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Salud y Bienestar

¿Cuándo acudir a un traumatólogo?

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¿Cuándo acudir a un traumatólogo?

Es importante manejar perfectamente toda la información de las especialidades médicas por si en algún momento se vuelve necesario asistir a alguna. En el caso de la traumatología, bien sea que se acuda a un traumatólogo privado Madrid, o en cualquier otro lugar, resulta vital saber cuándo acudir a uno.

Todos los traumatólogos tienen la tarea de diagnosticar y tratar las afecciones traumáticas presentes en los huesos, tendones, articulaciones y músculos. Además, todas las afecciones traumáticas del aparato locomotor, especialmente si requieren operaciones, son diagnosticadas por el profesional de la traumatología.

Los principales problemas para visitar a un traumatólogo

Es necesario acudir a un traumatólogo cuando se presenten problemas graves en los huesos, tendones, articulaciones y especialmente en los músculos. Si esto ocurre, lo ideal es asistir inmediatamente con un especialista en traumatología quien evalúe cada solución posible.

¿Cuáles son las señales a considerar para acudir al traumatólogo?

Los dolores en las articulaciones, así como las frecuentes molestias en los músculos y la sección esquelética son las principales señales a considerar para asistir al traumatólogo.

Cuando la movilidad de las articulaciones se debilita o se pierde, también es una señal de deber acudir con un médico en esta especialidad. En los deportistas, es usual sentir dolor ante las lesiones que, al ir en incremento, se vuelve una clara alerta de un problema más grave.

¿Qué pasos se siguen antes de ir a un traumatólogo?

Cuando la salud del aparato locomotor se complica, especialmente el sistema muscular, el osteoarticular, es recomendable ir al fisioterapeuta para evaluar las complicaciones y después este, dependiendo de la gravedad del asunto, remitirá el caso a un traumatólogo.

Es fundamental asistir inmediatamente a consulta cuando el dolor pasa a ser inmediatamente insoportable después del accidente. De esta manera, es posible estar seguro de recibir el mejor tratamiento y, por ende, tener la mejor recuperación.

Lesiones más graves para hacer la visita a un traumatólogo

Las lesiones son la principal razón para acudir al profesional de la traumatología. Ahora bien, es importante conocer qué tipos de lesiones se pueden presentar comúnmente. Existen lesiones en la columna cervical, cadera, hombros y codos, así como también en las rodillas.

Ahora bien, las lesiones en la columna cervical son aquellas donde el dolor de cuello o escapulares se hace un síntoma persistente. Estas, generalmente, se asocian a malas posturas o cuando los músculos presentan una artrosis cervical.

En cuanto a las lesiones de la cadera, la mayor parte del dolor se concentra en la ingle y son problemas relacionados con la edad avanzada. Ahora bien, los hombros y codos son afecciones muy comunes, especialmente en quienes regularmente practican algún deporte.

También, existen lesiones en las rodillas y su causa principal suele ser, al igual que el problema cervical, un problema relacionado con la vejez.

Esta última lesión aparece porque los huesos, cuando el paciente se hace mayor, suelen desgastarse y quienes salen peor afectadas son las rodillas. Se trata de una lesión presente en deportistas.

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Salud y Bienestar

Halitosis o mal aliento: Causas, prevención y soluciones efectivas

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¿Qué es la halitosis o mal aliento?

La halitosis, comúnmente conocida como mal aliento, es un trastorno que provoca un olor desagradable en la boca, ya sea de forma ocasional o persistente. Es un problema común que puede generar incomodidad social y afectar la autoestima.

En la mayoría de los casos, la halitosis se origina en la cavidad bucal debido a una mala higiene, acumulación de bacterias, enfermedades dentales o ciertos hábitos alimenticios. Sin embargo, también puede tener causas digestivas o sistémicas.


🚨 Principales causas de la halitosis

  1. Higiene bucal deficiente

    • No cepillarse correctamente permite que se acumulen bacterias, restos de alimentos y placa dental.

  2. Lengua sucia

    • La parte posterior de la lengua suele albergar bacterias responsables del mal olor.

  3. Enfermedades de las encías (gingivitis, periodontitis)

    • Infecciones e inflamaciones en las encías generan compuestos sulfurados volátiles con mal olor.

  4. Boca seca (xerostomía)

    • La saliva ayuda a limpiar la boca; cuando es escasa, se favorece la proliferación bacteriana.

  5. Alimentos con olores fuertes

    • Cebolla, ajo, café y alcohol alteran temporalmente el aliento.

  6. Tabaco

    • Provoca sequedad y deja residuos químicos en la boca.

  7. Problemas gastrointestinales

    • Reflujo gastroesofágico, gastritis o la presencia de Helicobacter pylori pueden causar mal aliento crónico.


✅ ¿Cómo prevenir la halitosis?

La prevención de la halitosis comienza con hábitos diarios sencillos pero fundamentales:

🪥 1. Mantén una buena higiene oral

  • Cepilla tus dientes al menos dos veces al día.

  • Usa hilo dental para eliminar restos entre los dientes.

  • Limpia la lengua con un raspador lingual o el cepillo.

🧼 2. Enjuague bucal adecuado

  • Utiliza enjuagues antibacterianos sin alcohol o con clorhexidina (consultar al odontólogo).

💧 3. Hidratación constante

  • Bebe agua durante el día para estimular la producción de saliva.

🍏 4. Dieta equilibrada

  • Reduce alimentos procesados, café, alcohol y azúcares.

  • Incluye frutas y vegetales crujientes como manzana, zanahoria y apio.

🧑‍⚕️ 5. Revisa tu salud bucodental

  • Visita al dentista cada 6 meses para limpiezas y detección de caries, infecciones o sarro acumulado.


🩺 ¿Y si el mal aliento persiste?

Si a pesar de mantener buenos hábitos el mal aliento continúa, puede haber causas más profundas:

  • Reflujo gástrico crónico

  • Amigdalitis o infecciones respiratorias

  • Diabetes no controlada

  • Enfermedades hepáticas o renales

En estos casos, se recomienda acudir a un odontólogo y, si es necesario, a un gastroenterólogo o médico internista para estudios complementarios.


🧪 Remedios caseros para la halitosis

Aunque no sustituyen una consulta médica, estos remedios naturales pueden ayudarte:

  • Bicarbonato de sodio: Enjuague con agua tibia y una cucharadita.

  • Infusión de perejil o menta: Refrescan el aliento y combaten bacterias.

  • Clavos de olor y canela: Tienen propiedades antimicrobianas.

  • Yogur natural: Ayuda a equilibrar la flora bucal si es sin azúcar añadido.

 

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