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CRÓNICA| El Levante, doblegado por el Barcelona (3-0)

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Ginés Muñoz.

Barcelona, 26 sep (EFE).- El Barcelona volvió a recuperar la sonrisa y a Ansu Fati antes de viajar a Lisboa y ponerse de nuevo a prueba en la Liga de Campeones. Y lo hizo a costa de un flojo Levante, al que doblegó con facilidad (3-0) en un partido que tuvo varias buenas noticias en clave azulgrana.

La primera, el regreso de Ansu, que reapareció diez meses después de su lesión, con el ’10’ de Messi a la espalda, para animar el choque en los últimos minutos y cerrar la cuenta goleadora del Barça.

Y la segunda, el gran partido de Nico y Gavi, dos futbolistas en edad juvenil que evidenciaron con su talento y tremenda personalidad que, a falta de un presente brillante, este equipo tiene al menos, un futuro esperanzador.

A vueltas con el sistema, Koeman apostó esta vez por un 4-2-3-1 de inicio, con Nico como escudero de Sergio Busquets en el doble pivote.  Pero fue un acción diabólica de Memphis por banda izquierda quien forzaba un penalti a los cinco minutos que el propio punta neerlandés convertía en el 1-0.

El Levante, que no conoce la victoria en LaLiga esta temporada y que nunca ha ganado el Camp Nou, fue el rival idóneo para que este Barça recuperara un poco de su autoestima.

Dominador de la posesión, el equipo azulgrana se aplicaba bien en la recuperación tras pérdida y mantenía, con su presión alta, al conjunto de Paco López lejos de su área.

En una rápida transición, Dest, también desde la izquierda, habilitaba a Luuk de Jong para que batiese a Aitor desde la frontal y estrenase su cuenta goleadora como azulgrana antes del cuarto de hora (2-0).

También la tuvo Piqué, que llegó a rematar forzado en el segundo palo un centro de Memphis; Gavi, en una vaselina que no pudo superar a Aitor, y el propio Memphis en un cabezazo envenenado que el meta del Levante desvió a córner poco antes del descanso.

El Barça, hoy dirigido desde el banquillo por Alfred Schreuder por la expulsión de Ronald Koeman en Cádiz, se marchaba al entreacto con buenas sensaciones y una imagen mejorada respecto a partidos anteriores. Y el choque continuó plácido para la escuadra local tras la reanudación.

Memphis tuvo otras dos ocasiones para ampliar la ventaja azulgrana, pero se encontró con Aitor. Y Nico golpeó desviado desde la frontal.

El Levante ni se acercaba a la meta de Ter Stegen y el público del Camp Nou empezó a reclamar la presencia de Ansu Fati, que ya calentaba en la banda.

Cuando el hispano-guineano salió para jugar los últimos diez minutos, el estadio rugió dispuesto a vibrar con cada aparición de su nuevo ídolo.

Pero antes de la irrupción de Ansu, el Levante quiso dejar algún remate para la estadísticas del choque, y lo hizo por mediación de Morales, primero, y Cantero, justo después. El Comandante golpeó alto, y Ter Stegen le sacó el balón a Cantero, en el uno contra uno en la jugada siguiente.

Entonces llegaría el momento de Ansu Fati, que ya había avisado en una jugada por la izquierda nada más entrar en el campo y en otra acción marca de la casa en la que reclamó penalti de Pablo Martínez que el árbitro no señaló.

A la tercera, el joven canterano recuperó el balón en una contra y, tras amagar el remate tras un primer quiebro, batió a Aitor con un disparo raso y seco desde la frontal para hacer el 3-0 y desatar la locura en el Camp Nou.

El Barcelona acabó así con una racha de tres partidos sin ganar y, faltó de ídolos con los que volver a soñar, coronó hoy oficialmente, con permiso de Memphis Depay, a su nuevo rey: el chico de la cantera que se ha atrevido a heredar el ’10’ del mejor jugador de la historia del club.

– Ficha técnica:

3 – Barcelona: Ter Stegen; Mingueza (Araujo, min.81), Piqué, Eric García, Dest (Lenglet, min.89), Sergio Busquets, Nico González; Gavi (Demir, min.81), Coutinho (Riqui Puig, min.59), Memphis; y Luuk de Jong (Ansu Fati, min.81).

0 – Levante: Aitor; Miramón, Postigo, Mustafi (Rober Pier, min,77), Clerc; De Frutos (Cantero, min.69), Pepelu (Vucevic, min.69), Radoja (Pablo Martínez, min.55), Melero; Roger y Dani Gómez (Morales, min.55).

Goles: 1-0, m.6: Memphis (p.). 2-0, m.13: Luuk de Jong. 3-0, m.91: Ansu Fati.

Árbitro: Díaz de Mera Escuderos (Comité castellano-manchego). Mostró tarjeta amarilla a Gavi (min.24), Postigo (min.25), Pepelu (min.58) y Clerc (min.86).

Incidencias: Partido de la séptima jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou ante 35.334 espectadores.

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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