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¿Cuánto cuesta ser fallera mayor de una falla?

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¿Cuánto cuesta ser fallera mayor de una falla?
Patricia Sanz en su exaltación como Fallera Mayor de Sevilla-Dénia

València, 27 sep (OFFICIAL PRESS- EFE).-La fiesta de las Fallas mueve importantes cifras económicas, detrás de lo que se ve hay una auténtica industria de profesionales que cada año sigue creciendo. Pero, ¿qué precio tiene ser fallero?, ¿cuánto cuesta ser fallera mayor de una falla?

Según el Informe sobre Impacto Económico de las Fallas 2023 elaborado por Mesval (Cátedra de Modelo Económico Sostenible de València y Entorno), el Ayuntamiento y la Universitat de València, cada familia fallera gasta 1.760’84 euros por año en la fiesta.

¿Qué precio tiene ser fallero?

Cada fallero de la ciudad de Valencia se gasta de media cada año 638’13 euros en la fiesta, y el 58 % de los gastos se destina a la indumentaria valenciana; el 12 % a bares y restaurantes; el 7 % a la compra de lotería; el 4 % a alojamiento; el 3 % en el apartado de belleza y otro 3 % a la compra de blusones y otros elementos textiles complementarios.

¿Cuánto cuesta ser fallera mayor de una falla?

Si hablamos de ser fallera mayor de una comisión el gasto se dispara hasta los 11.488’21 euros con un peso de la indumentaria del 58 % en el montante total, tal y como desprende este estudio.

Son cifras genéricas que se pueden ver aumentadas considerablemente si en la partida de indumentaria se apuesta por la confección de un espolín. Estas telas, solo el corte sin confección, está sobre los 12.000 euros, aunque si el espolín elegido es un ‘Árabe’ o un ‘Luis XVI’, el precio se puede disparar hasta los 20.000 euros. La confección de los trajes a partir de 600 euros. Si hablamos de una seda estrecha el coste puede oscilar entre los 4.000 y 7.000 euros.

La partida de las manteletas tampoco es barata, aunque la escala de precios es muy variada. Las hay desde 500 hasta una antigua que puede llegar a 8.000 euros.

En ese montante hay que incluir los gastos de maquillaje y peluquería, trajes de valenciana y de particular, así como los gastos que asume una fallera mayor de una comisión entre los que pueden estar una comida, cena o merienda para los miembros de su falla.

Cada familia fallera gasta 1.760 euros por año en la fiesta, casi el 60 % en indumentaria

Si la familia tiene miembros de honor, el 43 % se destina a la compra o confección de indumentaria valenciana; el 20 % a la adquisición de indumentaria particular; el 10 % a comida y bebida destinada al obsequio y el agasajo; el 5% a regalos protocolarios; el 3 % a bares y restaurantes y otro 3 % a fotografías.

Las comisiones falleras de la ciudad tienen un presupuesto anual de 120.432 euros de media y sus gastos anuales principales son la falla (28 %), la comida y la bebida (16 %), el casal (14 %), las distintas actividades (14 %), el alquiler de bienes muebles (8 %) y ya, a más distancia, el alquiler de bienes inmuebles, las flores, la imprenta, el protocolo o el transporte.

El Ayuntamiento de València ha gastado en las Fallas de este año 906.217’32 euros, a los que hay que añadir los 3.541.767’92 euros en subvenciones y 3.029.469’05 euros en gastos complementarios como bomberos, limpieza o subvenciones a los sectores tradicionales, entre otros.

Visit València también destinó un gasto de 38.993’43 euros a las Fallas de este año mientras que la Junta Central Fallera dedicó otros 3.583.415’47 euros.

El 58 % de los turistas de las Fallas son valencianos

En las Fallas de 2019, el 58 % de los turistas que visitaron Valencia en Fallas eran valencianos y el 31 % españoles mientras que el resto eran turistas extranjeros. En las Fallas de 2022, después de la pandemia, los turistas extranjeros ya eran el 14 %, el 27 % eran españoles y el 59 % restante provenía de algún municipio de la provincia de Valencia.

La estancia media de los turistas en la ciudad varía según la procedencia. Así, los turistas internacionales son los que días están en la ciudad (4’8 días de media) y los que más dinero se dejan (478 euros de gasto medio del total de días), el turista nacional está 3’7 días y gasta 241 euros, y el valenciano está 3’5 días y gasta 159 euros mientras que el vecino de la ciudad gasta en Fallas 126 euros.

El alojamiento es el principal gasto de los visitantes, seguida de la restauración, las compras, el ocio diurno y nocturno y el transporte.

El estudio de impacto de las Fallas de Valencia se ha realizado a partir de 800 encuestas presenciales hechas en los distritos de Ciutat Vella, l’Eixample y Extramurs, encuestas en línea hechas a 11.376 falleros y 3.611 familias falleras y 76 encuestas en línea a comisiones falleras censadas en la ciudad de València. Todos los cuestionarios se han hecho a lo largo de 2023.

