. Casos como este no son aislados: en meses recientes, la Guardia Civil ha incautado importantes cantidades de cocaína en puertos y aeropuertos, demostrando que el narcotráfico sigue utilizando métodos cada vez más ingeniosos para eludir los controles.

El uso de vientres falsos o prótesis de embarazadas es una técnica conocida por las autoridades, aunque poco frecuente, y subraya la necesidad de controles rigurosos y formación especializada del personal de seguridad.

Seguridad aeroportuaria y prevención del tráfico de drogas

La Policía Nacional y otros cuerpos de seguridad continúan reforzando los controles en aeropuertos, combinando técnicas de inspección tradicionales con equipos de rayos X, escáneres corporales y vigilancia selectiva para interceptar sustancias ilegales. La colaboración entre autoridades nacionales e internacionales es clave para reducir la llegada de drogas a territorio español.

Este caso en Barajas demuestra que, a pesar de los métodos ingeniosos empleados por los narcotraficantes, los controles y la vigilancia constante logran evitar que grandes cantidades de estupefacientes lleguen al país, protegiendo la seguridad pública y reforzando la lucha contra el tráfico internacional de drogas.

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