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Fallas

La asamblea de presidentes paraliza el Programa de Fallas 2026 por el conflicto del 16 de marzo lectivo

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Fotos: JUNTA CENTRAL FALLERA

El rechazo al calendario escolar bloquea la aprobación oficial de los festejos falleros

La asamblea de presidentes de falla ha decidido bloquear la aprobación del Programa Oficial de Festejos de las Fallas 2026 como medida de presión ante la decisión de mantener el 16 de marzo como día lectivo. La votación, poco habitual en este órgano, deja en suspenso la aplicación del calendario festivo y obliga a retrasar su validación hasta una futura asamblea extraordinaria, incluso aunque algunos actos ya tengan que ser reubicados.

La protesta tiene como objetivo forzar al Ayuntamiento de València a reabrir el debate con el Consejo Escolar Municipal y la Generalitat para lograr una jornada no lectiva adicional, que permita la participación de los niños y niñas en actos clave como la entrega de premios infantiles.

El malestar fallero por un día clave para los infantiles

El detonante del conflicto es la consideración del 16 de marzo como día lectivo, una circunstancia que, según los presidentes, impide materialmente la asistencia de los menores a uno de los actos más relevantes de las Fallas. La asamblea entiende que aprobar un programa que deja fuera a los infantiles supone una contradicción con el espíritu de la fiesta y con su proyección de futuro.

Durante el debate, se defendió que la normativa educativa autonómica contempla excepciones por circunstancias extraordinarias, lo que permitiría declarar no lectivo ese día aunque el curso escolar finalizara ligeramente más tarde. Esta posibilidad fue esgrimida como una solución viable si existe voluntad política.

Un boicot liderado desde las agrupaciones falleras

La intervención más contundente corrió a cargo de Jesús Hernández Motes, ex presidente de la Interagrupación, que actuó como portavoz de una iniciativa impulsada desde la Agrupación de Fallas de Rascanya. Desde el atril, defendió el rechazo frontal al programa mientras el 16 de marzo siga siendo lectivo y reclamó que, a medio plazo, la libranza escolar se garantice desde el día 15 de marzo.

También se criticó que decisiones previas del calendario escolar hayan priorizado intereses ajenos a la fiesta fallera, en referencia a otros festivos puente que no beneficiaron a las Fallas, reforzando la sensación de agravio comparativo.

La respuesta del Ayuntamiento y de Junta Central Fallera

El concejal de Fallas, Santiago Ballester, reconoció públicamente compartir el malestar del mundo fallero y admitió que la propuesta municipal defendía que los días 16, 17 y 18 de marzo fueran no lectivos. Sin embargo, explicó que el Ayuntamiento quedó aislado en el Consejo Escolar, sin apoyos suficientes por parte de sindicatos y Ampas, lo que limita su margen de maniobra dentro del marco legal vigente.

Ballester advirtió de las consecuencias prácticas de bloquear el programa, subrayando que, aunque las reivindicaciones son legítimas, la decisión puede generar un perjuicio organizativo inmediato.

JCF

Actos en el aire y calendario en suspenso

Con el Programa de Festejos sin aprobar, los primeros actos oficiales de 2026 quedan en el aire, entre ellos la presentación de los pasodobles, la Gala de la Indumentaria o la Gala de la Pirotecnia. La mesa de la asamblea ha dejado claro que no se celebrará ningún acto que contradiga la decisión adoptada por los presidentes, aunque se trate de eventos considerados menores dentro del calendario general.

Desde el entorno fallero se confía en que el conflicto esté resuelto antes de los grandes actos centrales, como las exaltaciones, pero el impacto burocrático y organizativo ya es evidente.

División interna y baja participación

La asamblea estuvo marcada por una escasa asistencia, con apenas 70 comisiones representadas en un debate de gran calado para las Fallas. El resultado ha dejado al colectivo dividido entre quienes consideran que se ha dado un golpe de autoridad necesario y quienes creen que la medida puede volverse en contra del propio mundo fallero.

Incluso dentro de la propia Junta Central Fallera se evidenció el enfado, con reproches directos sobre la eficacia real del bloqueo como herramienta para resolver el conflicto educativo.

Un debate recurrente en la ciudad de València

El caso del 16 de marzo no es nuevo. Cada año, miles de escolares de València ya viven esta situación, especialmente quienes estudian fuera del término municipal, lo que en la práctica genera absentismo escolar y laboral durante las Fallas. A ello se suma que muchos alumnos tampoco acuden a clase el 20 de marzo, agotados tras la semana festiva.

Durante la sesión también se plantearon alternativas como trasladar el festivo local de San Vicente Mártir al fin de semana para ganar un día lectivo libre, una opción que el equipo de gobierno descarta por el momento.

Incertidumbre a corto plazo

El Programa de Fallas 2026 queda ahora pendiente de una compleja cadena de decisiones: una posible rectificación del Consejo Escolar, su validación por la Generalitat y la convocatoria de una nueva asamblea extraordinaria. Hasta entonces, las Fallas avanzan sin calendario oficial, en un pulso institucional que enfrenta educación y tradición festiva y cuyo desenlace marcará el futuro inmediato de la fiesta.

El 16 de marzo de 2026 será lectivo en València pese a las protestas del mundo fallero

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